Treinta y siete; dark side

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Muerdo mi labio mientras escucho mi voz por los cascos que llevo puestos. Tengo el micrófono frente a mí y Poo está mirándome fijamente.

Actúo como si no tuviera corazón, lo hago todo el tiempo.

Eso no significa que no esté lastimada, eso no significa que esté bien. Pero tú notarás cuando alguien se vuelva de esa forma.

— Sí, me gusta como queda.

— Bien, seguimos con la siguiente estrofa —escucho la voz de Poo.

Lamo mis labios y espero que la melodía suene. Había vuelto de las mini vacaciones con Leo donde había conseguido despejarme.

Ahora, estaba en el estudio grabando algo que había compuesto con Poo. Gritaba "Justin" por todos lados pero me daba igual, aunque habíamos añadido cosas que no tenían nada que ver con nosotros.

— Alissa —la melodía para y parpadeo un par de veces para mirar a Poo—. Canta.

— Lo siento —río un poco—, estaba pensando.

La melodía vuelve a sonar y empiezo a cantar las frases que tocan ahora. Esta era mi manera de sacar todo lo que llevaba dentro, aunque a veces no funcionara.

Me quito los auriculares y los dejo a un lado. Salgo y me siento en la mesa donde está la comida, dejando que mis pies cuelguen. Deslizo mi mano por la bolsa del McDonald's y saco los nuggets. Abro la caja y cojo una para llevarla a mi boca y darle un mordisco.

— ¿Te convence? —Pregunta Poo.

— Sí.

Cuando te sientas en peligro,
Cuando te sientas encadenado, cuando no quede más que dolor...

Bienvenido a mi lado oscuro.

La música para y termino de comerme el nuggets para empezar a comerme otro. Intentaba mantenerme en contacto con mi familia a pesar de que ninguno de mis padres habían aceptado que fuese a una Isla Paradisiaca a disfrutar de la vida con Leonardo Dicaprio o a regalarme, como sabía que pensaba mamá.

Ella se había ahorrado ese comentario pero sabía que lo pensaba. Sinceramente, era una mujer soltera y esa oportunidad no podía dejarla pasar.

Dejo la caja de nuggets a un lado porque se me ha quitado el hambre y sé que debo conseguir alejar los malos pensamientos de mi mente, pero es difícil conseguirlo.

Sobre todo sabiendo que por cada movimiento que hagas hay miles de ojos criticándote, juzgandote.

Ya había pasado por esto, ya había estado en el punto de mira, pero no como ahora, no a esta magnitud.

Siempre había fingido que lo manejaba, que tenía todo bajo control. Solía creérmelo, hasta ahora, cuando sentía que todo se estaba escapando entre mis dedos.

Cuando volvía a sentir que no era la dueña de mi vida.

No tardamos en salir del estudio porque llevamos muchas horas dentro. Poo y Linda estaban ayudándome a componer lo que sentía. Me sentía a veces tan abrumada que no era capaz de poner mis sentimientos en orden.

Paro por un batido antes de ir al hotel sabiendo que no llevo mi mejor cara. Espero cansada que me lo pongan y salgo del local para recibir a una marea de paparazzis.

Strangers - Justin Bieber Donde viven las historias. Descúbrelo ahora