Treinta y dos [I]

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Todos se habían quedado contentos con el espectáculo en La Voz y yo me alegraba. Ahora, estábamos caminando por los pasillos del estadio y no había tenido que rogar mucho para poder verlo, ya que su equipo me conocía.

Eché las cortinas hacia un lado y lo vi poniéndose bien el pinganillo.

— Hola —saludé.

Él me miró, serio, pero sonrió cuando se fijó quién era. — Luciérnaga —se acercó a mí y me abrazó, levantándome del suelo. Correspondí su abrazo y sonreí. Me separé de él y me giré.

Luciernagodije en español—, estas son mi madre y mi hermana.

— Hola —saludó Justin a mi madre con un pequeño abrazo, sin embargo mi hermana se agarró a su cuello con fuerza y a él no le quedó más remedio que cogerla en brazos.

— Vaya, estos abrazos me gustan a mí, Alissa —dijo abrazando a mi hermana con fuerza.

— Lo tendré en cuenta.

— ¿Estás nervioso? —preguntó mi hermana en francés.

Justin me miró. — Pregunta que si estás nervioso.

— Oh, no. ¿Nerviosa tú por ver el espectáculo?

Mi hermana me miró y decidí que nos iríamos pronto porque no iba a traducir todo. Ellos hablaron unas cuantas cosas más y mamá cogió a Am de la mano para salir.

— Suerte —le sonreí y me giré. Su mano se puso en mi brazo y lo miré.

— He visto el video tuyo en La Voz.

— ¿Ya has visto la actuación? Si aún no ha salido.

Él negó con la cabeza. — El del desmayo. ¿Estás bien?

— Perfectamente. No había dormido mucho y tampoco desayunado. Todo está bien.

— Sabes que puedes contarme lo que quieras, ¿no?

Sonreí y puse mi mano en su mejilla. — Todo está bien, no tienes que preocuparte por nada —palmeé su mejilla y él sonrió. Cogió mi mano y me acercó a él para susurrar algo en mi oído.

— Esta noche me pedirás que te dé en tu trasero más fuerte.

— ¿Quién te ha dicho que voy a pasar la noche contigo? —me separé de él y pude ver su cara de confusión—. Bonne chance —le deseé suerte en francés y él sonrió.

Salí para ver a mamá hablando con Matt. Gruñí. ¿Qué hacía él aquí? Decidí intentar escabullirme pero Am gritó mi nombre y no me quedó más remedio que ir.

— Deberíamos ir ya fuera —sugerí.

— Por supuesto, ¿vienes con nosotras, Matt?

Él miró mi cara de pocos amigos y sonrió, negando con la cabeza. —Estoy esperando a mi hermana.

Oh, la arpía número uno —murmuré en español.

— Vámonos —cogí la mano de Am y mamá se despidió de Matt—. ¿Puedo saber por qué mierda lo saludas? —pregunté de mala manera.

— Es educación, Alissa. Algo que por lo que veo olvidaste en Los Ángeles.

— Él fue un capullo.

— Me dijiste que no estabais juntos cuando se vio con esa chica.

— Pues sí que estábamos juntos. No ha sido el mejor novio del mundo, deberías saberlo.

Strangers - Justin Bieber Donde viven las historias. Descúbrelo ahora