𝙏𝙊𝙆𝙔𝙊 𝙍𝙀𝙑𝙀𝙉𝙂𝙀𝙍𝙎 - ᴏɴᴇ ꜱʜᴏᴛꜱ

𝙺𝚘𝚔𝚘𝚗𝚘𝚒 𝙷𝚊𝚓𝚒𝚖𝚎

El OS transcurre en el futuro del arco de Bonten
Female Reader

—Vamos a hablar con los clientes, cuida de [Tn] —dijo Rindō, mirando a Koko.

Se fue con su hermano hacia uno de los reservados de la discoteca. Yo me giré hacia Koko, quien me miró sin interés.

—Ya eres mayorcita, puedes cuidarte sola —dijo antes de beber un poco de su copa.

Rodé los ojos y me separé de la barra.
Bailé un rato en la pista hasta que volví a por una copa. Allí, un chico se me acercó y me invitó.

Cuando intentaba buscar con la mirada a mis amigos, escuché un quejido a mi lado.
Vi a Koko sujetando la muñeca de aquel chico. Estaba intentando echar algo en mi bebida.

—Lárgate antes de que me arrepienta de no matarte a golpes.

El chico huyó, dejándome sola con el peliblanco.

—Creí que dijiste que no me cuidarías —dije, apoyándome en la barra con una sonrisa.

—¿Preferías que te dejase drogar por un desconocido?

—¿Drogas? Te dijimos que no probaras las pastillas de Sanzu —dijo el mayor de los Haitani, llegando a mi lado.

—Ya no soy una niña.

—Estamos aquí para cuidarte, ya lo sabes —dijo Rindō, apareciendo detrás de mí.

Era cierto.
Conocí a los hermanos en el reformatorio cuando era una niña. Había perdido a mi familia y no tenía a nadie, así que ellos me cuidaron. Ahora seguían teniendo esa necesidad de protegerme.

Incluso ahora, mientras hablábamos, me cubrían del resto, evitando que cualquiera pudiera tocarme o siquiera verme.

—Puedo cuidarme sola —dije, agarrando una copa que el camarero me tendió.

—Si, ya veo —replicó Koko.

—Mira, os lo agradezco mucho, pero a veces necesito diversión y...

En ese momento comenzó a sonar mi canción favorita.
Miré a los hermanos y luego a Koko.

—Tengo que bailar esto —sonreí y fui hacia la pista.

Los tres me siguieron e intentaron rodearme para que no se me acercara ningún chico con otras intenciones.

El alcohol comenzó a hacer efecto y comencé a mover mis caderas de un lado a otro y en círculos.

Como era obvio, los Haitani se alejaron. No podían bailar de esa manera conmigo, era como su hermana pequeña.

Simplemente seguí bailando sin importarme quien se acercaba.

Rocé contra alguien y comencé a mover mis caderas más lento, solo acelerando en ciertos momentos de la canción.

Cuando me di la vuelta me sorprendí, era Koko quien bailaba conmigo. Él estaba tan concentrado en mis movimientos que cuando me giré se sonrojó, avergonzado.

Justo terminó la canción y yo me alejé para tomar otra copa.

Me sentía muy nerviosa al saber que había bailado con Koko. Sentía unas cosquillas en mi estómago y mi pecho, una especie de alegría.

Volví a la zona reservada, donde estaban los hermanos, Sanzu y Koko. Algunas personas —cuatro chicas y dos chicos — que seguro conocieron esta noche.

—Al fin vienes, [Tn] —sonrió Sanzu, pasando sus brazos por los hombros de un chico y una chica, cada uno a un lado de su cuerpo.

Todos tenían a dos personas a sus lados excepto Koko. Me senté a su lado y bebí un poco de su copa.

—Oi —se quejó.

—Eso es prácticamente un beso indirecto —se burló Rindō.

—Siempre estáis tonteando y nunca os habéis liado —dijo Sanzu.

—¿Te has tomado muchas pastillas o muy pocas? —pregunté.

Koko estaba a mi lado, algo incómodo.

—Venga, daos un beso. Sabéis que os tenéis ganas —dijo Rindō.

—Un beso, solo uno —le apoyó el pelirosa.

Todos comenzaron a decir beso a coro, animándonos a besarnos.
Incluso Ran, yo tenía esperanzas de que no siguiera ese juego tan infantil.

—Está bien, pero callaos ya —dije, harta de su comportamiento. Me giré hacia Koko y me acerqué a él.

Me quedé unos segundos mirándole a los ojos.

—No... No de esta forma —susurró antes de levantarse.

Todos quedamos en silencio, confundidos por su acción.

—Viva el amor —dijo Sanzu antes de levantar su copa y beber un poco.

—Cállate, idiota.

Me levanté y fui tras Koko.

Justo lo alcancé cuando iba a subirse en su coche. Su chófer me vio y él desvió la vista hacia mí.

Quiso evitarme al cerrar la puerta, pero la agarré antes de que lo hiciera.

—¿Qué ha pasado?

—Nada, déjame irme.

Intentó cerrar la puerta, pero la abrí y entré con él. Quiso salir por la otra puerta, pero el chófer cerró las puertas.

—Gracias, Ijichi.

—No es nada —sonrió y salió por su puerta, manteniendo el resto cerradas.

Miré de nuevo a Koko, quien se mostraba nervioso, apoyando su espalda en la puerta.

—¿Qué miras? —intentó sonar autoritario, pero se le escapó un tartamudeo.

—¿Por qué te has ido?

—No quería besarte.

—¿A qué te referías con...?

—Todo lo quieres saber, [Tn] —dijo molesto, mirando hacia otro lado.

Mi cuerpo se movió prácticamente solo. Nuestros rostros quedaron a escasos centímetros.

—Entonces no te molestará que te bese ahora, ¿no? —susurré.

Miró mis labios y luego a mis ojos.

—Dime a qué te referías antes...

Mi susurro llegó a sus oídos y se puso nervioso. Su respiración era pesada y no paraba de mover levemente sus dedos.

—Quería besarte, pero no de esa manera.

—Tendrás que explicarte mejor —me alejé un poco de él.

—Nuestro primer beso debe que ser especial porque... siento algo por ti —confesó.

Miré sus ojos y comencé a acercarme más. Cerré los ojos la rozar sus labios y presioné los míos contra ellos.

Todo mi interior se sacudió. Me sentía extrañamente cómoda y a la vez nerviosa.
Era un sentimiento extraño, pero agradable.
Era amor.

Me separé lentamente y me miró con una pequeña sonrisa.
Me atrajo a él y me besó un poco más profundo.

—Bueno, no tendrás problemas en volver a la fiesta, ¿verdad?

—Volvamos.

Me asomé a la parte delantera del coche y conseguí darle a un botón para abrir todas las puertas. Al estar fuera, nos topamos con Ran, Rindō, Sanzu y sus respectivos acompañantes.

Nos quedamos mirando unos momentos hasta que Sanzu rio.

—Viva el amor, ¿no? —dijo, caminando junto a aquel chico y aquella chica que le acompañaban antes.

Me giré para ver a Koko y agarré su mano.

—¿Dónde me llevas? —se rio.

—La noche aún no termina, apenas estoy cansada —sonreí y volvimos a entrar en la discoteca.

—¡Tengan cuidado! —escuché a Ran antes de que la música resonara en mis oídos al entrar en la discoteca.