𝙏𝙊𝙆𝙔𝙊 𝙍𝙀𝙑𝙀𝙉𝙂𝙀𝙍𝙎 - ᴏɴᴇ ꜱʜᴏᴛꜱ

𝚂𝚊𝚗𝚘 𝙼𝚊𝚗𝚓𝚒𝚛𝚘

·Perros Salvajes - Daddy Yankee·
Female Reader

Volvía a casa después de unas clases extras que tomaba en el centro de Shibuya.
No noté nada fuera de lo normal hasta que unos chicos que caminaban frente a mí chocaron con un tipo.

Este venía con su pandilla, que intentaban intimidar a los tres chicos con los que chocaron.

—Oi —dijo el chico de pelo negro, mirando con una sonrisa a los chicos. Seguro que eran más de 40.

—¿Algún problema, idiota?

El chico rubio y alto que acompañaba al de pelinegro le agarró del hombro. Se dio la vuelta y habló con él y su otro amigo. Este era más bajo y su pelo rubio brillaba con las últimas luces de atardecer. Me fijé en lo que estaban haciendo.

¿Piedra, papel y tijera? ¿Qué pretenden? —pensé.

Apenas salieron del corrillo que formaron, el de pelo negro se ató el pelo en una coleta.

—Bueno, supongo que me toca disfrutar de esta pelea.

Comenzó a arremeter contra los chicos, dejando a tres en el suelo en unos segundos.
Reconocí al chico alto, era Ryūguji Ken, estaba en mi clase.

El chico bajo se fijó en mí y se me acercó.

—¿Qué haces aquí, chica? Podría ser peligroso —dijo con las manos en sus bolsillos.

—Yo solo pasaba y-

—Soy Mikey —me interrumpió, ajeno a la pelea que había a su lado. Uno de los chicos casi cae encima de él, pero su amigo se acercó y lo apartó.

—Eres Haruki-chan, ¿no? ¿No deberías irte? Esto es peligroso.

—Yo... ¿por qué habéis empezado la pelea?

—Han empujado a Baji, así que debíamos responder —dijo el más alto, sin apenas inmutarse.

—Nosotros la montamos aunque llegue la poli —dijo Mikey, sonriendo.

Mi mirada volvió a la pelea, donde apenas quedaban tres en pie, uno de ellos era Baji.

—Bueno, no es seguro volver a casa sola, se está haciendo tarde. ¿Podemos llevarla a casa, Ken-chin?

¿Ken-chin? —pensé.

—Solo si ella quiere —dijo Draken, mirándome.

—Si no es una molestia... 

—Ya terminé por aquí —dijo el pelinegro, sacudiendo su ropa. Levantó la vista y me miró—. ¿Quién es ella?

—Soy Haruki [Tn], un placer.

—Vamos, irás en mi moto —dijo sonriendo el más pequeño.

Ellos comenzaron a caminar y yo les seguí.

—¿Moto? Yo... nunca he montado en una.

—Tranquila, iré con cuidado.

Ellos se montaron confiados, y yo me acerqué temerosa hacia Mikey. Me dio un casco y me lo puse.

—Vamos, monta y sujétate a mí.

Lo hice y escondí mi cara en su espalda.
Le dije donde vivía y estuve allí en unos minutos.

—Bien, nos vemos mañana, Haruki-chan.

—¿Mañana?

—Me has caído bien, vendré a recogerte por la manaña.

—Primero deberías preguntarle si no es una molestia, Mikey. Perdona, Haruki-chan —se disculpó Draken.

—No es problema, y llámame [Tn] —sonreí.