𝙏𝙊𝙆𝙔𝙊 𝙍𝙀𝙑𝙀𝙉𝙂𝙀𝙍𝙎 - ᴏɴᴇ ꜱʜᴏᴛꜱ

𝚂𝚑𝚒𝚋𝚊 𝙷𝚊𝚔𝚔𝚊𝚒

·Sweater weather - The Neighbourhood·
Parte 2/2 (continuación del OS con la canción Talking to the Moon)
Narración en segunda persona
Female Reader

El chico habló un poco más contigo y consiguió tu dirección, aunque decidieron que no se presentaría allí, ya que tus padres aún estaban en casa.

Hakkai se despertó pronto, solo para estar a las seis de la mañana en la estación de tren y compró un billete, llegó a Funabashi en menos de dos horas.

Ya le esperabas en la estación de Funabashi, de los nervios habías salido de tu casa sin tu abrigo y temblabas de frío.

El tren llegó y esperaste impaciente hasta que viste a tu chico salir de él.
Hakkai comenzó a girar su cabeza para buscarte y corrió hacia ti con una sonrisa y los ojos llorosos.

Te abrazó por la cintura y te levantó en el aire, dando un par de vueltas.

—Te eché mucho de menos —susurraste, escondiendo tu rostro en su pecho cuando te dejó en el suelo—. Te quiero.

—Te amo, [Tn] —dijo el chico, con la voz débil.

Cuando os separásteis del abrazo, él te vio. Te vio simplemente hermosa con tus pantalones de talle alto. Adoraba como se adaptaba a la forma de tu cuerpo. Se sonrojó un poco al tener ese pensamientp sobre ti.

Te notó temblando y abrió su mochila para sacar una sudadera.
Él sabía que adorabas robar su ropa y te miró con una sonrisa mientras te la ponías.

—Vamos a tener una aventura —dijiste, agarrando su brazo y comenzando a caminar por las calles de la ciudad, poniéndose al día de lo que había pasado en sus vidas en los meses que estuvieron separados.

Hakkai sintió su corazón latir fuertemente todo el tiempo, estaba emocionado de estar al fin contigo.

—¿Cuánto tiempo te quedarás? —preguntaste con la mejilla pegada a su brazo y tomando su mano.

—No lo sé, no he pensado esto demasiado —dijo con un pequeño sonrojo y cerrando los ojos con una sonrisa—. Solo tomé algo de ropa y dinero y me monté en el tren.

Sonreíste y él llevó tu mano a sus labios para besarla.
Él arrugó el ceño y te miró. Paró en un lado de la calle, por la cual no pasaba mucha gente.

—Tienes las manos heladas —acercó ambas manos a su rostro y las apresó entre las suyas. Intentó calentarlas con su aliento y sentiste un escalofrío—. Usa las mangas de mi suéter.

—¿Qué?

—Déjame sostener tus manos en los huecos de mi suéter. Hace demasiado frío para ti, odias pasar frío.

Te sonrojaste y él metió tus manos en las mangas de su suéter. Se agachó un poco y llegó a tus labios, donde dejó un suave beso. 
Sentiste sus mejillas húmedas y te separaste.

—¿Qué ocurre, amor?

—Estoy feliz de volverte a ver —te dijo con una sonrisa, unas lágrimas bajaban por sus mejillas.

Le besaste de nuevo y se quedaron abrazados.

—¿Quieres venir a casa?

—P-pero...

—Mi madre está fuera unos días y mi padre llegará a casa en unas horas, tranquilo. Puedes venir también cuando esté dormido y-

—Prefiero quedarme en un motel —dijo con algo de miedo.

Tal y como lo dijiste, se dirigieron a tu casa.
Estaba vacía y fría, pero fueron a su habitación y se quedaron juntos bajo las mantas. Os habíais quitado las sudaderas y habían puesto el calefactor para entrar en calor.

Se quedaron abrazados, en silencio. Simplemente no os importaba hablar, solo disfrutaron de la compañía del otro.

Aún temblabas un poco de frío. Él te abrazó debajo de la manta, acarició tu cintura y su mano se coló bajo tu camiseta. Un escalofrío te recorrió.

—L-lo siento...

Te incorporaste y le besaste. Tus labios bajaron por su cuello y él se sorprendió. Acarició tu mejilla y bajó su mano hasta tu cuello y la pasó por tu nuca para acercarte a él de nuevo, besándote lentamente.

Agarraste el final de su camiseta y se la quitaste. Luego tiraste la tuya por la habitación y te sentaste sobre él.

—Oi, [Tn]... No creo que sea el mejor momento para esto.

Para afirmar la frase del peliazul, la puerta principal se abrió.

—Ya llegué, cariño —dijo tu padre.

Entraron en pánico y se levantaron de la cama. 
Él comenzó a buscar nervioso su camiseta y su sudadera. Se las puso rápidamente.

—¿Y mi móvil? —susurró.

Tiraste la manta de tu cama y lo encontraste. Lo agarró y lo metió en su mochila, la cual aprisionó contra su pecho mientras lo empujabas hasta detrás de tu puerta.

Te pusiste la camiseta rápidamente y tu padre tocó a la puerta para luego abrir.

—¿Cómo estás?

—Bien, papá —contestaste con una sonrisa.

—Me ducharé y luego haremos la comida, ¿vale?

Asentiste y se marchó hacia el baño. Cuando escuchaste que cerró la puerta, agarraste la manga de la sudadera de Hakkai para guiarle rápidamente hasta la entrada.

Abriste la puerta y miraste hacia atrás, cuando volviste a mirar a Hakkai, este te dio un beso y sonrió.

—Nos vemos esta tarde, ¿podrás sobrevivir sin mí?

—Lo intentaré —dijo, colgando su mochila de uno de sus hombros.

Te dio un último beso y se marchó.

Las horas en las que estuvo sin ti, intentó conocer un poco más los alrededores de tu casa, paseando por algunas calles y encontrando algunos moteles en los que podría alojarse.

Recibió un mensaje de su hermana y decidió llamarla.

—¿Cómo está [Tn]-chan?

—Bien, he estado un poco en su casa, pero llegó su padre.

—Vaya hermanito, no le tienes miedo a nada —rió.

—Muchas gracias, Yuzuha —no solo le había dado el dinero para el tren y alojarse unos días, si no que debía enfrentar a su hermano mayor sola.

—No es nada, pásatelo bien y no te preocupes por volver pronto. Saluda a [Tn]-chan de mi parte.

—Lo haré.

Aunque anhelaba estar contigo, se prometió no demorar mucho en volver, Taiju tenía muy mal humor y no quería que Yuzuha pagara por la huida de su hermano pequeño.