𝙏𝙊𝙆𝙔𝙊 𝙍𝙀𝙑𝙀𝙉𝙂𝙀𝙍𝙎 - ᴏɴᴇ ꜱʜᴏᴛꜱ

𝚂𝚊𝚗𝚘 𝙼𝚊𝚗𝚓𝚒𝚛𝚘

Parte 2/2 (continuación de OS con la canción de Bruno Mars)
Algunas personas me pidieron segunda parte, así que aquí la tenéis <3
Narra rayis
Female Reader

Justo después de que empezara el año nuevo, miré a Mikey. 
Aún estando con sus amigos y familia, no se veía del todo feliz.

—Ese es Mikey, ¿verdad? —preguntó mi primo, pasando su brazo por mis hombros y señalando hacia el rubio.

—Si... Creo que debería hablar con él.

—Ni que lo digas, ha dicho una cosa muy rara sobre nosotros.

Cierto, Mikey creía que estaba saliendo con Torū.
Él me dio un pequeño empujoncito y caminé hacia Mikey.

Sentía nervios en mi interior, pero debía hacerlo.

Sé que no debería, pero quería volver con Mikey. Siempre y cuando ponga unos límites.
Dejando de lado cuando me ignoraba, era feliz junto a él.

Al fin llegué a su grupo, pero no podía verle, la espalda de un chico me impedía ver a Mikey.

—Perdona, yo...

—¿[Tn]-chan? —dijo Draken—, ¿ocurre algo?

El chico se apartó cuando Draken se acercó a mí.

—Hola... Solo quería hablar con Mikey.

Como si lo hubiera invocado, el rubio apareció.

—¿[Tn]?

—¿Podemos hablar... en privado? —dije incómoda, notando que todos allí me miraban.

—Claro, vamos.

Caminó hasta detrás del edificio del santuario. Nos quedamos en la linde del bosque y yo me dispuse a hablar.

—¿Cómo estás?

—Bien, supongo —susurró—. Pero eso no importa... Ya te pedí disculpas y-

—Acepto tus disculpas, Mikey —dije.

Él miró al suelo con una pequeña sonrisa.

—Gracias...

Un pequeño silencio se formó entre nosotros, pero no sabía cómo romperlo. Sabía lo que quería decirle, pero no cómo expresarme.
Suspiré para aclarar mis ideas y comencé.

—El chico con el que me viste era Torū.

—Me alegro de que pases página, yo solo-

—Mikey, él es mi primo. Yo... no estoy saliendo con nadie.

—¿Tu primo? —dijo sorprendido.

—Si, pasará el año nuevo conmigo y mis padres por temas familiares.

Mikey se apoyó en un árbol y se resbaló hasta quedar sentado en el suelo.

—Si... Recuerdo que me lo dijiste —dijo desanimado—. Siento haberlo olvidado...

—No pasa nada.

Un poco más de silencio.
Quería llegar al grano, pero estaba nerviosa.

—Siento haber sido un novio terrible.

—Al menos te has disculpado —dije, sentándome a su lado.

—Aunque por ahora no estés saliendo con nadie, quiero que sepas que estás en tu derecho, yo fui un-

—No quiero salir con nadie.

—¿Qué?

Jugué con mis dedos en mi regazo.

—A pesar de que no fuiste un buen novio-

—Fui un idiota —reconoció.

—El caso es que aún recuerdo algunas partes buenas en nuestra relación.

Mikey me miró unos segundos, sin entender.

—Quiero volver a salir contigo.

Me miró con los ojos bien abiertos.

—¡¿Hablas en serio?!

—Si —sonreí—, pero habrá que establecer unas reglas.

—Me parece bien —dijo antes de abalanzarse a mí para abrazarme.

Reí y le devolví el abrazo, acariciando su cabello.

Un poco después, nos levantamos y paseamos por el bosque. Aunque estaba oscuro y a cierto rubio le daba miedo.

—¿Has escuchado eso? Será mejor que nos vayamos.

—Vamos, casi hemos llegado —reí.

Como dije, unos segundos después llegamos a ese claro del bosque donde nos conocimos hace unos años.
Nos sentamos allí para mirar las estrellas.

—Si volvemos a salir, necesito que me prometas que me prestarás más atención. No quiero sonar-

—Toda la que necesites —besó el dorso de mi mano con una sonrisa.

Se veía emocionado por volver a nuestra relación y eso me hacía feliz.

No volvimos hasta que recibí una llamada de mi primo, estaba preocupado porque había desaparecido.

Así que regresamos al santuario y nos reunimos allí.

—Iré ya a casa —dije a Mikey—, pero Torū se quedará aquí un poco más.

—Te acompaño —dijo para mi sorpresa.

Sonreí mientras me arrastraba de la mano hacia su moto. Ahora sí se interesaba por la relación.

—Gracias, Mikey —dije antes de besar su mejilla.

—No es nada, vamos —palmeó la parte de atrás de su moto y me subí tras él.

Condujo con poco cuidado, sabía que él adoraba la velocidad tanto como yo. No me importó en absoluto. Me encantaba que el aire rozara mi piel con fuerza mientras montaba en moto.

Al fin llegué a casa y allí, Mikey me acompañó hasta la puerta.

—Bueno... ya llegamos.

—Si... pero no quiero irme —dijo tomando mi mano y acercándose un poco a mí.

Nuestros rostros quedaron a escasos centímetros. Miré sus labios, esperando que los acercara a los míos.

—¿No vas a besarme? —dije impaciente con una pequeña sonrisa.

—Sería nuestro primer beso del año... ¿estás segura?

Asentí y él se acercó lentamente.
Sentí sus labios sobre los míos después de tanto tiempo. Se sentía más especial, más tierno.

Después de separarnos, me miró a los ojos con una sonrisa.

—¿Mañana harás algo? —preguntó.

—Supongo que no... ¿quieres salir? 

Él asintió y besó mi mejilla antes de irse. 

—Bye bye —dijo agitando su mato antes de marcharse.

Entré en mi casa con una sonrisa en el rostro. 
Esta vez tenía un buen presentimiento, todo saldría bien.