Veintiocho; Heartbreaker

3.8K 407 313
                                    

"Recuerdo querer sostener tu mano y besarte. Contarte cosas que nunca he contado antes. Creo que así es como supe que te amaba. Sí, creo que eso es todo".

No lloro cuando entro en el coche y Max comenta que mi visita ha sido muy rápida, tampoco lloro cuando me tiendo en la parte de atrás de jet mirando por la ventana como atravesamos el cielo.

Sonrío en el aeropuerto de Buenos Aires y cojo algunos regalos que me dan mientras miro a los diferentes móviles que se ponen en mi camino.

Pero si lloro cuando llego a la habitación de mi hotel, tendiéndome en la cama y haciéndome un ovillo agarrada al oso de peluche que me habían regalado. Las lágrimas salen sin cesar de mis ojos mientras mi corazón late con dolor contra mi pecho. Lágrimas que saben a mentiras y traición.

Aún resonaba en mi cabeza sus palabras "Tú y yo solo somos amigos". Sollozo abrazando con fuerza al peluche y Selena aparece en mi mente. Esa chica que me había dicho que a Justin solo le gustaban las modelos, esa chica que había sufrido por él y ahora... ahora era mi turno.

Me había convertido en una más de su lista aunque no lo había querido. No había sido su amiga, no nos habíamos comportado como tal. No me comportaba así con mis amigos, ni siquiera con amigos con ciertos derechos.

Él había cogido un puñal y había atravesado mi espalda hasta llegar a mi corazón, desgarrándolo y retorciendolo a su antojo.

Porque había confiado en él y me lo pagaba de la manera peor manera que había.

No como nada hasta que me tomo un café antes de empezar el concierto. Ni siquiera tengo ánimos de nada y lo que quiero es seguir en la cama. Me acerco a la plataforma y Henry me da el micrófono. Suspiro pesadamente y niego con la cabeza moviendo mis brazos.

El show tenía que continuar aunque mi vida amorosa volviera a ser un desastre. Ni con las chicas, ni con los chicos. Me casaría conmigo misma y me compraría una casa en Marte donde nadie pudiera hacerme daño, donde Alissa Lassarre dejara de existir para todos.

Ahora, mientras la plataforma me sube y les doy la bienvenida al concierto, mis problemas tienen que alejarse y dejar paso a una Alissa feliz, divertida. A una Alissa sin preocupaciones, por lo que sonrío abiertamente y levanto mi mano viendo el estadio lleno de gente, de luces.

Estábamos en ese punto en nuestras vidas donde solo veíamos luces convertidas en flashes. Estábamos en la cima, aclamados por todos, brillando con luz propia mientras una sombra negra cubría nuestra alma y nuestro corazón.

Después de este concierto me queda otro en Buenos Aires al día siguiente. Había llenado los dos estadios y papá me enviaba mensajes felicitándome porque el Tour estaba recaudando mucho dinero, una parte iba destinada a las distintas fundaciones a las que apoyaba.

— Oye, Liliana —digo entrando en el camerino después del concierto.

— ¿Selena Gómez está con Abel? —pregunto.

— Sí, o eso creo. ¿Por qué?

— Bueno, voy a sacar una canción con Abel junto al videoclip, no quiero que se me echen encima las fans de Selena —me encojo de hombros.

— Dudo que lo hagan, ya todo el mundo da por echo que tú y Justin estáis en algo —mi corazón se oprime—, aunque será raro. Tú estás con su ex novio y cantas con su novio —suelta una risita y tiro de la gomilla para quitarme la cola.

Y cuando llego a la habitación del hotel, me pido una ensalada y busco en Internet. No hay nada sobre Justin y Selena, no todavía.

Sin embargo, hay fotos recientes con Abel. Había sido la primera en enterarse que se estaban viendo de nuevo. Cierro el portátil y me levanto para poner el plato de ensalada encima de la mesa. Al volver a la cama, me acurruco entre las mantas con el peluche entre mis brazos de nuevo.

Strangers - Justin Bieber Donde viven las historias. Descúbrelo ahora