Nueve; Cancún

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Me niego a que me hagan una analítica de sangre y todo se queda en una bajada de tensión. Le confieso a papá que estuve fumando y le prometo no volver a hacerlo.

Él insiste una y otra vez en quedarse, y se queda a pesar de las insistencias de mamá para que vuelva a casa con ella.

"Am y yo te echamos de menos"

Pero él parece no fiarse un pelo de mí y decide quedarse, lo comprendo. Yo tampoco me fío de mí.

Los días siguientes en el tour, no fumo, no bebo, no salgo y no me drogo porque estoy esperando que papá se relaje y deje de vigilar cada movimiento que hago.

Lo malo es que estar tanto tiempo sin evadirme hace que tenga mala conducta y quiera pegarle a todo el mundo.

Estoy bien a pesar de todo. Solo quiero matar a Steven y voy a verlo.

Bajo del jet y me encojo en la chaqueta de lana que llevo. Nunca había estado en Maryland y consigo llegar a su casa gracias a la dirección que me ha dado Matthew.

Joe se queda en el coche mientras camino a aquella casa blanca. Llamo con mis nudillos a la puerta y lamo mis labios, nerviosa.

Y enfadada, muy enfadada.

Un chico que no conozco me abre y me mira sorprendido. — Vaya, hola. ¿Buscas a Steven?

— Sí.

— Pasa —se aparta y entro, quedándome en el recibidor—. ¡Steven! Alguien pregunta por ti.

Ese chico tiene una sonrisa divertida en su rostro, lo que me dice que estaba esperando por este momento.

Steven aparece sin camiseta porque aquí dentro hace calor y me mira sorprendido.

— Hola —dice confuso.

— Tenemos que hablar.

— Claro, vamos arriba.

— ¿Arriba? —pregunta el chico. Empiezo a subir las escaleras—. Quiero ver como te pega el puñetazo.

No escuché nada más y cuando llegué arriba, Steven puso sus manos en mis hombros y me guío hasta una de sus habitaciones. La suya.

Cierra la puerta y miro a mi alrededor para dejar el bolso en la cama y quitarme la chaqueta.

— ¿Qué pasó? —pregunto.

— No sé como pudieron entrar, Alissa. Tampoco quería que ese video saliera a la luz. No fue... una venganza. Jamás te haría eso, y menos teniendo a mis primos Alissanators.

Me quedo callada porque no sé que decir, así que, asiento. Últimamente nunca sé que decir.

— Fuiste un inconsciente.

— Lo sé, es que jamás pude llegar a pensar que hackearian la nube. Es... surrealista. Me siento en el borde de la cama. — ¿Estás bien? —él se pone de cuclillas frente a mí y coge mis manos. Asiento y su mano se pone en mi mejilla—. Sé que esto no va a consolarte, pero podría haber sido peor.

— Lo sé —susurro.

Pega su frente a la mía y cierro los ojos. — Ian se cree que vas a darme un puñetazo.

Sonrío sin abrir los ojos. — No me faltan ganas.

Abro los ojos y me encuentro con los suyos verdes. — No te veo bien.

— Estoy cansada, está siendo agotador todo. El drama solo hace que me agote más psicológicamente.

Para mi sorpresa, Steven se levanta y me coge con facilidad. Rodeo su cuello con mis brazos y él se sienta en la cama. Mis piernas están a ambos lados de su cuerpo y lo abrazo con fuerza porque hacía tiempo que nadie me daba uno.

Strangers - Justin Bieber Donde viven las historias. Descúbrelo ahora