Seis

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Abrí los ojos un poco y me moví para cambiarme de lado en la cama. Las cortinas estaban echadas y apenas entraba claridad. Había estado tan bien que no quería despertarme y volver a la realidad, pero tenía que hacerlo. Matthew estaba apoyado en el quicio de la puerta, solo llevaba unos pantalones de chándal y podía ver su fuerte pecho, ese que había recorrido ayer con mis labios y manos.

Su pelo estaba desordenado y parecía que había salido de un anuncio.

— Buenos días —sonrió.

— Buenos días —murmuré.

— Te han llamado al teléfono. Lo he cogido porque era la quinta vez que te llamaba. Era Xavier, te quiere allí lo antes posible para hacer la prueba de sonido.

Jadeé y me estiré. Aún estaba desnuda y tenía un poco de frío. Me destapé bajo la atenta mirada de Matthew y me bajé de la cama para ir a coger el vestido.

— ¿Quieres algo de ropa interior? —me preguntó.

— Por favor.

Me puse el vestido y no tardé en tener un bóxer blanco de Matthew puesto. Recogí mi pelo en un moño y el salió de la habitación diciendo que iría a hacer el desayuno. Mientras, fui al cuarto de baño y me lavé la cara y los dientes con un poco de pasta y mi dedo. No podía cogerle el cepillo de dientes a nadie.

Cuando fui a la cocina, Matthew estaba de espaldas y me di cuenta que no me importaría ver su torso desnudo todas las mañanas en mi cocina haciéndome el desayuno.

Lo contrataría como Chef.

Me acerqué y me puse a su lado viendo como él ponía las tostadas en el plato.

— ¿Voy haciendo algo? —pregunto, mirando su perfecto perfil.

— Hay zumo de naranja en la nevera, los vasos están aquí —señaló un mueble.

Sacar el zumo no fue tan difícil, pero coger los vasos se escapaba de mi alcance porque no llegaba ni poniéndome de puntillas, seguro lo había cambiado mientras yo dormía. ¿Para qué poner los vasos en un sitio tan alto?

Su cuerpo se pegó al mío y cogió dos vasos, poniéndolos al lado de una de mis manos.

— Había olvidado que no llegabas —tocó mi moño y arrugué mi nariz.

Coloqué bien mi moño de nuevo y eché el zumo en los vasos para llevarlos a la barra y comer allí.

Matthew estuvo contándome cómo se había sentido al ser escogido para la sesión de fotos de Rihanna y me enseñó fotos que yo ya había visto.

1. Porque lo seguía en Instagram.

2. Porque era mi stalkeo de interés cuando me aburría.

— Te queda muy bien ese estilo de ropa —dije. Omití que me lo tiraría con un uniforme militar puesto porque me ponía mucho.

— ¿Irás a los American Music Awards? —preguntó.

— Sí, tengo que actuar —terminé de beberme el zumo—. ¿Vas? —el asintió—. Veré una cara conocida allí, entonces.

**

Matthew me dejó dentro del recinto y después se fue. Camine hacia el que erra mi autobús y Xavier me interceptó en el camino.

— Llegas tarde.

— Lo siento, necesitaba dormir.

— Cámbiate y ve al escenario.

— A sus órdenes.

Corrí al autobús y cuando entré no había nadie. Fui a la habitación y me puse un top negro con unos vaqueros altos y me puse mis botas de tacón para poder ensayar en condiciones. No era lo mismo hacer una coreografía con unos deportes que con los tacones que me ponía para actuar.

Strangers - Justin Bieber Donde viven las historias. Descúbrelo ahora