𝚆𝚊𝚔𝚊𝚜𝚊 𝙸𝚖𝚊𝚞𝚜𝚑𝚒 𝙰𝚄🔥

5.6K 207 9
                                    

Parte 3/3
⚠️Smut (sexo explícito)⚠️
Male Reader

Por una noche quise librarme de mis preocupaciones. Quizá por el exceso de ellas terminé bebiendo de más.
A esas alturas ya no me importaba nada, hablaba y actuaba sin pensar.

—¡Chupitos! —gritó una chica en la barra, levantando una botella.

Yo agarré la muñeca de Wakasa y me dirigí rápidamente a la chica.
Como es obvio, él me acompañaba a todas partes por ser mi guardaespaldas, así que salió de fiesta conmigo.

—¿Qué haces? Ya bebiste demasiado —preguntó con una pequeña sonrisa.

—Solo cállate y disfruta...

La chica nos sirvió un par de chupitos y enredamos nuestros brazos para beberlos, acercando nuestros rostros.
Cuando tragamos ese líquido ardiente nos separamos y nos fuimos a la pista de baile, no sin antes pedirme otra copa.
Algo después, el exceso de alcohol pasó factura y apenas podía caminar sin tropezar.
Él intentó llevarme hasta el coche pasando mi brazo por sus hombros, pero finalmente desistió y se agachó un poco para cargar mi cuerpo sobre su hombro, rodeando mi cintura con su brazo.

Cuando llegamos al coche me puso en el asiento del copiloto y mientras abrochaba el cinturón estuvo lo bastante cerca como para permitirme oler su perfume.
Se me formó una pequeña sonrisa que él me devolvió.

El tiempo parecía pasar rápido y lento al mismo tiempo mientras él conducía a casa.
Llegamos y poco después me dejó sobre el sofá.

—¿Quieres ducharte o prefieres dormir?

—¿Por qué no nos duchamos juntos?—sonreí.

Él me sonrió y cuando iba a contestar se escuchó un gran estruendo en la puerta.
Alguien la había abierto violentamente.

—¡Kamei [Tn]! ¡¿Dónde estás, pequeño cabrón?!

Entonces aparecieron tres hombres totalmente cubiertos para no ser reconocidos. Llevaban algunas armas, pero eso no asustó a Wakasa, se abalanzó contra ellos comenzando a asestar un golpe tras otro.

En un momento, quedaron los tres hombres de espaldas a un ventanal que daba hacia el jardín, así que Wakasa corrió hacia ellos, placándolos y rompiendo el cristal, cayendo en el césped poco después.

Yo estaba tumbado en el sofá, no podía levantarme aunque quisiera.
No esperé mucho hasta que Wakasa apareció, atravesando el cristal roto con cuidado.
Él se sentó en el sofá a mi lado, respirando con dificultad.

Tenía las piernas algo abiertas y los brazos apoyados en la parte de atrás del sofá. Echó la cabeza para atrás y después desvío la mirada hacia mí, haciendo que algunos mechones de su pelo cayeran sobre su rostro.

—Han escapado, tendríamos que-

No terminó la frase ya que hice algo que le sorprendió.
Gracias al alcohol pude animarme a hacer algo que durante mucho tiempo había querido hacer.
Me acerqué a él, quedando nuestros rostros a escasos centímetros.

—¿Qué haces? —susurró con una sonrisa.

Le miré a los ojos con una sonrisa, luego desvié la mirada a sus labios y al fin me lancé.
Fue como si todo se hubiera detenido, solo me centraba en sus labios sobre los míos, moviéndose lentamente, sin prisa.

Me moví un poco y me acerqué más para sentarme sobre él. Sentí sus manos sobre mis glúteos, apretándolos un poco. Moví mis caderas mientras seguíamos besándonos, eso hizo que él soltara un pequeño gemido... fue el mejor sonido que jamás había escuchado.

Bajé mis manos por su pecho hasta poder quitar su camisa. Luego desabroché su pantalón y saqué su miembro, comenzando a masturbarle.
Sentía sus músculos tensarse y su respiración volverse más inquieta.

Él también acarició mi miembro, quitó mi camisa y pantalón, quedando solo en ropa interior, que apartó para comenzar a acariciar mi miembro.
Separé nuestros labios para gemir y echar la cabeza hacia atrás.

—No te apartes, me encanta besarte —dijo, agarrando mi nuca y acercándome a él para besarme nuevamente—. Había deseado esto durante tanto tiempo...

Juntamos ambos miembros y moví mi mano, causando fricción.
Todo parecía un sueño. Por un momento hasta se me pasó la borrachera, pero pronto volví a estar mareado y me tambaleé hacia adelante, apoyando mi cuerpo contra el de Waka. Aproveché nuestra cercanía y besé su cuello, marcándolo un poco.

De un momento a otro me agarró de la cintura y me llevó a mi habitación.
Me dejó suavemente sobre la cama mientras besaba mi cuello. Yo alargué mi brazo y busqué a ciegas un bote de lubricante que guardaba en los cajones de la mesita junto a la cama. Cuando lo tuve lo dejé a nuestro lado y pasé mis manos por su espala desnuda.

Solo pasaron unos minutos hasta que nos deshicimos de toda nuestra ropa. 
Él comenzó a aplicar lubricante sobre mi entrada y a meter un par de dedos. Yo gemí bajo en su oído, lo que hizo que metiera otro dedo para seguir escuchándome.

Pronto colocó su miembro y poco a poco entró en mí hasta pegar su pelvis a mis nalgas.
Luego empezó a moverse lentamente, se sentía rico, pero necesita que fuera más rápido, más fuerte.

—Wakasa, quiero más —pedí en un gemido, desesperado

—¿Estás seguro? —dijo con una sonrisa ladina, provocándome—. No creo que puedas aguantarlo.

—Ponme a prueba —sonreí.

Él agarró mis piernas para abrirlas más y de pronto dio una estocada profunda, dejó su miembro ahí unos segundos y luego comenzó a sacarlo y meterlo, aumentando la velocidad cada vez más.

—Aaaa-ah —gemí, notando sus manos pasar por mi abdomen para terminar acariciando mis pezones. Dios, este hombre lo hace todo tan bien.

Él también gemía, no le avergonzaba hacerlo.
Lo que me sacaba de quicio era que él estaba perfectamente, sin apenas respirar con dificultad y yo estaba hecho un desastre debajo de él.

Agarré las sábanas de mi cama mientras me corría, haciendo que el notara esa presión sobre su miembro y gimiera más alto.

—Vamos, córrete dentro —susurré antes besarle.

Unas estocadas más y acabó dentro de mí. Me besó las mejillas un par de veces y cayó en la cama a mi lado, con el abdomen pegado a las sábanas.

Miró hacia mí, pero su rostro estaba medio escondido en su brazo, solo permitiéndome ver sus ojos. Sus mejillas se elevaron, haciéndome saber que estaba sonriendo.

Me acerqué a él de nuevo para besarle. Poco a poco me puse sobre él, pasando mi miembro entre sus glúteos. Pronto estuvimos excitados de nuevo.

Waka me pasó el lubricante y le eché un poco antes de entrar de golpe. Él agarró las sábanas y arqueó la espalda.

—Idiota, eso ha dolido —gimoteó.

Besé su espalda a modo de disculpa mientras me movía despacio. 
Disfrutamos de cada sensación, cada caricia, cada sonido.

Pasé mi mano por su espalda y entonces me di cuenta.
En la espalda baja tenía el tatuaje de una serpiente.
Sonreí y pasé mis dedos sobre ella.

—¿Te gusta? —preguntó, mirando hacia atrás para conectar con mi mirada.

Yo asentí y aceleré el ritmo. Él agarraba las sábanas entre sus dedos mientras gemía.
Agarré su pelo en una coleta y seguí moviéndome hasta que él comenzó a gemir mucho más alto, al punto de casi gritar.
Luego de correrse pasé mi miembro por su espalda y me masturbé hasta correrme, manchando un poco el tatuaje.

Caí a su lado y él me miró con una sonrisa, recuperando el aliento.
Definitivamente, me volví adicto a él, y era obvio que Waka sentía lo mismo.

𝙏𝙊𝙆𝙔𝙊 𝙍𝙀𝙑𝙀𝙉𝙂𝙀𝙍𝙎 - ᴏɴᴇ ꜱʜᴏᴛꜱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora