𝙏𝙊𝙆𝙔𝙊 𝙍𝙀𝙑𝙀𝙉𝙂𝙀𝙍𝙎 - ᴏɴᴇ ꜱʜᴏᴛꜱ

𝚂𝚑𝚒𝚋𝚊 𝙷𝚊𝚔𝚔𝚊𝚒🔥

⚠️Smut (sexo explícito)⚠️
Male Reader

De todos mis amigos, Hakkai era el que tenía la mejor casa. Por eso, en algunos días de mucho calor, nos invitaba a su piscina.
Y allí es donde precisamente estábamos.
Mitsuya, Draken, Mikey y algunos más nos relajábamos mientras el sol parecía arder sobre nuestras cabezas.

Hakkai fue a la cocina y yo le seguí, ya que tenía algo de hambre.
Cuando ya nadie nos podía ver, le di una nalgada y un beso rápido en los labios.
Él y yo teníamos algo, aún no habíamos hablado de relación, pero era obvio que pronto sería oficial.

—¿Quieres un helado? —me preguntó antes de beber un poco de agua.

Asentí mientras me recargaba en la encimera, cruzando mis brazos sobre mi pecho.
Él me lanzó un paquete del congelador y lo abrí, comenzando a chupar la superficie fría para que se derritiera poco a poco.
Hakkai se quedó mirando un momento mis labios y mi lengua, pero luego se dio la vuelta.

—Volvamos a la piscina —dijo con tono nervioso.

—Claro.

Caminé detrás de él y, al llegar, me senté en el borde de la piscina, metiendo mis piernas en el agua.

—¿Alguno se queda a dormir está noche? —preguntó Hakkai y luego me miró—. Tengo la casa sola hasta por la mañana.

—No puedo, tengo que cuidar de mis hermanas —se excusó Mitsuya.

—Ken-chin y yo nos quedamos —dijo Mikey.

—Yo también —dije.

El resto respondió, pero ninguno más se quedaría a dormir. Éramos solo Draken, Mikey y yo en la casa de Hakkai.

Así, la tarde pasó y llegó la hora de cenar. Los demás se fueron y Draken tuvo que hacer la cena porque el resto éramos unos negados en la cocina.
Así que estábamos con él, dándole apoyo moral, mientras sonaba algo de música de fondo.

—Dormiréis en la sala, ¿os parece bien?

—Perfecto —dijo Draken, sirviendo la comida en los platos.

—Yo no quiero oír los ronquidos de Mikey —me quejé.

—¡Yo no ronco!

—Puedes dormir en mi cuarto, creo que tengo un futón de sobra —ofreció Hakkai.

Le agradecí y fuimos al comedor para probar la riquísima comida que había preparado Draken.
Comí otro helado después de cenar, y Hakkai no pudo apartar la vista de mí mientras lo chupaba.

Poco después preparábamos la sala para que ambos rubios durmieran, luego subimos a la segunda planta y Hakkai buscó el futón, que puse junto a su cama.

Apagamos la luz y nos tumbamos, aunque yo no podía dormir.

—Hakkai, ¿estás despierto?

—Si, ¿qué pasa?

—¿Nos vamos a la piscina?

—¿Ahora?

—¿Y por qué no?

Él rio y se levantó. Fue al baño para ponerse el bañador, igual que yo, y luego bajamos, con cuidado de no despertar a Draken o Mikey, cuyos ronquidos se escuchaban desde el pasillo.

Nos metimos en la piscina poco después. La iluminación de esta se controlaba con un mando que Hakkai acercó al borde. Puso un modo aleatorio donde iban cambiando de color.

—Llevas todo el día caliente, ¿verdad? —solté.

Hakkai se quedó paralizado, mudo.
Después de unos minutos, al fin contestó.