Veintisiete

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Estoy sentada en su regazo, mientras él maneja la mesa de mezclas, adaptando la melodía. Es de madrugada pero no nos importa. Hemos estado escribiendo la canción que canté en su cocina. Entre los dos habíamos podido sacar la mayoría de las frases que dije.

Me acurruco en su regazo y Esther no deja de saltar para que la subamos. Me agarro a Justin cuando él se agacha a cogerla y me la pone en mi regazo, para mi sorpresa, la perra no me gruñe y se acomoda en mis brazos para después cerrar los ojos.

— La tienes mal acostumbrada.

— Un poco. ¿Qué te parece así?

La música sonó y Justin cogió la libreta donde habíamos estado escribiendo la canción. Él empezó a cantar al ritmo de la música y me apoyé en su hombro.

— Me gusta. Al final, cuando seas mayor, serás un buen productor.

— Y tú seguirás siendo mi musa.

Vale, eso no me lo esperaba. La perra notó mi nerviosismo porque se movió en mi regazo. Justin se apoyó en el respaldo de la silla y me acomodé de nuevo en su cuerpo, metiendo mi rostro en su cuello.

— ¿Vamos a la cama? —susurré.

— Sí.

Justin me cogió en peso y nos llevó a la habitación, aún Esther en mi regazo. Me dejó en la cama y me quitó a Esther de encima. Llevaba ropa suya puesta por lo que me arrastré dentro de las sábanas. Cerré los ojos y sentí el colchón hundirse. Un brazo se puso sobre mi cintura y él se pegó a mí.

**

Bostecé sentada en el taburete de la cocina mientras Justin preparaba el desayuno. Me eché sobre la mesa y cerré los ojos. Había sido una mala idea acostarse tan tarde, ahora no podía con mi vida y tenía que ir a grabar.

— Te veo con ánimos esta mañana —dijo Justin poniendo un zumo de naranja frente a mí.

— No puedo con mi vida.

— No deberíamos habernos acostado tan tarde ayer.

— Ya... —él me puso unas tostadas en un plato y no tardé en comer. Tenía media hora para estar lista, ya que Max vendría a por mí—. ¿Cuándo vuelves al tour? —le pregunté.

— Dentro de unos días —él se sentó a mi lado para desayunar también—. ¿Qué tienes pensado hacer después?

— Promocionar mi single —me encogí de hombros—. Tengo ya confirmadas varias apariciones. Aún Ellen tiene que enseñarme el video de DiCaprio.

Justin rio. — Ese video... Ellen te hará esperar.

— Ya me he dado cuenta. Cuando me lo enseñe, Leo se habrá casado.

— Dudo que se case.

— Es una forma de hablar. Yo también dudo que se case, tiene que hacerlo conmigo.

Justin rio de nuevo. — A veces pienso que no tienes remedio.

— Ya... me lo dicen mucho.

Justin me besó cuando salí de su casa, con su ropa puesta. Abrí la puerta y Max ya tenía la puerta del coche abierta para que me montara sin ser vista, como a mí me gustaba. Nadie tenía que enterarse que había pasado la noche con él.

Llegué al estudio de grabación, que era un garaje, y no tardé en meterme en mi camerino y cambiarme de ropa. Me puse un body negro y unas medias y tacones del mismo color.

Me maquillaron y mojaron mi pelo para que estuviese húmedo. Me colocaron frente a los focos, en una pared gris. Lo que tenía que hacer era cantar frente a las cámaras. Y lo hice. Pasé mis manos por mi cuerpo mientras movía mis labios, me senté en el suelo y ellos sacaron varios planos de mí y de mi boca.

Strangers - Justin Bieber Donde viven las historias. Descúbrelo ahora