Hago una mueca cuando él se baja del coche y se para a mitad de la entrada. Frunzo levemente el ceño cuando escucho que ha cerrado el coche. Pongo mi mano en la manija y lo miro viendo como sonríe un poco.
Le saco el dedo de en medio y sé que lo ha visto a pesar de la oscuridad cuando abre el coche.
Me bajo y camino hacia Justin, que ya tiene la puerta abierta, y entro con la cabeza alta haciéndolo reír un poco.
Entro en aquella casa nueva para mí y miro al chico con el pelo desordenado para que me de la señal de poder avanzar.
— Estás en tu casa, Alissa —dice dejando las llaves del coche en el recibidor.
Avanzo a paso lento observando la decoración minimalista y su mano en la parte baja de mi espalda me guía hasta el sofá.
— ¿Qué te parece si preparo algo de comer? —Me pregunta.
— ¿Vas a cocinar? —Le pregunto extrañada girando mi cabeza un poco.
— Por supuesto —sonríe—. Siéntate, puedes poner la tele, tocar el piano... hacer lo que quieras.
Lo veo ir a la cocina, que es abierta y puedo observarlo desde allí y miro indecisa a mi alrededor porque aún no sabía que hacía allí.
Paseo por el salón y me asomo a la cristalera que da al jardín viendo mi reflejo en ella. Es de noche y no se ve nada fuera. Pongo mi mano en el picaporte y tiro de él para abrirlo. El aire da en mi piel descubierta y cruzo mis brazos para abrazarme a mi misma.
Hay una piscina, tumbonas y sombrillas junto a varias mesas. Aquí, tiene intimidad, nadie puede hacerle fotos desde fuera.
Necesitaba un cigarrillo.
Entro y me doy cuenta que mi mochila sigue en el coche de Justin. Hago una mueca y cierro la cristalera para acercarme lentamente en la cocina dónde Justin está cortando cebolla.
— Necesito un cigarrillo —le digo apoyándome en la encimera.
— No tengo cigarrillos —dice sin dejar de mirarme.
— Tengo en mi mochila, está en tu coche.
— No necesitas cigarrillos, ¿por qué no abres la botella de vino? Está en la nevera.
Lamo mis labios y voy a la nevera para sacar la botella de vino. Me quedo allí, mirándola, sabiendo que no he bebido una pizca de alcohol desde que sucedió todo.
— ¿No sabes abrirla? —Pregunta quitándome la botella de las manos.
Lo miro y él la abre con facilidad, sonriéndome y echando el contenido en dos copas.
Me acerco a la mesa y cojo la copa entre mis manos. El olor entra por mis fosas nasales y observo a Justin, que está ocupado con la comida.
— ¿A que está bueno? —Pregunta.
No soy capaz de contestarle porque sigo mirando la copa entre mis manos. El olor del vino entra por mis fosas nasales y la necesidad que siente mi cuerpo lucha con la parte coherente para que no lo haga.
Pero lo necesito.
Lo necesito como un ciego necesita a un perro, como un hijo a su madre, como las patatas fritas al kétchup.
— Eh, ¿estás bien? —Pregunta el chico rubio extrañado.
Quiero beberme la copa, que digo, ¡Toda la botella!
Unas manos grandes se ponen sobre las mías y me doy cuenta en ese entonces que estaba temblando. Él dice mi nombre y aprieto mi mandíbula, no queriendo rendirme.
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Strangers - Justin Bieber
FanfictionHay algo que deberías saber antes de adentrarte en este mundo: 1. En esta industria, nadie es amigo de nadie. 2. Tienes que tener tu espalda muy vigilada si no quieres que te apuñalen. 3. Ignora a la prensa rosa. 4. Tienes que tener a tus fans con...