𝙺𝚊𝚣𝚞𝚝𝚘𝚛𝚊 𝙷𝚊𝚗𝚎𝚖𝚒𝚢𝚊 𝙰𝚄

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Parte 2/2
Narra Kazutora
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Al fin llegó el día de los enamorados y había pensado en formalizar mi relación con Kane.

Llevábamos unos meses saliendo por ahí solos y aunque aún no nos habíamos besado, estuvimos apunto en un par de ocasiones.

Iba caminando por la calle, con una bolsa con regalos para Kane cuando me lo encontré de frente.

Estaba junto a una pareja algo mayor y se le notaba incómodo, así que me acerqué.

—Después de visitar a los abuelos iremos a tomar algún dulce, ¿vale, hija?

—Mamá, te dije que-

—Me han dicho que hay unos muy buenos en aquella tienda.

—Cariño —dijo el hombre—. Kane se siente un-

—Son tonterías, está es solo una fase. Ya se le pasará.

Apreté los nudillos fuerte mientras daba unos últimos pasos.

—Oi, Kane.

Se giró y le abracé, echando una mirada asesina a su madre.

—Hola, Kazu. ¿Qué haces por aquí?

—Estaba comprando unas cosas —dije, escondiendo la bolsa de su vista. Sus padres me miraron unos segundos y decidí presentarme—. Hola, soy Kazutora Hanemiya.

Su madre me miró de arriba a abajo con cara de desaprobación.

—¿Se conocen de la escuela? —preguntó su padre, amable.

—De la pandilla —respondió Kane.

Su madre puso aún peor cara. Parecía no gustarle nada de la vida de Kane.

—En fin, voy a casa de Mikey en un rato. Los demás también estarán, ¿vienes?

—Claro —sonrió—. Luego voy a casa, mamá.

—No llegues tarde.

Después de eso, agarré su muñeca y lo arrastré lejos.

—Gracias por salvarme.

—No es nada, se te veía muy incómodo.

—Ya has visto cómo es mi madre.

Charlamos un poco hasta llegar a casa de Mikey, allí nos encontramos con su hermano mayor.

—Hola, chicos. Mikey está en el Dojo con los demás.

—Gracias, Shin —dijo Kane con una sonrisa.

Al entrar en el Dojo familiar, vimos como Baji intentaban tumbar a Mikey de un empujón.

—¿Qué hacen? —pregunté a Draken.

—Baji intenta tumbar a Mikey.

—Va a morir —dijo Kane.

Entonces el pelinegro empezó con los puñetazos, pero ninguno llegó al rostro de Mikey, quien sin sacar las manos de sus bolsillos los esquivaba todos.
Incluso nos saludó mientras esquivaba una patada de Baji.

—Oi, Kazutora, ¿qué traes ahí? Espero que sea comida, me muero de hambre —dijo Draken.

—Nada, es solo una cosa.

—¿Qué es? —se acercó Mikey, dejando a Baji en el suelo tras intentar una parada voladora.

—N-nada —dije, alejando la bolsa del resto.

Miré a Draken con súplica, moví mis ojos rápidamente hacia Kane y luego volví a mirarle.
Pareció entender y desvío la atención de mí.

—Oi, Baji. Vamos, machaca al enano.

El pelinegro, que estaba tumbado bocarriba en el suelo, derrotado, se levantó de un salto y corrió hacia Mikey para intentar tumbarle. Mikey tuvo que defenderse y se alejó de nosotros.

Cuando Baji se resbaló, todos reímos y Draken aprovechó para mirarme.

—Le has comprado algo, ¿verdad? —susurró.

Asentí, algo sonrojado, mirando a Kane.

Él seguía con curiosidad acerca de lo que había en la bolsa, pero al rato se fue a la tienda por algo de comer.

—Tráeme algo también, por favor —dijo Draken.

—¡Y a mí! —gritó Mikey.

—Vamos, Kazutora. Es tu oportunidad —susurró Draken mientras veía como Kane se ponía sus zapatos.

Apreté el agarre de la bolsa mientras me acercaba a él. Caminé en silencio hasta llegar a la tienda.
Cuando compramos lo necesario, le tendí mi bolsa y yo cogí la que él cargaba.

—Adelante, puedes ver lo que hay —dije, apartando la mirada.

Él dio un pequeño grito, emocionado, mientras sacaba lo que había dentro.

Lo primero que sacó fue un tomo de uno de sus mangas favoritos. Me miró con algo de confusión y emoción.

—Hay otra cosa...

Eso era lo que más vergüenza me daba. Le rogué a Mitsuya que me hiciera un peluche para Kane, pero insistió en que lo hiciera yo con algunas de sus pautas. El resultado obviamente no fue el esperado.

Esperé unos segundos a que reaccionara, sintiendo los latidos de mi corazón acelerados.

Ya veía la casa de Mikey y no quería hablar de esto enfrente de los chicos, así que le desvié un poco y nos quedamos junto a la puerta del Dojo para no entrar todavía.

—¿Te gusta?

Él asintió lentamente.

—¿Esto significa algo, Kazu?

Aparté la mirada y me sonrojé mientras reunía el valor para decírselo.

Cuando volví a mirarle, tenía algo en sus manos que probablemente sacó de su bolsillo.

—También tengo algo para ti.

Abrí el embalaje y era un peluche parecido al que le di.
Ahora entendía por qué Mitsuya cambió el diseño que quería para el peluche y por qué me obligó hacerlo a mano. Quería que ambos regalos se parecieran.

Al igual que el que hice, estaba mal hecho, pero a mis ojos se veía hermoso.

—Supongo que llegó el momento... Kazu, ¿quieres salir conmigo?

Me quedé paralizado durante unos segundos.

—No... yo...

Vi la desilusión en su rostro y quise remediarlo.

—¡No es lo que crees! Claro que quiero... pero quería pedírtelo yo antes.

Él sonrió y se acercó a mí.

—Lo siento, yo he sido más rápido.

Tenía un cierto tono provocador y al acercarse tanto no pude evitar mirar sus labios.

—¿No me vas a besar? —pregunté.

Me dedicó una última sonrisa antes de unir nuestros labios. Era un beso algo torpe, pero fue especial. Todo hasta que se escuchó un grito dentro del Dojo.

—¡Lo hice! ¡Tumbé a Mikey! —se escuchó a Baji.

—Mierda...

—Nos lo hemos perdido —completó Kane.

Rápidamente entramos al Dojo y vimos a Mikey tumbado en el suelo con cara de desconcierto y a Baji y Draken riendo.

—¿Cómo lo ha conseguido?

—Ya sabes, soy un-

—¡Mentira! Has ganado porque estoy hambriento y no tenía fuerzas... ¿habéis traído algo de comer? —preguntó mientras nos miraba.

—Eres un mentiroso —se quejó Baji—. No admites tu derrota.

𝙏𝙊𝙆𝙔𝙊 𝙍𝙀𝙑𝙀𝙉𝙂𝙀𝙍𝙎 - ᴏɴᴇ ꜱʜᴏᴛꜱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora