Cuatro.

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Caminé al lado de Justin en silencio mientras los paparazis nos seguían. Varias personas se pararon a hacerse una foto con nosotros y ambos posamos. Habíamos escuchado varias preguntas sobre si estábamos saliendo pero ninguno había contestado.

La verdad es que yo había mirado extrañada a la persona que lo había preguntado y había negado mi cabeza con una mueca de «qué me estás contando» haciéndolos reír. Después Justin me había mirado y yo había sonreído.

No tardamos en llegar a una heladería y él me abrió la puerta para que entrara.

— Gracias.

Entré y observé el lugar, parecía que había entrado en los años cincuenta y me encantaba. — ¿Qué vas a querer? —Justin llamó mi atención y me giré para mirarlo. Estaba en la barra, un chico frente a él, esperando que yo decidiera. Me acerqué a ellos.

— Un batido helado de chocolate.

Abrí mi bolso para sacar la cartera pero Justin ya estaba pagando. Esperé hasta que se giró y puso su mano en mis hombros y me giró. Volvió a colocar sus manos donde mismo y me guio hasta uno de los asientos vacíos.

— Solo te pedí que me enseñaras donde había una heladería —me senté—. No necesitaba compañía.

Justin alzó una ceja y se echó hacia atrás. — Bueno, pero qué desagradecida.

Reí. — Lo siento, no estoy acostumbrada a que Justin Bieber se tome un helado conmigo.

— Y yo no estoy acostumbrado a que Alissa Lassare me pregunte dónde hay una heladería.

Sonreí. — Ni siquiera sabías quién era antes de los premios.

— La verdad es que no, pero ya lo sé. Has llenado un estadio con quinientas mil personas, eres más famosa que yo.

Si tuviera algo en mi boca lo habría escupido, pero solo me salió una rara carcajada. — ¡Has dicho medianamente bien mi apellido!

Él sonrió y el chico no tardó en llegar, poniendo mi batido helado de chocolate frente a mí y a Justin otro de vainilla.

— Gracias —le sonreí.

— No quiero molestar, pero... ¿Podrías echarte una foto conmigo? —observé al chico moreno y sonreí, asintiendo.

Me levanté mientras el chico le daba el móvil a Justin. Cuándo me puse a su lado vi que era muy alto, más que Justin y más que papá. — Pero bueno, voy a tener que subirme a una silla.

Los tres reímos y Justin sacó la foto. —¿Has hecho una? —pregunté. Justin asintió—. Saca varias por si acaso, no seas así.

Volví a sonreír y el chico me dio las gracias. Me senté y puse la cañita entre mis labios para empezar a beber.

— ¿Vas a sacar otro disco? —preguntó.

— Sí, estoy en ello.

— ¿Por eso vas ahora al estudio?

Asentí. — Quiero grabar una cover de una canción en español. Es preciosa y me gustaría poder meterla en el disco. ¿Cuándo sale tu disco?

— Dentro de unos meses -sus dedos tamborilearon en la mesa.

— ¿Cómo se llama?

— Purpose (propósito)

— Purpose... ¿Por qué ese nombre?

Justin se echó hacia delante para poder hacer nuestra conversación más privada. Volví a beber de mi batido helado, esperando que él hablara.

— Estuve un tiempo perdido. No sabía cómo llevar este estilo de vida. Estaba a punto de hacer algo estúpido y sentí como si Dios me dijera que no lo hiciera. Y entonces pensé, de acuerdo, si esto es real, muéstrame el camino. Fui en esa dirección y de alguna forma, deje que el tomara el volante y dije «hey, no puedo hacer esto solo». Así que por eso se llama Purpose.

Strangers - Justin Bieber Donde viven las historias. Descúbrelo ahora