Dieciocho

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Había momentos en mi vida en los que no entendía a las personas, y Justin era una de ellas. Quizás a él no le importaba tenerme a mí aquí cuando también estaba Hailey, pero las miradas que me echaba la rubia no eran muy amigables, por lo que decidí desaparecer e irme a otro sitio.

Quizás se le había olvidado mencionar el hecho de que ella estuviese aquí, o que también estaba su madre, una mujer bajita con el pelo castaño, o Kourtney Kardashian, o muchos famosos más. Terminé mi lata de redbull y salí de allí para dirigirme detrás del escenario. No iba a participar en las fotos que la gente echaría señalando a la exnovia celosa de Bieber, a su rollo y a su polvo maduro. Apenas era la tercera canción y yo quería salir de ahí ya.

Recordaba perfectamente las palabras de Carol al decirme que le gustaba el drama... ¡Cuánta razón tenía! ¿Qué necesidad había de esto? Ninguna. No necesitaba aguantar miradas envenenadas de nadie. No sabía lo que había pasado entre ellos y tampoco me interesaba.

Moví la lata vacía de un lado a otro mientras mis tacones resonaban por los pasillos del recinto y me encontré a su madre de frente. Le sonreí y ella me sonrió de vuelta.

— ¿Ya te vas? —su voz me hizo girarme.

— Sí, tengo cosas que hacer —me encogí de hombros.

Ella sonrió. —Me he dado cuenta de cómo te mira. ¿Estás con Justin?

Más quisiera él.

— No —solo me lo estoy tirando-, somos amigos. Supongo que ella no entiende ese concepto.

— Soy Pattie _levantó su mano y la estreché.

— Alissa —sonreí—, espero que disfrute del concierto.

— Gracias, ¿No quieres venir conmigo?

Negué con la cabeza. — Ya he visto el concierto, no se preocupe.

Me giré y suspiré empezando a caminar. Me iría a casa, pediría comida y llamaría a Matthew para vernos, ya que me había dejado varios mensajes. Le envié uno a Justin diciendo que no iba a cenar con él en The Nice Guy y que tampoco iba a ir al club OAK que a él le gustaba tanto.

**

Aunque os parezca mentira, estaba viendo una película con Matthew en el sofá. Habíamos pedido comida china y después nos habíamos bebido una cerveza viendo la película. Los botellines estaban en la mesa y yo estaba tan metida en la película de suspense que estábamos viendo que di un bote en el sofá cuando el timbre sonó.

— ¿Esperas a alguien? —preguntó Matthew.

— No, que yo sepa.

Alargue mi brazo para coger el mando y paré la película. Matthew se levantó y vi su escultural cuerpo dirigirse hacia la puerta de entrada. Escuché varios murmullos y Matthew apareció. — Alguien te busca —dijo en tono burlón.

Fruncí el ceño y me levanté. — Ni se te ocurra darle al play.

Matthew rió y sentí su gran mano en mi trasero, fruncí el ceño y miré hacia atrás para sacarle la lengua haciéndolo reír. Lo que vi en la puerta no me lo esperaba. Justin estaba allí, con una sudadera celeste y unos pantalones caquis. Me acerqué a él a pesar que me miraba con el ceño fruncido.

— ¿Me has dejado plantado para follarte a otro tío? —preguntó en voz baja.

Alcé mis cejas realmente sorprendida ante su acusación. — No te he dejado de plantado porque te envíe un mensaje diciéndote que no iba a ir.

Strangers - Justin Bieber Donde viven las historias. Descúbrelo ahora