15

3.3K 321 56
                                    


Justin me coge y ambos caemos en el agua fría de la piscina. Habíamos pasado un medio día adormilados en el sofá y después de reponer fuerzas, allí estábamos, jugando como si fuesemos dos niños de nuevo. Tenía varios flotadores en la piscina y Justin me ayuda a subirme en uno de ellos.

Él se monta en otro e intenta tirarme con su pie empujando el flotador.

Grito y me río mientras intento quitar su pie del flotador, y él, saca una pistola de agua que habían comprado Am y Alex la última vez y empieza a echarme agua.

— ¡Para! —Río.

— Di que soy el más guapo del mundo.

— ¡Eres el más guapo del mundo! ¡Para! —Mis manos están hacia delante, protegiendome.

El agua cesa y lo miro. Se está bañando en boxer porque no tiene bañador aquí y yo estoy en ropa interior.

— ¿Por qué no te montas aquí conmigo? —Dice dejando la pistola a un lado y acomodandose en el gran flotador.

— No, porque me vas a llevar por el camino del pecado.

Justin suelta una sonora carcajada y sonrío al verlo reír de esa manera. Le tiro agua y él deja de reírse.

— Mudate a Nueva York —sugiere.

— ¿A Nueva York?

— Para que estemos más cerca.

— Lo pensaré —me tumbo en la colchoneta y miro al cielo despejado.

Hace un día bonito donde el sol da con fuerza y metidos en la piscina daba gusto estar. Nuestras colchonetas chocan porque Justin ha estado remando hacia mí y cuando veo su mano, la sostengo.

— ¿Vais a vivir en Nueva York?

— Es donde está su familia.

— ¿Y tu familia? —Le pregunto.

— Nueva York será nuestra base. Estaremos entre Nueva York Y Los Ángeles.

— ¿Cuándo tienes que irte?

— Pasado mañana. Nadie puede saber lo nuestro, ¿Vale?

Me incorporo un poco y lo miro. Sus ojos marrones brillan y su pelo mojado está echado hacía atrás.

— De acuerdo. Siempre tenemos relaciones extrañas.

— Somos extraños, ¿recuerdas?

— Cómo olvidarlo —vuelvo a recostarme en la colchoneta—. Se nos puede ver juntos en la calle, ¿no?

— Sí.

— Entonces podemos salir a tomar un helado.

— Podemos hacer lo que quieras.

Sonrío abiertamente y me levanto en la colchoneta aún con su mano cogida.

— No dejes que las colchonetas se separen.

Justin se incorpora y me ayuda a pasar de una colchoneta a otra, con éxito. Me apoyo en su cuerpo y después me recuesto a su lado.

Su mano empieza a acariciar mi pelo y lo miro.

— Siento que tengamos que estar en esta situación.

— Que remedio, imagino que Scooter no se puede enterar —Justin niega con la cabeza—. Será algo solo nuestro, ¿vale?

— Vale.

Nuestros ojos siguen en contacto y la colchoneta se mueve por toda la piscina.

— Mudate a Nueva York. Así podremos vernos más a menudo.

Strangers - Justin Bieber Donde viven las historias. Descúbrelo ahora