𝙺𝚊𝚠𝚊𝚝𝚊 𝚂𝚘𝚞𝚢𝚊

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·I see you - Missio·
Male Reader

Era mi primer día en un nuevo curso y estaba algo nervioso.
Por suerte, una chica bastante extrovertida se acercó a mí cuando tocó la campana del descanso.

—Hola, soy Nakamura Kai. ¿Y tú?

—Takeda [Tn], encantado.

—¿Quieres comer conmigo?

Asentí y la seguí hacia el exterior, donde nos sentamos en un banco.

—Bueno, cuéntame algo sobre ti —dije—, ¿eres nueva también?

—Si, pero conozco a un par de clase porque estuvimos en la misma escuela. Preferí acercarme a ti, eres nuevo y no me gusta ver a la gente comer sola.

—Vaya, gracias —sonreí y le ofrecí un poco de comida.

Tras un poco de charla, me hizo una pregunta y me preocupó su reacción.

—¿Y tienes novia?

—En realidad —pensé un poco y decidí no mentirle—, tengo novio.

—Es genial, ¿cómo se llama?

Me alivió saber que no me juzgaría por eso.

—Kawata Souya, aunque sus amigos le llaman Angry.

Le hablé un poco sobre él, su pandilla y su gemelo.

—¿Cuándo os conocisteis?

—Fue cuando teníamos cuatro años —sonreí al recordar esos tiempos—. Él se mudó con su familia al mismo edificio y a veces coincidíamos. Un día comenzamos a hablar y nos hicimos muy amigos.

Mientras le contaba nuestra historia, recordé el momento de nuestro primer beso.
Fue un simple accidente que me cambió. Solo con ese beso supe que le quería y me quedaría toda la vida a su lado.

Ver sus mejillas sonrojadas y su constante enfado desaparecer por unos minutos me hizo pensar que era el chico más lindo.

—Vaya, parece que le quieres mucho —dijo ella, emocionada.

—Si... él significa todo para mí.

Al final del día, me sentí agradecido con esa chica. Sabía que seríamos buenos amigos.
Caminé a la salida, sabiendo lo que me esperaría.

A unos metros de la puerta, Souya se encontraba sobre su moto, mirando con cara de pocos amigos a algunas personas que se acercaban a su moto para verla.

Me acerqué corriendo a él y le abracé.

—Hola, [Tn] —pude ver una pequeña sonrisa cuando nos separamos.

Me tendió un casco y me lo puse para luego montar tras él.
Me llevó a casa y allí se quedó conmigo.

Me ayudaba un poco con mis tareas a la vez que se entretenía leyendo uno de mis mangas.

Estábamos solos en casa, pero eso era algo que no le preocupaba a mi madre.

Cuando al fin terminé, me tumbé junto a él y acaricié su pelo tranquilamente. A él no le importaba si yo le tocaba el pelo, pero con el resto se enfadaba.

Hablamos hasta que poco tiempo después, se quedó dormido. Se veía tan lindo y tranquilo que no quise despertarle.

Después de verle hecho un desastre, deprimido por la muerte de un amigo e incluso llorando, me alegró mucho que hoy me sonriera con esa timidez y estuviera tan tranquilo mientras hablábamos.

Agarré el manga que reposaba en su pecho y leí, acariciando aún su pelo, hasta que se escucharon unos golpecitos en la puerta.
Luego se abrió, dejando ver a Smiley.

—Sabía que estaba contigo —dijo con su sonrisa tan característica—. Tenemos que irnos a una reunión con la ToMan.

Al ver que su hermano estaba dormido, se acercó y le dio una patada en la pierna.
Él se levantó rápidamente con el puño cerrado, preparado para pelear.

—Idiota —dijo, con la voz algo ronca.

—Vamos, ya llegamos tarde —dijo, agarrando su camiseta para tirarle de la cama.

—Quiero quedarme contigo —dijo cogiendo mi mano, aún con los ojos cerrados.

Unos minutos después, nos dimos cuenta de que no iría si yo no iba, así que me cambié y fui con ellos.

La reunión empezó justo cuando llegamos, así que ambos subieron corriendo las escaleras y me dejaron solo, no sin antes recibir un beso de Angry.

Estaba apoyado en su moto mientras esperaba hasta que escuché un estruendo.
Alejé la mirada de mi móvil y vi unas figuras que se movían entre las motos y se reían después de haber pateado unas cuantas.

Me acerqué lenta y tranquilamente a ellos para intentar intimidarles.

—Oi.

—¿Qué te pasa? —dijo uno de ellos.

—Estas son motos de miembros de la Tokyo Manji Gang, deberían dejarlas como estaban y largarse antes de que-

—No nos da miedo una pandilla como esa —me interrumpió otro.

Miré por encima de sus hombros y reconocí la moto que habían tumbado.

—Estáis jodidos —reí—, esa moto es de Draken.

—¿Qué mierda pasa? —dijo una voz ronca a mis espaldas.

No me di la vuelta, sabía perfectamente que era Draken por la cara de miedo de aquellos chicos.
El rubio vio su moto y arrugó su entrecejo mientras crujía sus nudillos.

—¿Quién de vosotros, desgraciados, ha tumbado mi moto?

Ninguno respondió así que él comenzó a pegar a uno al azar. Los otros dos intentaron escapar, pero los agarré un los empujé para tirarles al suelo.

Me subí encima de uno para golpearle, pero no me di cuenta de que el otro casi me golpea hasta que vi su cuerpo caer a mi lado.

Al darme la vuelta, aún agarrando el cuello de la camisa de aquel chico, vi a Angry con mala cara mientras miraba al tipo en el suelo.

Solo tardamos unos minutos en darles una lección y se fueron corriendo. Justo entonces llegaron los demás y ayudaron a poner en pie algunas motos.

Yo no había recibido nada ningún golpe, pero Angry tenía la mejilla algo roja por un puñetazo y el labio partido.
Me acerqué a él y le revisé la herida.

—Vamos, te curaré.

Condujo en la oscuridad hasta mi casa, allí le curé la herida como muchas veces había hecho antes.

Después de eso se quedó dormido sobre mi regazo. No quise despertarle, así que me quedé así hasta que poco a poco me quedé dormido.

Me desperté unas horas después y estábamos tumbados. Su cabeza reposaba en mi pecho mientras respiraba tranquilamente.
Acaricié su pelo y sonreí. Desvié la mirada hacia la ventana.
Ya se vislumbraban las luces del amanecer.

Con esa sensación de paz volví a cerrar los ojos.

𝙏𝙊𝙆𝙔𝙊 𝙍𝙀𝙑𝙀𝙉𝙂𝙀𝙍𝙎 - ᴏɴᴇ ꜱʜᴏᴛꜱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora