𝙏𝙊𝙆𝙔𝙊 𝙍𝙀𝙑𝙀𝙉𝙂𝙀𝙍𝙎 - ᴏɴᴇ ꜱʜᴏᴛꜱ

𝙺𝚒𝚜𝚊𝚔𝚒 𝚃𝚎𝚝𝚝𝚊

·Can't remember to forget you - Rihanna ft. Shakira·
Parte 1/2
Male Reader

Me desperté y me giré en mi cama, mirando hacia el techo.
Pasé una mano por mi rostro y bostecé.

Tardé unos segundos más en acordarme de lo que pasó anoche.

•••

Sabía perfectamente cuál era mi misión.
Solo debía acercarme a Kisaki para averiguar qué planeaba hacer en ToMan.

Entablé una buena amistad con él, no sospechó de mis intenciones.

Sin embargo, por mucho que me hablaran mal de él, yo solo veía lo bueno.

Ahora estábamos paseando por la noche, después de una reunión con la pandilla.
Solo caminábamos en silencio hasta que nos paramos cerca del río. Nos apoyamos en la bandarilla que nos separaba del agua.

Me ponía nervioso estar junto a él, la forma en la que me miraba... Era tan diferente a cómo miraba al resto que hacía sentir especial.

—¿En qué piensas, [Tn]? —dijo él, sacándome de mis pensamientos.

Le miré, estaba de espaldas al agua, apoyando sus codos en la bandarilla y mirándome con una sonrisa.
La luz de la Luna se reflejaba un poco en el filo sus gafas. Era hermoso.

—En qué piensas hacer —desvié la mirada—. Dijiste que tenías planes para ToMan, pero aún no me lo has contado.

Quizás estuviera enamorado, pero no era estúpido. Quería ayudar a mis amigos de la ToMan.
Baji y Takemicchi desconfiaban de él y Mikey me pidió que me acercara a él. No podía desacatar una orden de mi comandante.

Kisaki se incorporó y se acercó un poco a mí.

—No hace falta que lo sepas —dijo en un tono bajo, bastante cerca de mí. La forma en que me hacía sentir cuando susurraba... Me tenía enganchado.

—Sabes que haría cualquier cosa por ti, solo cuenta conmigo para lo que planeas.

Tenía esperanza para averiguar lo que pensaba, pero en realidad no quería saberlo. No quería saber si su plan era destruir la pandilla.
Solo quería pasar tiempo con él, sin ningún problema entre pandillas.

—Puede que te lo diga —dijo acercándose un poco más—, pero necesitaré algo a cambio.

Mi corazón comenzó a latir un poco más rápido y mi respiración se volvió pesada. Desvié la mirada a sus labios. Tan apetecibles.

Nunca había actuado de una manera tan estúpida, ya que acorté la distancia entre nosotros.
Creí que no me correspondería, pero agarró mi nuca y profundizó el beso.

•••

Me vino a la mente el recuerdo de nosotros besándonos y me sonrojé, sonriendo un poco.

Fue un error, no debí hacerlo —pensé.

Justo después de eso, me llevó a casa sin decir nada.
Me sentí mal por ello, quizá se dejó llevar por el momento, pero no sentía nada por mí.

Hoy no había clases, así que simplemente me giré en la cama y suspiré, queriendo volver a dormir.

—Cariño —dijo mi padre, al otro lado de la puerta de mi habitación—, ¿estás despierto? Tienes visita.

—¿Quién es? —balbuceé.

—Kisaki —dijo el propio chico, al otro lado de la puerta.

Me incorporé y mi corazón latió más rápido.

—Pasa —dije algo nervioso.

La puerta se abrió y el chico me miró. Entró en silencio y se sentó en el suelo frente a la cama.

—Hola —susurré después de un tiempo, ya que no habló para nada.

—Lo de ayer fue un error, ¿verdad?

—¿Qué?

—El beso de ayer, ¿lo fue?

Tardé unos segundos en reaccionar.

—¿Lo fue para ti? —pregunté.

—Solo quiero repetirlo —dijo, desviando la mirada.

Olvidé que debía dejarlo ir, olvidé que Kisaki era el enemigo.
Solo me acerqué a él y le besé de nuevo.

La manera en la que me sentía a su lado era fantástica. Solo quería sentirme así para siempre.

Nos separamos y nos miramos unos segundos. Luego él sonrió.

—Me gustas —susurré.

Acarició mis mejillas y juntamos nuestras frentes, sonriendo.

—Haría cualquier cosa por mantenerte conmigo —dijo él.

Volvió a acercarse a mis labios y los besó dulcemente.
Al separarnos de nuevo, sus gafas estaban un poco dobladas, así que las puse en su sitio con una sonrisa.

—Por eso quiero contarte mi plan.

Mi corazón dio un vuelco, no quería saberlo, no ahora.
Acaricié su mejilla y sonreí, intentando ignorar la presión en mi pecho.

—Dejemos eso de lado un momento, solo quiero disfrutar de este momento contigo.

—Está bien —susurró y dejó un beso corto sobre mis labios.

Pasó la mañana en mi casa, terminamos alguna tareas de la escuela y luego jugamos a un videojuego.
Él adoraba jugar conmigo, aunque siempre perdía.

—Deja de ganarme —dijo, tapando mis ojos con una mano mientras con la otra manejaba el mando.

—Solo es Mario Kart, no es mi culpa que seas tan malo —reí, volviendo a pasar por la meta, consiguiendo la tercera vuelta al circuito en primer lugar.

—¡No! ¡Esta vez estaba cerca!

—Seguías en décimo puesto —reí.

—¡Al menos no iba el último!

Reí y agarré su mano, entrelazando nuestros dedos.
Le besé suavemente y sonreí.

—¿Mejor?

Asintió y reinició la partida, pillándome por sorpresa.

—¡Esta vez voy a ganar! —dijo convencido.

Spoiler: volvió a perder. Soy el rey de Mario Kart.