Strangers - Justin Bieber

Doce; solo amigos

La cantante Alissa Lassarre sigue dando de qué hablar, y esta vez, por una denuncia que le ha puesto su ex amiga Cindy Harrison por haberle roto la nariz de un puñetazo.

La modelo californiana afirma que Alissa se volvió loca cuando le dijo que dejara de drogarse y su reacción fue pegarle.

— ¡Eso es mentira! —alzo mis manos y doy un golpe en la mesa del avión haciendo que papá deje de leer—. ¡Le di un puñetazo porque la encontré en la cama con Alex! —Señalo a mi hermano.

— ¿Qué? —papá mira a Alex y después a mí—. ¿Por eso le diste un puñetazo?

Me quedo callada y entonces, Alex toma su venganza. — Ella estaba saliendo con esa chica o algo así.

Papá me mira con los ojos bien abiertos, seguramente sin saber qué decir. Abre su boca pero después la cierra. — ¿Te has acostado con una chica? —abro mi boca para contestar pero él alza la mano para que me calle—. No me lo cuentes, la cuestión es que te ha denunciado —deja el teléfono encima de la mesa.

— ¿Y qué? Es solo un puñetazo.

— Alissa, no es solo un puñetazo. Te acusa de darle un puñetazo porque estás drogada. ¿Sabes la imagen que estás dando? Sea o no sea verdad.

Lamo mis labios porque es cierto. La voz de David diciéndome que no soy la misma me ha perseguido hasta en mis sueños.

— ¿Estás saliendo con alguien ahora? —pregunta papá.

— No.

— ¿Que tienes con Bieber?

— Solo amigos.

— Fingiré que te creo.

Ruedo los ojos y miro a Rory que me está apuntando con la cámara. Él ríe ante la cara que estoy poniendo y sonrío.

Volvía a los shows que me quedaban en Rumanía y Noruega, después tendría una semana libre y empezaría por Latinoamérica, que eran muchos conciertos.

Solo en Brasil hacia cinco, en México tres, Chile dos, Argentina dos y así hasta llegar a los meses yendo de un lado a otro.

Cuando llego al hotel en Rumanía, hago facetime con Justin, mi sonrisa se borra cuando su expresión es seria.

— ¿Que ocurre? —dejo la chaqueta en la silla y me siento en el borde de la cama.

— Tú eres como yo hace unos años.

— Oh no, yo estoy muy por encima de ti —me tiendo y observo la pantalla, él sonríe al fin y niega con la cabeza.

— Quiero decirte que te estás metiendo en el mismo oscuro mundo en el que yo estaba.

Me incorporo y frunzo el ceño. — Te estás preocupando demasiado, estoy perfectamente. Estáis haciendo un castillo de un grano de arena.

— Te caiste del escenario porque estabas demasiado drogada como para mantenerte consciente.

— Me caí del escenario porque se me había bajado el azúcar debido a la marihuana.

— ¡Lo que he dicho!

— Para nada.

— Yo tampoco quería aceptar que tenía un problema.

— No tengo un problema. Quizás tú lo hicieras por diversión pero yo no.

— ¿Y por qué mierda fumas?

Me quedo callada y dejo el móvil en la cama haciendo que él mire el techo.