𝙏𝙊𝙆𝙔𝙊 𝙍𝙀𝙑𝙀𝙉𝙂𝙀𝙍𝙎 - ᴏɴᴇ ꜱʜᴏᴛꜱ

𝙺𝚊𝚣𝚞𝚝𝚘𝚛𝚊 𝙷𝚊𝚗𝚎𝚖𝚒𝚢𝚊🔥

⚠️Smut (sexo explícito)⚠️
Female Reader

Esperé unos minutos en el coche mientras Kazu salía de su trabajo.
Lo vi abrir la puerta de la tienda de mascotas mientras agitaba su mano, despidiéndose de Chifuyu.

—Hola, hermosa —dijo al subirse al coche. Me dio un beso rápido antes de que arrancara.

Conduje hasta un restaurante de comida rápida, donde pedimos algo para llevar y fuimos a casa.

Unos minutos después, llegamos a nuestro hogar.
Habíamos alquilado un piso cerca de su trabajo, aunque ya compartíamos piso desde hacía años.
De hecho, así nos conocimos.

Chifuyu es mi primo y, cuando me mudé a la zona, habló con un amigo para que compatiera piso con él.
Le conocí y al momento sentí nuestra química.

Después de día tras día conviviendo juntos, comenzamos a sentir algo.
Dimos el paso cuando discutimos por primera vez.

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Caminé pisando fuerte hasta la sala. Allí estaba Kazutora, mirando su móvil mientras comía unas patatas.

—No has hecho la compra —dije con el ceño fruncido.

—Se me olvidó —no apartó la vista de su teléfono.

—He trabajado todo el día, Kazutora.

—Lo sé, perdona.

—Al menos-

—Oi, [Tn]. Deja de hablar y solo cállate.

—Cállame.

Parece que él esperaba esa respuesta.
Tardó unos pocos segundos en reaccionar y se acercó a mí, agarrando mi cintura y pegándome a su cuerpo.

Me besó lentamente y con fogosidad.
No esperaba esa reacción de su parte, pero me gustó.

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Pocas semanas después, montamos una fiesta en casa y el alcohol hizo su efecto.
Nos acostamos y a partir de ahí la tensión entre nosotros creció.
Los coqueteos en cualquier lado, los besos apasionados a escondidas del resto... Todo hasta que al fin comenzamos a salir.

Hoy cumplíamos dos años juntos, por ello salió un poco antes del trabajo, para estar más tiempo juntos.

—Esa falda es nueva, ¿cierto?

Asentí y él sonrió, acariciando mi muslo mientras me abrazaba por detrás.
Me puse nerviosa y casi se me cae la comida, pero me recompuse.

Después de cenar, nos quedamos en nuestra habitación, viendo algo en la tele hasta que dejamos de verla.

Nos mirábamos a los ojos como dos tontos enamorados, y es que lo éramos.
Estaba tumbada junto a él y una de mis piernas estaba apoyada sobre su regazo.

Él acarició mi muslo de arriba a abajo, provocándome escalofríos.
Se acercó poco a poco a mis labios, devorándolos con la mirada hasta que pudo tocarlos.

Su lengua exploró mi boca mientras notaba que su mano se colaba bajo mi falda y me agarraba una nalga. Él adoraba tocarme, adoraba mi cuerpo incluso con todas mis imperfecciones, porque para sus ojos yo era perfecta.

Seguí besándole y me incorporé, sentándome sobre su entrepierna, rozando ambos sexos.
Él agarró mis nalgas con cada mano mientras comenzaba a mover mis caderas como si mi vida dependiera de ello.

Escuchaba algunos gemidos y eso me motivaba a seguir.
Quitó mi camiseta y escondió su rostro entre mis pechos, suspirando y disfrutando de la sensación.

Su miembro comenzó a endurecerse, así que retrocedí para dejar su entrepierna al descubierto.

Su miembro se abultaba sobre la tela que, unos segundos después, desapareció de mi vista para dejarme ver su miembro al fin.
Su longitud se veía necesitada de atención, él la agarró y comenzó a bajar y subir su mano.

Algunos gemidos salieron de su boca y vi como la otra mano se colaba bajo mi falda y apartaba mi ropa interior para masajear mi clítoris.

No apartó la vista de mis ojos mientras lo hacía, eso me prendía más.

El líquido preseminal comenzó a gotear por los lados de su miembro, necesitaba tocarlo y hacerle sentir bien.
Retrocedí un poco más para poder agacharme y chupar su miembro, pero él agarró mi barbilla y me hizo mirarle.

—Siéntate en mi cara —susurró, provocando que me mojara por completo.

Él se tumbó mientras yo quitaba mi ropa interior, y aún teniendo la falda me senté sobre su cara, estaba demasiado caliente para desvertirme por completo.
Su lengua jugueteó con mi entrada mientras yo me centraba en su miembro, pero me costó mucho ya que él lo estaba haciendo muy bien y me desconcentraba.

Su lengua recorría mi entrada y jugó con mi clítoris.
Sus dedos sobaron mi labios y entraron fácilmente debido a que estaba muy mojada.
Su lengua iba a un ritmo lento sobre mi clítoris mientras sus dedos aceleraban, simulando embestidas.

Al poco tiempo sacó sus dedos y utilizó ambas manos para separar un poco mis piernas, agarrando por debajo de mis nalgas. Metió su cabeza entre ellas y sacó su lengua, moviéndola de un lado a otro en mi entrada. Después jugó con mis labios para meterla de nuevo y hacer círculos, tocando mis paredes.

—S-si sigues así... voy a-

No pude seguir hablando, ya que alzó un poco sus caderas para meter su miembro en mi boca. Siguió con los movimientos de su lengua y comenzó a tocar mi clítoris con sus dedos.

Mis gemidos se ahogaban por las embestidas que Kazu daba en mi boca.
Me revolví cuando sentí una presión en la parte baja del abdomen, seguida de una corriente que me hizo lagrimear un poco. Sentí el semen del chico llenar mi boca unos segundos después.

Mi cuerpo quedó relajado después del orgasmo y me tumbé en la cama, mirando al techo.

—Feliz aniversario, te quiero —dijo tumbándose a mi lado para besarme.

Se acurrucó, escondiendo su rostro entre mis pechos y yo acaricié su cabello con cariño.

—Te quiero, Kazu.

No tardó ni un minuto en estar caliente de nuevo.

—¿Compraste condones esta mañana? —preguntó ansioso, restregando su miembro contra mi pierna.

—Si, una caja entera.

—No creo que sean suficientes —bromeó, o eso quise creer.

Iba a ser una noche larga.