𝙏𝙊𝙆𝙔𝙊 𝙍𝙀𝙑𝙀𝙉𝙂𝙀𝙍𝙎 - ᴏɴᴇ ꜱʜᴏᴛꜱ

𝙰𝚔𝚊𝚜𝚑𝚒 𝚃𝚊𝚔𝚎𝚘𝚖𝚒🔥

·Ordinary life - The Weeknd·

Ambientado en el futuro de BontenNarra TakeomiFemale Reader

—Hola, princesa —saludé a [Tn] cuando entró en el coche.

Ella me sonrió y besó mi mejilla.

—Vamos, cariño. ¿Así me vas a saludar?

Agarré su barbilla para que me mirara. Ella sonrió y se acercó a mis labios. El beso subió un poco de tono, pero pronto tuve que parar.

—Vamos a llegar tarde a la fiesta si seguimos así —susurré, aún cerca de ella. 

—Está bien —dio un último beso rápido antes de acomodarse en su asiento con una sonrisa coqueta.

Había aparcado el coche frente a la casa de [Tn] mientras esperaba, así que aceleré y me encaminé hacia la autopista.

Íbamos a una fiesta en la mansión de Koko, ya que Mikey había decidido montar una fiesta allí para reunirse con gente importante. Un lugar público aseguraba que nadie haría ningún movimiento peligroso. El jefe se aseguró que todos trajéramos a un acompañante para dar una buena imagen, y quién mejor que mi nueva chica. Ella insistió mucho en venir, le advertí que era peligroso, que mi vida era peligrosa, pero no le importaba, quería conocer a la gente con la que trabajaba.

Apenas llevábamos un mes, pero y qué. Había pasión, eso me gustaba. Y al parecer a ella también, ya que llevó su mano a mi muslo, acercándose poco a poco a mi entrepierna. 

La autopista era tranquila, era de noche y no había casi ningún coche, así que decidí seguir su juego.  

Mi mano se posó en su muslo y lo apreté, dejando que el frio metal de mis anillos hicieran que se estremeciera. Mis dedos se colaron por debajo de su vestido y acaricié su ropa interior.

—Dios, ¿ya estás mojada? —sonreí.

—No sabes lo que he estado imaginando... Viéndote ahí conducir...

—¿Qué has pensado?

—En cómo se sentiría tenerte en mi garganta mientras conduces, en cómo intentarías concentrarte, pero no podrías...

—Mmm, ¿me retas? 

—Puede —dijo mientras desabrochaba mis pantalones. 

Mi miembro quedó al descubierto poco después, empezó a mover su mano arriba y abajo mientras se acomodaba para poder acercar su boca.

Solté un pequeño gruñido cuando escupió sobre él y lo metió en su boca para comenzar a lubricarlo. 
Tenía razón, era tan placentero que apenas me podía concentrar en la carretera.

Se movía un poco inquieta, dejó que una de sus manos se masturbara a ella misma mientras la otra ayudaba a su boca. Su lengua se movía sobre mi glande cuando paraba para respirar. 

—¿Cómo vas? —me provocó.

—¿Y tú? —dije, agarrando su pelo para que metiera mi miembro en su boca.

No pude contener un gruñido cuando pasamos por un bache y mi glande tocó el principio de su garganta.  Unos minutos después no pude aguantarme más y me corrí mientras mis dedos resbalaban por el volante por el placer. Mis fluidos cayeron por sus labios.

—No manches la ropa, debemos estar presentables, linda.

Mientras ella se colocaba de nuevo en su asiento, tomé la salida de la autopista que justo conducía hacia la mansión, pero antes del camino principal habían algunos árboles y arbustos que serían perfectos para cubrirnos de las miradas.

Paré el coche y eché mi asiento para atrás. Ella no tardó en ponerse sobre mí y se sentó mi miembro de golpe, dejando salir un gemido de alivio.

—Que bien se siente —gimió mientras se movía en círculos.

El coche se movía levemente cuando saltaba encima de mí, haciendo rebotar sus pechos, justo a la altura perfecta para lamer sus pezones ya duros.

Ella agarró mi nuca mientras sus piernas temblaban, su interior se sintió más apretado y, tras unos minutos en los que no paró de moverse y gemir, acabó corriéndose. Agarré sus nalgas para levantarla un poco y moví mis caderas para penetrarla lo más rápido que pude. Ella no paraba de gemir, sacudiendo sus piernas por el placer mientras yo disparaba mi semen dentro de ella. Nos quedamos así unos segundos, mirándonos a los ojos.

—Si pudiera cambiaría mi vida —susurré—, si sigo en Bonten acabaré muerto... Como me gustaría escaparme contigo ahora mismo.

—Hagámoslo —dijo antes de besarme—. Escapémonos —susurró.

—Sabes que esta fiesta es muy importante, [Tn].

—Pero-

La acallé con un beso, pero ella se apartó antes de que me excitara de nuevo, Mientras ella se limpiaba, yo arreglé mi ropa y puse el coche en marcha unos minutos después. 

Llegamos a la mansión y, tras aparcar cerca de la entrada, abrimos las grandes puertas. Me pareció raro que nadie nos recibiera, no habíamos llegado tan temprano...

—¡Arriba las manos!

Al entrar a la sala principal, unos policías se abalanzaron contra mí. Detrás de ellos había mucha más gente detenida.

—¿Qué demonios?

—Te dije que huyéramos —susurró [Tn] a mi oído, Cuando me di la vuelta, vi que me apuntaba con un arma—. Policía de Tokyo, quedas detenido.