𝙏𝙊𝙆𝙔𝙊 𝙍𝙀𝙑𝙀𝙉𝙂𝙀𝙍𝙎 - ᴏɴᴇ ꜱʜᴏᴛꜱ

𝙼𝚒𝚝𝚜𝚞𝚢𝚊 𝚃𝚊𝚔𝚊𝚜𝚑𝚒

El OS no está inspirado en una canción, pero es que esta es superior 🛐
Female Reader

—Tranquila, te irá bien en tu primer día —me tranquilizó mi hermano Ryōhei.

Caminé hasta la puerta de mi clase y me giré, él me sonreía para tranquilizarme.

—Después de clases no puedo recogerte, pero puedes quedarte con Mitsuya en su taller hasta que yo vuelva. Está al final de este pasillo.

—Está bien... Adiós.

Era cierto, me iría bien en mi primer día, debía ser positiva.

Al final del día, hice un par de amigos y estaba dispuesta a irme a casa, pero me acordé que debía ir con Mitsuya.
Realmente no me podía quejar, le conocía desde hacía años y me caía muy bien. Era confiable.

Toqué a la puerta del aula donde se hacía el taller de economía doméstica y unos segundos después, abrió una chica.

—¿Eres nueva?

—No, yo... soy Hayashi [Tn] y...

—¿Eres hermana de ese memo? Lo siento mucho. Yo soy Yasuda.

—¿[Tn]? ¿Ya terminaste las clases? —apareció Mitsuya y me sonrió—. Ven, entra.

Le seguí. Por el camino, él iba aconsejando a algunas chicas que cosían o cortaban telas.

Llegamos a la mesa del profesor y puse mi mochila sobre ella.

—Perdona, mis chicas necesitan ayuda. Vendré luego.

Se fue y me sentí extraña.
Ese mote hacia las chicas del taller me puso... ¿celosa?

Es cierto que admiraba a Mitsuya por todo lo que hacía, pero no estaba segura de que me gustara.

Sin embargo, me convencí cuando le vi hablando con una chica y con una sonrisa.
Ne gustaba Mitsuya Takashi y estaba celosa.

Hice mi tarea de mal humor mientras mi hermano llegaba.

—¡Ya estás aquí! —gritó Yasuda—. Esto no es una guardería, ¿por qué dejaste sola a tu hermana?

—N-no es tu asunto —dijo mi hermano, caminando hacia mí—. Vamos, [Tn].

—Hola, Peyan, ¿ya os vais? —dijo Takashi.

—Si, muchas gracias por dejarla quedarse aquí.

—No es nada —me miró con una sonrisa.

—Nos vamos, adiós —dije, cogiendo el brazo de Ryōhei y saliendo de allí.

Dejé a Mistuya y Yasuda confundidos, pero seguí caminando hasta llegar fuera de la escuela.

—Oi, ¿qué pasa?

Suspiré y le miré. Confiaba en mi hermano, debía contárselo.

—Esta tarde me he puesto celosa y me he dado cuenta de que... me gusta Mitsuya.

Ryōhei sonrió y se apoyó en su moto.

—Al fin te das cuenta —rió.

Me sonrojé y crucé los brazos, ofendida.

—¿Y tú cuando vas a admitir que te gusta Yasuda?

—¿E-ella? Estás loca —subió a su moto y monté tras él con una sonrisa.

Al día siguiente, al salir de mi clase, me encontré con mi hermano, Pachin y Mitsuya.

—Vamos a casa de Mitsuya —informó mi hermano—. Tienes que venir, papá y mamá no estarán y no te puedes quedar sola en casa.