Treinta y cuatro; encuentros.

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Me muevo con lentitud siguiendo a Am hacia el restaurante del hotel después de dejar las maletas en nuestra habitación. Ella ha estado diciéndome que desea ir a cualquier sitio emocionante mientras yo solo tengo ganas de dormir.

Ella entra en el restaurante abriendo la puerta con mi ayuda y cuando giro mi cabeza para echar un vistazo al local, veo dos cabezas rubias que conozco.

Tiro de la mano de Am haciendo que ella se queje y la saco de allí sintiendo como mi corazón golpea dolorosamente contra mi pecho.

— ¿Qué ocurre? Me has hecho daño.

— Pediremos la cena al servicio de habitaciones, es tarde.

— ¿Por qué?

— He visto dos cucarachas dentro —le susurro.

— ¡Qué asco! No me gustan las cucarachas.

— Ni a mí.

Abro de nuevo la puerta y me asomo con disimulo intentando que no me vean. Necesitaba asegurarme que eran ellos. Aunque mi cabeza me decía que saliera corriendo, que no viera nada.

Selena está sentada de frente a la puerta, pero ella está mirando a Justin. Él la mira a ella y sus manos se juntan, entrelazando sus dedos. Ella sonríe y lo mira... enamorada.

Cierro la puerta y me aparto para que alguien pase. Am está esperando a que decida irnos a la habitación, sin embargo, lo único que quiero es entrar ahí y colocar mis manos en su cuello para ahorcarlo.

Pero lo único que puedo hacer es girarme, coger la mano de mi hermana y dirigirme al ascensor para comer en la habitación.

— ¿Puedo ver los dibujos en la tablet ahora? —Pregunta.

— Sí.

El vello se me eriza en el ascensor y paso la lengua por mis labios sutilmente. Am se suelta de mi mano cuando el ascensor se abre y la sigo hasta llegar a la habitación. Camino porque sé que tengo que hacerlo, pero ni siquiera soy consciente de lo que estoy haciendo porque la escena que he visto se repite en bucle en mi cabeza.

Meto la tarjeta en la ranura y la puerta se abre. Am entra primero y cuando lo hago yo, no tardo en ir al teléfono y pedir comida para Am.

— ¿Tú no vas a comer? —Me pregunta.

— No tengo hambre. Ponte el pijama.

Le saco el pijama de su maleta y ella no tarda en estar cambiada encima de la cama viendo los dibujos en la tablet.

La cena no tarda mucho en llegarle y me voy al baño, cerrando la puerta con el seguro. Me apoyo en ella y miro al espejo que está en frente, donde me veo reflejada.

"Él besa mi cuello y echo la cabeza hacia atrás para darle un mejor acceso.

Sus manos se pasean libremente por mi espalda hasta llegar a mi trasero y apretarlo.

Muerdo mi labio y sonrió cuando sus dientes se clavan en mi cuello.

Estábamos en la cama, él sentado y yo encima. Besándonos como dos adolescentes que se desean. Y bueno, no éramos tan adolescentes, pero si nos deseábamos.

Escuchábamos las olas romper en la orilla y no podíamos estar mejor. Ir a Las Maldivas había sido una gran idea. Sus dedos se mueven por el lazo que ata mi bikini y sonrió.

Pongo mis manos en sus mejillas y alzo su rostro para dejar un beso en sus labios.

Abro los ojos cuando me separo y lo veo sonreír. Mis labios se curvan en una sonrisa y paso mis dedos pulgares por sus mejillas mientras nuestros ojos conectan de una manera íntima.

Strangers - Justin Bieber Donde viven las historias. Descúbrelo ahora