𝙏𝙊𝙆𝙔𝙊 𝙍𝙀𝙑𝙀𝙉𝙂𝙀𝙍𝙎 - ᴏɴᴇ ꜱʜᴏᴛꜱ

𝚂𝚊𝚗𝚘 𝚂𝚑𝚒𝚗𝚒𝚌𝚑𝚒𝚛𝚘

·Lie to me - 5 Seconds of Summer·
Female Reader

Recuerdo pensar que tenía todo bajo control.

Él y yo éramos felices, pero él quería cosas diferentes y acabó dejándome.

Mis amigos me animaron, me repetían que pasó lo inevitable, si seguíamos juntos, no seríamos felices en un futuro.

Pero ahora que estaba en un bar de ambiente para despejarme un poco, los recuerdos me venían a la mente.

Comencé a llorar, recordando como era estar con él. Mi amigo, Shinichiro, me calmaba mientras acariciaba mi espalda.

—Desearía no haberle conocido... Es muy difícil de olvidar —terminé mi copa y, al dejarla sobre la mesa y mirar al frente, lo vi.

Estaba como siempre, pero ahora iba de la mano con otra chica.
Debí haberlo supuesto. Él prefiere los líos de una noche.

Me miró unos segundos y apartó la mirada rápidamente, pero no volvió a mirarme.
Supe que debía estar horrible. Con mi camiseta llena de grasa de motor por mi trabajo en el taller, los ojos hinchados por los lágrimas y ojeras por no haber dormido bien.

Sin embargo, él se veía feliz.

Las lágrimas comenzaron a salir cuando recordé todo lo que hice por él.
Era una tonta enamorada, él no sintió lo mismo en ningún momento.

—Odio verte así —dijo Shin—, eres una buena chica, no deberías-

—Vamos a bailar —dije levantándome y agarrando su mano.

—V-vale.

Aproveché para acercarme al chico que me había roto el corazón. Intentaba llamar su atención, intentar que pensara que pasé de página.

—[Tn], me siento utilizado —Shin se apartó de mí—. No quiero que bailes conmigo para darle celos a ese chico.

Se fue, dejándome sola.
Cuando volví a nuestra mesa, él no estaba.

Bebí algunas copas más, pero la presión en el pecho no desapareció.
Esta vez era distinto.
Me sentía culpable por lo que le hice sentir a Shinichiro.

Gracias al alcohol, no pensé mucho mis actos y me fui de ahí, caminando hacia el taller.

Cómo siempre, estaba allí. Arreglando esa vieja moto para su hermano.

Eran cerca de las tres de la mañana, pero no me importó subir el volumen de la música que se reproducía en la radio que Shin tenía en el taller.

—¿Qué haces aquí? —dijo, tras comprobar que era yo.

—Demostrarte que puedo bailar contigo sin necesidad de darle celos a ese idiota.

Me tambaleé hasta él y agarré su mano. Comencé a bailar al ritmo de la canción lenta hasta que cambió a una de bachata. Creí que él no sabría cómo bailar y se alejaría, pero me sorprendió cuando movió sus caderas de lado a lado y me dio una vuelta, solo para volver a acercarme a él.

La luz de la Luna se reflejaba en los escaparates de la tienda y provocaban un aura extraña pero íntima mientras seguíamos moviéndonos.
Estaba agusto con él.

Su contacto visual se vio interrumpido un par de veces porque desviaba su mirada a mis labios. Ya sabía por dónde iba esto.

—Quieres besarme, ¿verdad, Shin?

—Prefiero hacerlo cuando no estés borracha.

—Eso que significa —dije, con una sonrisa tonta.

—Me gustas, y sé que yo no te gusto. Me encantaría que me mintieses ahora mismo y me dijeses que también te gusto —susurró.

Nuestros labios se acercaban peligrosamente.

—Por favor... Miénteme —sonó desesperado mientras apoyaba su frente en mi hombro.

Unos segundos después, se alejó de mí y me quedé ahí, desconcertada.

Me llevó a casa sin decir nada. Me dejó sobre la cama y se marchó en silencio.

—Shinichiro —susurré, mirando como cerraba la puerta de mi habitación.

Me quedé dormida poco después.
A la mañana siguiente me desperté con un dolor de cabeza horrible, pero recordaba todo.

De nuevo, me sentí mal. No por mi ex, si no por Shin.

Me vestí y fui al taller, de camino compré un café para despertarme del todo.
Encontré al pelinegro en la parte de atrás, hablando con nuestros amigos.

Saludé y me puse mi ropa del trabajo.

—Parece que anoche te pasaste con el alcohol —se burló Takeomi.

—Calla —le golpeé el hombro y me puse a trabajar.

Shinichiro estaba bastante callado y serio hoy. No sabía que pensar sobre su actitud.
Esperé a que todos se fueran e intenté hablar con él.

—Oi —dije, acercándome.

—Lo siento, [Tn]. No debí haberte dicho lo que te dije ayer.

—Está bien, Shin. Yo quería hablar sobre eso.

Ambos nos sentamos en un sofá que trajo de su casa y puso en la parte de atrás del taller.
Él sacó un cigarrillo y tras darle una calada, me lo ofreció.

—Entonces yo te gusto...

Él asintió y tomó un poco más de su cigarrillo.
Le quité el cigarrillo de las manos y tomé una larga calada.

—Creo que podríamos intentarlo.

—¿El qué?

—Salir juntos —él me miró sorprendido—. Piénsalo, seguro que sale bien.

—Parece que te tomaste muy en serio lo de anoche. No quiero que me mientas, no quiero que finjas sentir algo que-

—Yo te quiero, Shinichiro.

—Puede, pero no de la misma forma en la que yo lo hago.

Nos miramos unos segundos a los ojos y aparté la vista.

—Sé que sigues afectada por la ruptura y no quiero que me utilices para olvidarte de él.

Suspiré y él se acercó para abrazarme.

—Tranquila, siempre me tendrás a tu lado, no importa lo que pase —esas simples palabras me hicieron llorar.

Sollocé contra su pecho hasta que escuchamos unos ruidos en la tienda.

Sequé mis lágrimas rápidamente y me levanté.

—Llama a la policía, yo iré —dije decidida.

Agarré un bate y me aproximé a la parte delantera de la tienda.
Un chico estaban tratando de robar una moto.

—Oi, ¿qué crees que hacen aquí? Me pasé meses ayudando a reparar esa moto, no veo justo que... ¿Baji? ¿Qué haces aquí?

—¿[Tn]-chan?, y-yo...

Escuché unos pasos apresurados detrás de mí y un pequeño grito.
Un golpe seco y caí al suelo.
Todo se volvió borroso, pero alguien me agarró entre sus brazos. Esa persona lloraba y olía a cigarro. Era Shinichiro.

—No te vayas... [Tn], por favor...

Sus sollozos y lamentos fueron lo último que escuché.