𝙏𝙊𝙆𝙔𝙊 𝙍𝙀𝙑𝙀𝙉𝙂𝙀𝙍𝙎 - ᴏɴᴇ ꜱʜᴏᴛꜱ

𝙸𝚖𝚊𝚞𝚜𝚑𝚒 𝚆𝚊𝚔𝚊𝚜𝚊 🔥

⚠️Smut (sexo explícito)⚠️
Contiene SPOILERS de los últimos capítulos publicados del manga
Male Reader

Recibí otro puñetazo y acabé en el suelo. Tosí y escupí la sangre de mi boca y miré hacia arriba.

—¿Ese es El Leopardo Blanco? ¡Eres un cobarde! —grité, a la figura que estaba de espaldas a mí, a unos metros del corrillo de chicos que me atacaban.

—Calla, escoria de Ragnarok, no eres nadie para dirigirte a nuestro presidente —dijo uno de ellos, pateando mi estómago.

El rubio se acercó a mí y sus subordinados le dejaron paso. Se agachó a mi lado y agarró mi pelo, obligándome a mirarle. Sus ojos cansados me miraron durante unos segundos.

—Es una pena que estés en el bando contrario —dijo, mirándome a los ojos fijamente, con una sonrisa. Una corriente me recorrió la espalda, sentí que me perdía en sus ojos.

Me soltó y se alejó de nuevo. Unos minutos después, los chicos se marcharon junto a su presidente, hablando sobre su próximo destino.

Yo regresé al sitio de encuentro de mi pandilla, allí me dirigí a mi presidente. 

—Lo siento, Benkei. No pude ganarles.

—Tranquilo, [Tn]. Esto no quedará así —me tranquilizó el presidente de Ragnarok—. ¿A dónde dijiste que se dirigían?

—Imaushi lideraba a un grupo que llevaría a la zona sur de Kanto.

—¿El Leopardo Blanco? ¿Te encontraste con él? —dijo uno de mis compañeros.

—Si, pero no pude pelear con él. Los demás se aseguraron de ello —dije, limpiando de sangre la comisura de mi boca.

—Vamos —Benkei se levantó y ordenó a un grupo de chicos que le siguieran—. Tú quédate aquí, que te curen las heridas

Me senté en uno de los sillones del lugar y suspiré.
¿Por qué me sentí así al ver a Imaushi?

Ahora, después de tantos años, volví a encontrarle de frente.

Sano Shinichiro unió a las pandillas que lideraban Kanto, cosa que fue difícil, pero una buena estrategia. Los Black Dragons serían muy poderosos.

—Vamos, [Tn] —dijo Benkei, apresurándome para que hiciera la foto con los fundadores de Black Dragons. 

Miré a Imaushi en la pantalla de la cámara y sentí que mi corazón deba un vuelco. Sus ojos me penetraban, no paraba de mirarme.

—Bien, ya la hice.

Benkei se acercó y se apoyó en mi hombro, viendo la foto.
El rubio también se acercó, que estuviera tan cerca me ponía nervioso.
Rio en voz baja cerca de mi oído y sentí una corriente pasar por mi cuerpo.

Pasaron los años, muchas cosas pasaron en ese tiempo. Los Black Dragons fueron corrompiéndose generación tras generación y otras pandillas aparecieron y desaparecieron.

Al fin nos afiliamos a una, tenía una líder muy fuerte y la pandilla se hizo grande en poco tiempo.
Solo había otras dos en Kanto, provocando mucha rivalidad. Las llamaban las tres deidades.

Benkei me trataba como siempre, era como un hermano mayor para mí, al igual que Takeomi.
Pero con Wakasa, las cosas fueron diferentes.

Siempre había tensión entre nosotros, por su parte había una especie de coqueteo que me hacía enamorarme de él.

—Nos toca hacer la compra, Takeomi —dijo Benkei, saliendo de la cocina.

Cierto, los cuatro comenzamos a vivir juntos.
Nos repartíamos las tareas y hoy me tocaba limpiar junto con Wakasa.