𝙏𝙊𝙆𝙔𝙊 𝙍𝙀𝙑𝙀𝙉𝙂𝙀𝙍𝙎 - ᴏɴᴇ ꜱʜᴏᴛꜱ

𝙰𝚔𝚊𝚜𝚑𝚒 𝚃𝚊𝚔𝚎𝚘𝚖𝚒

·Good Thing - Zedd ft. Kehlani·
Parte1/2
Male Reader

—Su mesa está lista señor, sígame —dijo una camarera, comenzando a caminar dentro del restaurante.

Miraba la decoración de ese lugar, pero sin sorpresa. Siempre he estado acostumbrado a esos lujos.

Ella se paró junto a una única mesa que estaba en la enorme terraza del restaurante. Retiró la silla y la acercó un poco mientras me sentaba.

—Muchas gracias, señorita.

Poco después, me trajeron una copa de vino y comencé a beber, mirando las espectaculares vistas de la ciudad en absoluto silencio. Me gusta mi propia compañía, no necesitaba a nadie más. Aunque hacía unos años me daba un terror horrible estar solo. 
Con el tiempo he ido madurando y he forjado mi personalidad.

También había fundado una empresa que resultó exitosa en pocos meses. Mis padres tuvieron algo que ver, me dieron fama y prestigio, pero los asuntos de mi empresa los dirigía yo exclusivamente.

Suspiré y miré la silla que habían colocado delante de mí. Pensarían que esperaba a alguien.
Me quité la corbata y la guardé en el bolsillo, luego desabroché algunos botones de mi camisa para estar más cómodo.

Cuando trajeron el plato que ordené previamente y comencé a cenar, un hombre apareció en esa terraza, caminó lentamente hacia mí y sonrió al estar a unos metros de mí. Tiró al suelo el cigarro que había en su boca.
Era alto y tenía una gran cicatriz en el ojo izquierdo. Llevaba un abrigo negro y largo que estaba desabrochado, dejando ver una camisa blanca. 

—¿Puedo sentarme?

—¿Qué tal si primero te presentas? —respondí. Ya sabía su nombre, pero no quería hablar con él.

—No recuerdo que fueras de trato difícil —su sonrisa no desapareció—. Soy Akashi Takeomi, ya lo sabes. Vengo en nombre de Bonten.

—Entiendo —le miré a los ojos mientras bebí algo de vino—, ya puede irse, señor. Les dije a sus amigos la semana pasada que no quería tener nada que ver con Bonten.

—Solo vengo a conversar, ¿puedo? —señaló la silla y yo moví mi cabeza levemente en forma de asentimiento.

Miré hacia otra dirección, dándole una vista de mi perfil.
Solo tardó unos segundos en comenzar sus argumentos para que me aliara con ellos.

—Primeramente, bonita camisa.

—Vaya al grano, señor Akashi.

—Llámame Takeomi, por favor —le mandé una mirada cansada, me aburría su comportamiento educado solo para conseguir lo que quería—. Mi jefe ha hecho una nueva oferta.

—Genial, otra oferta que rechazar —dije con un tono de fastidio.

—Ha subido la oferta a diez millones.

—Interesante —dije, apoyando los codos sobre la mesa, mirándole fijamente—. Mira, Takeomi —enfeticé su nombre—, no te mentiré, me gustaría tener esa cifra en mi cuenta bancaria, pero de forma legal. Sé que queréis blanquear dinero a través de mi empresa, y no me apetece ir a cárcel, gracias.

Dejé la servilleta que estaba sobre mis piernas en la mesa y me levanté, peinando un poco mi pelo. Abrí mi cartera y dejé suficiente dinero para pagar mi cena y dejar propina.