Dieciséis

7.1K 363 95
                                    

Como se arranca el hierro de una herida
Su amor de las entrañas me arranqué,
Aunque sentí, al hacerlo, que la vida
Me arrastraba con él.

Bécquer

Caminé por el desierto de Los Ángeles. Él sol dando en mis hombros y mi cabeza, hacía calor. Llevaba recogido mi vestido y Liliana me ayudaba. Matt ya estaba allí, había estado grabando su parte y ahora me tocaba a mí grabar la mía, después la haríamos juntos, aunque esto era solo una parte.

Me enseñaron los planos que tenía que hacer y donde tenía que mirar, y cuando Matt terminó, fue mi turno.

Había unos ventiladores que hacía que mi vestido y mi pelo ondulado volaran hacia atrás. Escuché la música de lejos y empecé a mover mis labios por donde iba la canción. Levanté mi vestido y lo dejé caer.

Tomas y tomas y más tomas, desde la izquierda, arriba, la derecha, en frente, subiendo los brazos, moviendo el vestido, echando mi cuerpo hacia atrás y con Matt.

Sí, con él. Estábamos tumbados en la arena, yo encima de su abdomen. Juntamos nuestras manos como nos habían dicho y mi corazón bombeó con fuerza ante nuestro tacto. Hacía mucho tiempo que no lo tocaba y mi corazón se llenó de melancolía.

Estaba en su casa, haciendo de comer mientras él se duchaba. Arrugué la nariz mientras intentaba que la comida no se pegara. Sentí sus brazos rodear mi cintura y besó mi coronilla.

"Eso huele muy bien" susurró.

Reí "¿Tú crees?"

"Claro, no te lo diría si no fuera cierto"

Sonreí sintiendo su cuerpo detrás del mío y sus brazos en mi cintura. El me subió a sus pies y empezó a besar mi hombro con facilidad, ya que llevaba mi pelo recogido en un moño. Llegó a mi cuello y sonreí, mordiendo mi labio. Su barba me hacía cosquillas y me hizo soltar una risita.

"Tú y tus cosquillas" susurró "siempre"

"No puedo evitarlo"

Él empezó a morder mi oreja y separé la comida del fuego porque sabía que esto iba a ponerse caliente. Me apoyé en la encimera y eché mi cabeza a un lado para que él pudiera besarlo mejor.

Parpadeé y me vi de nuevo en aquel desierto con el sol en mi cara. Alguien del equipo estaba tendiéndome su mano para ayudarme a levantarme. Después de caminar agarrada de la mano junto a él, con los ventiladores de nuevo, tuvimos que ponernos frente a frente y el poner su mano en mi mejilla mientras yo «cantaba».

Lo había querido mucho a pesar de todo. Él había estado conmigo en mis primeros pasos y había sido mi primer amor, era imposible, a día de hoy, no sentir algo por él, aparte de asco y odio, o quizás yo intentaba convencerme a mí misma que lo odiaba, con todo mi corazón, y lo hacía, porque aún él tenía esa cosa que me hacía ponerme nerviosa ante su mirada.

Estábamos en el coche, dirigiéndonos a nuestro próximo destino donde seguiríamos rodando. Miraba por la ventana para no interactuar con Matt, pero el habló: - ¿Ahora te codeas con la alta jet set?

- Es lo que tiene ser famoso -murmuré.

Matt soltó una risa más bien amarga y lo miré. Pasó una mano por su pelo. - Nunca quise hacerte daño, te quería.

No hablé porque no sabía que decir. Alissa Lassarre se había quedado sin palabras de nuevo y odiaba eso, ¿Por qué no podía mandarlo a la mierda?

- Tú me dejaste, deja de ser falso.

Lo escuché dar un largo y pesado suspiro y dejó de hablar durante todo el camino hasta que llegamos. Seguíamos en el desierto, así que había una caravana para que pudiera cambiarme.

Strangers - Justin Bieber Donde viven las historias. Descúbrelo ahora