𝙏𝙊𝙆𝙔𝙊 𝙍𝙀𝙑𝙀𝙉𝙂𝙀𝙍𝙎 - ᴏɴᴇ ꜱʜᴏᴛꜱ

𝙱𝚊𝚓𝚒 𝙺𝚎𝚒𝚜𝚞𝚔𝚎

Imaginemos que el último futuro al que regresó Takemichi también están Shinichiro, Mikey y Baji
Female Reader

El rubio me miró unos segundos sin saber que responder.
Me encontraba en la puerta del baño, con una prueba de embarazo positiva en mis manos.

—Voy a ser tío —susurró.

Por mi parte, no sabía cómo reaccionar.
Me había encontrado mal unos días, además no me llegó el periodo cuando suponía que debía llegarme, así que decidí hacerme la prueba de embarazo, solo para descartar posibilidades. Ya había hecho dos pruebas por si acaso, ambas salieron positivas.

—¿Cómo se lo voy a decir? —susurré, mirando la prueba.

—¡Voy a ser tío!

—¡Calla, idiota! —dije golpeando la cabeza de Mikey.

Draken, quien también estaba en la casa, pasó por nuestro lado.

—¿[Tn]-chan? —dijo, mirando mis manos.

—Voy a ser tío, Ken-chin —dijo Mikey, orgulloso.

—¿Puedes callarte un segundo? —dije agobiada, encerrándome de nuevo en el baño.

Unos minutos después, la puerta se abrió un poco, dejando ver a Emma.

—¿Puedo pasar?

Asentí y se puso a mi lado, abrazando mis hombros.
Estaba parada frente al espejo, mirando como mis ojos se cristalizaban.

—¿Crees que me dejará?

—Claro que no, Baji te quiere mucho. Solo debéis hablarlo.

—No creo que estemos listos para ser padres. Acabamos de abrir la tienda y...

—Tranquila —susurró, acariciando mi cabeza—, ¿por qué no hablaste conmigo antes?

—Aún no habías llegado y solo Mikey estaba en casa. Le pregunté si me podía acompañar a comprar algo en la farmacia y se quedó en la puerta del baño hasta que salí.

—Habrá sido un fastidio para ti tener que aguantar sus preguntas, ¿verdad?

Asentí, sonriendo.

—Repetía que era imposibles que estuviera embarazada hasta que yo le dije que no era virgen.

—Es tan idiota —dijo Emma, riendo.

—¡[Tn], tienes visita! —gritó Mikey desde fuera.

Emma salió primero y yo asomé la cabeza, viendo una cabellera negra junto a Draken.

Volví a encerrarme, haciendo caso omiso de las quejas de Mikey.

—¿Por qué le has avisado, Mikey?

—Creí que querrías decírselo.

—No justo ahora, animal —le reproché.

Unos segundos después, unos suaves toques a la puerta me hicieron girar la cabeza.

—Soy yo, mi amor.

Abrí un poco la puerta y Baji entró, algo tímido.

—¿Qué pasó? —dijo cuando me abalancé a él para abrazarle.

Noté como su cabeza paseaba por el baño y se detuvo en el lavamanos, donde descansaba la prueba de embarazo.

—Amor —intentó apartarme para ver mi rostro, pero yo apreté mi agarre—. Cariño, mírame.

—No —susurré.

—¿Estás embarazada?

Asentí un poco, con miedo. Él acarició mi espalda y rio.