Veinticuatro

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Justin.

Había estado enfadado y confuso cuando se fue, pero después había sonreído porque estaba costándome trabajo que ella confiara en mí. Era difícil, pero no imposible.

Alissa escondía muchas cosas y yo estaba intentando de averiguarlas. Podía tener solo sexo con ella. Podía ir a su casa y besarla cuando abriera la puerta y acabar en la cama, pero ella me llamaba la atención. Mucho.

Había conseguido que me corriera en tiempo récord en el baño, haciéndome gemir y temblar como nadie había hecho.

Yo estaba acostándome solo con ella, sin embargo, sabía que yo no era el único polvo de su vida. Ella estaba en París y había fotos con un hombre que era mayor que ella. Solo estaban paseando, pero sabía, perfectamente, que ya se lo había tirado.

Recordaba verla con una camiseta mía mirando por la ventana. Había estado hablando con Johnny, confesándole que aún estaba enamorado de Hailey. Sin embargo, había una chica —que conseguía llevarme al cielo con el sexo— en mi habitación.

Me acerqué a ella y me puse a su lado.

"¿Has dormido bien?"

"Sí" me sonrió de lado "siento lo de ayer"

"No te preocupes, todos tenemos demonios en nuestra cabeza"

Ella asintió y volvió a mirar hacia el frente.

Esa noche, nos quedamos solos y vimos una película en el sofá, abrazados, porque nos sentíamos bien así. No estaba enamorado de ella, pero le tenía cariño.

Sabía que la vería en el próximo programa con Ellen y estaba deseando.

Ese día no tardó en llegar y la vi por los pasillos en unos pantalones ajustados que me hacían mirar, siempre me hacían mirar. Llevaba sus altos tacones y un top blanco. Su mirada se encontró con la mía y ninguno sonrió. Ella pasó de largo pero dejó su perfume en el ambiente.

Esta vez era yo el que tenía la entrevista y ella venía de invitada, así que, mientras pasaba la entrevista con Ellen, solo estuve pensando en el momento en el que la tendría a mi lado.

— Bueno, hoy tenemos una invitada especial que ya ha estado con nosotros una vez y me pareció buena idea invitarla ya que hizo muy buenas migas con Justin, ¿no?

Me encogí de hombros, sonriendo. Ellen dijo su nombre y la gente se puso de pie. Yo también, para poder observarla. Ella entró sonriendo y saludó con su mano, sus ojos se posaron en mí y cuando la tuve frente a mí, ambos nos dimos un pequeño abrazo para después, ella abrazar a Ellen.

Me senté y ella se sentó a mi lado.

— Bueno, he visto que sois muy buenos amigos, ¿no? O ¿hay algo más entre vosotros?

— No, no —dijimos los dos a la vez—. Solo somos amigos —nos señalé.

— Pensé que había conseguido una pareja en mi programa, no sirvo para cupido.

El público rio y miré a Alissa, que estaba sonriendo. — He pensado en enseñar estas fotos con Alissa delante porque aún recuerdo el día que jugamos y Alissa dijo que nunca había estado en una piscina desnuda, sin embargo, Justin, como es experto, fue visto en Bora Bora, supongo que en tu cabaña privada, ¿no?

— Si —miré a Ellen y vi a Alissa asomar su cabeza para ver la foto en la gran pantalla.

— Nosotros somos muy buenos reconociendo a los paparazzis. Se esconden en los barcos, pretendiendo ser pescadores y nosotros estamos como "eres un paparazzi". ¿Cómo no viste que había uno ahí?

Strangers - Justin Bieber Donde viven las historias. Descúbrelo ahora