Trece; ¿Es una locura?

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¿Es una locura que quiera que te quedes cuando te digo que te vayas?

¿Es una locura que diga tu nombre más veces al día que el mío?

¿Es una locura que esté celosa de todas esas perras cuando consiguen tu atención? Sé que esta mal.

Dime, ¿Es una locura?

Escucho de nuevo la canción con Poo y muerdo mi labio con fuerza. En estos días libres me he dedicado a estar en el estudio porque es en el unico lugar que puedo dejar mis defensas caer y ser yo misma.

Las noticias sobre una nueva relación con Matthew no han tardado en salir y sé que esto le beneficia para que más gente lo conozca (aunque el no quiera eso).

Al igual que toda mi fama se debía a Bieber, por supuesto. Y Taylor Swift, se me olvidaba.

Apoyo los pies en la mesa y meto una patata frita en mi boca para después masticarla lentamente.

— Me gusta —dice Poo—, está quedando bien, ¿verdad?

— Está genial —le respondo.

Mi movil vibra en la mesa y lo cojo. Veo el nombre de Justin en la pantalla y decido cogerlo para ver su rostro.

— ¿Estás en el estudio? —pregunta.

— Eso es, estoy con Poo. Dile hola —dirigo el móvil hacia Poo y se saludan.

— ¿Estás ocupada?

— Depende —meto otra patata frita en la boca.

— ¿Qué estás grabando?

— Una canción.

Poo se ríe y Justin sonríe. — ¿Qué canción? Ponla Poo para que pueda escucharla.

— Es top secret —señalo a Poo.

— ¿Es una canción sobre lo sexy que soy?

— ¿¡Cómo lo has sabido!? —pregunto impresionada haciendo que ambos rían—. No puedo dejar de pensar en tus abdominales tan marcados y —muerdo mi labio inferior haciendo a Poo reír.

— Poo, me está haciendo bullying, dile algo, se está metiendo con mis abdominales.

Miro a Poo, que se pone serio y me señala. — No te metas con la tableta de chocolate de Justin, Alissa.

Suelto una carcajada junto a Poo y miro a Justin. — ¿Por qué no te llamo después?

— De acuerdo, que no se te olvide.

— Lo intentaré —le guiño un ojo y cuelgo.

— Así que... juntos.

Jadeo y me apoyo en la mesa. — No, no estamos juntos.

— Lo parece.

— Ya... pero no.

Cuando llego a casa y me pongo cómoda en el sofá, lo llamo y él no tarda en cogerlo. Él sonríe y también lo hago.

— Después de tres horas, hola Alissa.

— Hola, Justin. ¿Qué tal por aquellas tierras? Pareces un cangrejo.

Justin ríe. — Eso de echarme protección no es lo mío.

— Mmmm... deberías buscarte a alguien que te eche.

Strangers - Justin Bieber Donde viven las historias. Descúbrelo ahora