𝚂𝚊𝚗𝚘 𝚂𝚑𝚒𝚗𝚒𝚌𝚑𝚒𝚛𝚘 𝙰𝚄

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Andaba soft y echaba de menos a Shinichiro<3 En este AU imaginemos que nadie muere y todo son felices :'3
Male Reader

Aunque fue un proceso difícil, al fin conseguimos ser padres. Al fin pudimos adoptar.

Shinichiro y yo salíamos desde la escuela secundaria y, además, siempre quisimos ser padres.
Y hoy conoceríamos a nuestra hija, Sayuri.

Caminábamos por el edificio de asuntos sociales hasta llegar a una pequeña habitación. Tras unos últimos trámites, la puerta se abrió, dejando ver a una una niña de dos años y pelo negro en brazos de una mujer.

Nos la pasó y yo la cargué, mirando su rostro.

—Eres muy bonita —sonreí.

La pequeña parpadeaba, mirándonos a ambos.

Después de unos minutos, nos dirigimos a nuestra casa, justo encima del taller de Shinichiro.

—Shin, ¿qué te parece si invitamos a los chicos a cenar? Quiero que conozcan a nuestra hija.

—Creo que primero debe adaptarse a nosotros —dijo mirando a la chica, que jugaba con sus manos sobre el sofá—. Apenas ha hablado desde que llegó.

Me acerqué a ella con una sonrisa cálida.

—¿Quieres ver tu nuevo hogar? —ella asintió y la tomé de la mano.

La guiamos por la casa, enseñándole las habitaciones y deteniéndonos en la suya.
La chica murmuró algo inentendible y se encaminó hacia su cuarto. Agarró algunos juguetes, pero de nuevo los dejó en su sitio y giró a su alrededor, viendo la decoración.

—Como no sabíamos qué color te gustaría, le pedimos ayuda a Emma.

—Emma es tu tía —dijo Shinichiro cuando la niña nos miró.

Ella asintió y caminó hacia nosotros. Nos miró desde abajo y alzó sus brazos hacia Shinichiro. La cargó en brazos y volvimos a la sala.

—¿Tienes hambre, Sayuri?

Ella negó y señaló la ventana. Shin se acercó para que viera el exterior.

—¿Te gustan las vistas? —ella sonrió un poco y le miró.

Ese día no habló mucho más. Aún no nos conocía bien y debía conseguir confianza, pero poco a poco lo conseguimos.

—Papi, ¿juegas conmigo? —dijo la pequeña, agarrando una llave inglesa de juguete, mientras miraba a Shinichiro.

—Ahora no es momento, Sayuri. Tus tíos vendrán pronto, seguro que Draken quiere jugar contigo.

—¡Viene el tío Ken-chin! —chilló feliz, volviendo a su habitación y cogiendo un par de juguetes más.

—¿Desde cuándo le llama así? —pregunté.

—Desde que Mikey la soborna con chocolate para que le llame así.

Sonreí al verla aparecer con algunos juguetes más y dejarlos sobre el suelo.
El timbre de la casa sonó y la pequeña corrió a la puerta.

—¿Quién es? —preguntó ella antes de abrir. Al fin aprendió eso.

—Tu tío favorito —dijo Mikey detrás de la puerta.

Ella abrió con una sonrisa y se lanzó a sus brazos.

—¡Tío Ken-chin! —gritó y se revolvió en brazos de Mikey para llegar hasta él.

—No me llames así —dijo cansado.

—Hola, Sayuri —sonrió Emma, acariciando el cabello de la chica.

—¿Y el resto? —preguntó el pelinegro.

—Baji no podía venir hoy, y Waka-chan, Takeomi y Benkei se pasarán en un rato —dijo Mikey.

Nuestros invitados jugaron con nuestra hija mientras terminábamos la comida.
Hoy quisimos reunir a todos, simplemente para comer juntos y pasar un rato juntos.

—Me alegra ver cómo Sayuri se ha acostumbrado a nuestra vida —dije con una sonrisa, viendo desde la puerta de la cocina cómo ella jugaba con Draken.

Entonces sonaron unos toques en la puerta y me dirigí a ella. Allí, Wakasa, Benkei y Takeomi esperaban para pasar.

—Hola, chicos —sonreí y les dejé pasar.

Llegaron a la sala y la pequeña corrió hacia Wakasa, lanzándose a sus brazos.
Aunque se llevará muy bien con Draken, su favorito siempre fue Wakasa. ¿La razón? La primera vez que se vieron ella le dijo que le gustaba su cabello y él le regaló un helado. A partir de ahí son como mejores amigos.

Pasamos el día juntos, disfrutando de momentos en familia.
Eran tan tranquilos esos momentos que quise alargarlo, pero no era posible.

Pronto llegó el momento de que Sayuri entrara en la escuela y estuvimos nerviosos, sabemos que aún no hay aceptación hacia los padres del mismo sexo y nos preocupaba que se metieran con ella por eso.

Sin embargo, todo fue bien.
Solo hubo un par de chicos que la molestaron.

—¿Y qué hiciste? —dijo el pelinegro mientras cepillaba el pelo de pequeña antes de dormir.

—Seguí el consejo del tío Waka.

La miré con curiosidad y ella sonrió un poco.

—Waka dijo que les debía decir que tener a dos papis que me hayan adoptado es algo normal.

—¿Eso es todo? —dijo Shin, desconfiado.

—Después... Wakasa me dijo que le golpeara... ¡pero no lo hice, lo juro!

Reí por lo bajo y besé la frente de Sayuri.

—A ti no se te hace raro tener dos padres, ¿verdad?

—Me parece súper bien porque me queréis mucho y por eso me adoptásteis, eso es lo que importa.

Shin tomó a la niña en brazos y la llevó a su cama.

—Descansa, mi niña.

—Recuerda lo mucho que te queremos —él besó su frente y sonrió.

—Os quiero —dijo agarrando el extremo de la manta con una sonrisa mientras cerraba los ojos.

Salimos de la habitación y llegamos a la sala. Shinichiro se acercó a la ventana para fumar un poco, era el único momento en el día en que lo hacía ya que estaba intentando dejarlo.

—Deberíamos hablar con Waka sobre lo que le dijo a Sayuri.

—Estoy de acuerdo. Seguro que lo próximo que querrá hacer es enseñarle a pelear —reí.

Él también rio y miró por la ventana, exhalando el humo.

—Soy muy feliz, [Tn].

—Yo también —besé su mejilla y le abracé—. Quién diría que llegaríamos tan lejos.

—Te prometí que formaríamos una familia y lo he cumplido —me besó rápidamente y apagó su cigarro—. Ven, vamos a la cama.

Agarró mi mano y llegamos a nuestra habitación. Nos tumbamos, abrazados, y nos miramos a los ojos.

—Te quiero —susurré.

—Te quiero —susurró de vuelta, respirando sobre mi piel.

𝙏𝙊𝙆𝙔𝙊 𝙍𝙀𝙑𝙀𝙉𝙂𝙀𝙍𝙎 - ᴏɴᴇ ꜱʜᴏᴛꜱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora