𝙏𝙊𝙆𝙔𝙊 𝙍𝙀𝙑𝙀𝙉𝙂𝙀𝙍𝙎 - ᴏɴᴇ ꜱʜᴏᴛꜱ

𝙷𝚊𝚗𝚖𝚊 𝚂𝚑𝚞𝚓𝚒

·Plan A - Paulo Londra·
Parte 1/2
OS ambientado en el futuro donde Hanma está en la ToMan y es ejecutivo (el que sale al final de la primera temporada del anime)
Narra Hanma
Female Reader

Después de un tiempo, esperaba ser más importante en la vida de [Tn], parecía más bien como uno más de sus amigos.

Ella no paraba de ir de un lado a otro. Yo la entendía, ser una ejecutiva en ToMan no era una tarea fácil, pero yo era un hombre que necesitaba un mínimo de atención.

La conocí hace un año cuando Koko la recomendó para un puesto y ascendió rápidamente.
Comenzó a asistir a reuniones importantes y demás en menos de dos meses, siendo clave para los negocios de Kisaki.

Durante ese tiempo, nos conocimos más a fondo y era imposible ignorar nuestra química.
Al principio todo estaba bien, pero con el tiempo todo se tornó muy confuso.

Sus actos y expresiones me hacían creer que le gustaban, pero nunca lo decía realmente.
A veces la veía hablar con otras personas y eso me hacía sentir unos celos terribles.

Mientras recordaba su sonrisa en mi mente, paseé de un lado a otro en la suite del hotel en la que ella se hospedaba.
Habíamos quedado aquí, pero pasaron las horas y no aparecía ni llamaba.

No estaba preocupado, ella es lo bastante fuerte para defenderse así que no le habría pasado nada malo.

Cuando estaba apunto de rendirme e irme a casa, ella apareció por la puerta.
Hablaba con alguien al teléfono, así que solo esperé a que colgara.

—Bien, mañana nos vemos en la reunión. Adiós, Koko —dijo amablemente.

Me miró, sentado en la cama, y me sonrió antes de tumbarse a mi lado.

—¿De qué querías hablar? —preguntó ella.

Me levanté y la vi sobre la cama, con los ojos cerrados y con una respiración tranquila mientras desabrochaba los botones de su camisa. Me di la vuelta y me serví una copa de las botellas de cristal que habían junto al balcón, luego salí para encender un cigarrillo y fumar y beber mientras veía las luces nocturnas de la cuidad.

—¿Te has olvidado de eso tan importante? —dijo llegando a mi lado, con un pijama holgado y un cigarro en la mano.

—¿Qué soy para ti?

Tardé unos segundos en recibir respuesta, y fue algo confusa, como toda nuestra relación.

—Eres... alguien especial en mi vida, eso seguro —dijo con un tono de humor, dando una calada.

—Hablo en serio —sonreí, mirando su rostro.

Caminó hasta apoyarse en una mesa y mirarme de frente.

—Sabes que no me gusta poner etiquetas, Shuji.

—Pues yo no le tengo miedo a eso —me acerqué a ella y acaricié su mejilla—. Te quiero y no tengo por qué ocultarlo más. Te pediría matrimonio ahora mismo, pero no obtendría respuesta, ¿verdad?

Ella sonrió y me echó el humo en la cara. Ella sabía cuánto me calentaba eso.
Mis manos pasaron a su cintura, aún no había mucha confianza física, ni siquiera nos habíamos acostado. Alargar esta tensión entre nosotros haría que lo deseáramos más y fuera mejor cuando lo hiciéramos, pero no sería hoy.

—Estoy cansada, ha sido un día agotador —dijo ella—. Creo que me iré a la cama ya.

Se alejó de mí y me quedé allí, confundido. Nunca me daba una respuesta concreta.

—[Tn], basta ya. Por favor —la seguí al interior de la habitación  y dejé mi copa sobre un escritorio—. Si no me quieres solo dímelo.

—Nunca he dicho eso.

—Necesito una respuesta, me estás mareando —reí, algo harto.

Ella se acostó en la cama y me miró una última vez.

—Buenas noches, Shuji.

Me fui de allí enfadado y disgustado.
Con ella nada era totalmente claro.

Al día siguiente, en la reunión, decidí guardar distancias. Ella notó que algo iba mal, así que unas horas después me llamó para vernos en mi despacho.

—¿Necesitas algo? —dije en un tono neutral cuando la vi entrar por la puerta.

—Bueno... cuando esta mañana me has ignorado no sabía si hablar contigo o huir del país —dijo con una leve risa para quitarle presión a la situación, al ver que no me reía cambió de estrategia—. Escucha, te debo una explicación porque seguramente estés enfadado por lo de anoche...

—No estoy enfadado, solo me molesta que no puedas aclararme lo que sientes.

—Es difícil para mí...

—Para mí también lo es, nunca he tenido una figura en mi vida a la que mostrar cariño, pero has aparecido tú y no me da miedo admitir que te amo.

—Lo siento...

Suspiré y dejé mis gafas sobre la mesa para levantarme y acercarme a ella.

—Estoy cansado de sentir lo mismo cada vez que te quedas sin palabras, ¿tan complicado es rechazarme?

—No quiero hacer eso —susurró ella.

—¿El qué?

—Quiero... estar contigo, pero es un tema delicado —se sentó en una de las sillas frente al escritorio y me senté a su lado—. Mi padre es un millonario chapado a la antigua que quiere una buena descendencia y un buen futuro para su única hija. Él concertó un matrimonio con un chico de confianza...

—¿Koko? —adiviné.

Ella asintió y me miró.

—Pero solo somos amigos, lo éramos desde críos. Mi padre piensa que estoy con él y pronto tendrá nietos, pero lo único de real de nuestro matrimonio son los papeles que firmamos.

—¿Por eso no puedes admitir que me quieres?

—Te amo, Shuji —me miró a los ojos mientras lo decía, eso me hizo sentir bien. Al fin lo escuchaba de sus labios—. Pero tengo miedo de lo que pueda hacer mi padre si se entera de esto.

—No veo que él esté por aquí —susurré, acercándome a ella.

Ella sonrió y se fue acercando hasta acabar con la distancia. Nuestro primer beso fue impresionante, como siempre pensé que sería.

Al separarnos, pegó su frente a la mía. Mi palma acarició su mejilla y suspiró.

—Arreglaremos todo esto como sea.

La alejé un poco para mirarla a los ojos.

—Te prometo que haré lo que esté en mi mano.

Volví a besarla, sintiéndome como en una nube.