Veintisiete; Distancia

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Escucho mi voz a través de los auriculares y doy el visto bueno. Justin está de pie al lado del productor observando y me pongo a su lado escuchando la canción por toda la sala. Abel ya había grabado su parte y solo faltaba yo. Muevo mi cabeza al ritmo de la música y sonrío.

— Abel tiene una voz increíble —digo.

— Está bien... —dice Justin.

Niego con la cabeza y sonrío. Estaba cansada ya que apenas había dormido esa noche, y cuando había conseguido cerrar los ojos, me había quedado dormida en el sillón y Justin me había despertado para que fuera a la cama.

Él se iba dentro de unas horas por lo que vamos al hotel antes de que se vaya. Nos habíamos llevado toda la mañana en el estudio y me sentía culpable porque él estuviera aquí conmigo en vez de descansar. Había terminado un largo tour y se había unido al mío.

Me había gustado tenerlo aquí porque había dejado de sentirme sola y ahora, nuestras respiraciones están agitadas mientras Justin clava sus dedos en mis caderas queriendo que lleve su ritmo.

Ni siquiera habíamos ido a la cama esta vez, estábamos en el sillón, yo encima, abrazándolo y besando sus labios. Hablando en susurros y sonriéndonos.

No nos separamos cuando terminamos, nos quedamos abrazados y él besa mi hombro innumerables veces. Cierro los ojos y disfruto de su cuerpo pegado al mío mientras las yemas de sus dedos recorren mi espalda haciendo que me estremezca ante su toque.

— Un día fuimos a Polonia a ver a la familia de Matt y... tenía un cardenal en mi brazo porque me había agarrado demasiado fuerte. Su madre sabía que era él y ¿sabes lo que me dijo? —susurro.

— ¿El qué?

— Me preguntó que qué había hecho para que me hubiera hecho daño.

— ¿Qué?

— No volví a viajar a Polonia. No me sentía segura allí.

Justin me separó de él y me obligó a mirarle. — Sigo sin entender qué hacías con él, Alissa.

Niego con la cabeza y me encojo de hombros. — Era ingenua, joven, era mi primer novio y había leído demasiadas fanfics, eso es todo.

— Deberías contarlo.

— ¿Contarlo? —sonrío un poco y vuelvo a negar con la cabeza— Es... íntimo.

— Podrías ayudar a chicas que estén en la misma situación ahora.

— Lo he pensado, pero firmé un contrato diciendo que nada de lo que Matt me hizo saldría a la luz.

— ¿Y crees que es correcto?

— No, no lo es.

— El mundo debe saber quién es él.

Lo miro sabiendo que tiene razón, pero mi confesión, después de años, lo único que crearía es un drama del que no quería ser participe en ese momento.

— Ayudo a fundaciones que luchan contra la violencia de género.

— Eso es genial —sus dedos acarician mi cintura—. ¿Cuánto tiempo estuvo haciéndote eso?

— Hmmm... siete o seis meses hasta que entró en rehabilitación.

— ¿Qué más pasó? Necesitas contarlo y yo estoy aquí para oírlo.

Miro hacia un punto detrás de él y junto mis labios en una fina línea sin saber cómo sacar todo lo que llevo dentro. No podía contar todas las situaciones que había vivido con Matt porque eran demasiadas y demasiado dolorosas como para decirlas.

Strangers - Justin Bieber Donde viven las historias. Descúbrelo ahora