Septicemia

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NARRA STEVENS

Me encontraba trabajando dentro de una casa apenas terminada de construir, mi tarea era amueblarla. Alix y yo intentabamos ayudar en la reconstrucción del refugio, pero era demasiado difícil cuando endermans y zombies discutían por todo. 

Los endermans no sólo estaban molestos con los zombies, o con nosotros dos, también estaban molestos entre ellos. Parecía que las tensiones acumuladas los estaban poniendo de demasiado mal humor. 

Alix bajó del segundo piso, parecía demasiado cansada. Se sentó en el suelo mirándome mientras terminaba de construir un sofá. 

—¿Por qué se esfuerzan en reconstruir este sitio si van a estar peleando así todo el tiempo? 

Preguntó, siempre había preguntas queriendo saber todo. 

—No es normal que haya tanta tensión, pero perdieron sus cosas y hogares en un abrir y cerrar de ojos, así que es normal que se sientan así. 

Respondí sin mirarla. Terminé el sofá y lo coloqué en donde creí que quedaría bien para ser la sala de estar. 

—Skeleton dice que son buenos amigos, que eres muy divertido. Dice que siempre se estaban molestando. 

Comentó, no sabía a qué venía su conversación. 

—Ajá. 

Fue lo único que respondí con desinterés mientras tomaba más tablones de madera para construir una mesa. 

—También dice que eres muy creativo, que te gusta dibujar y escribir. 

Continuó, asentí sin estar prestando demasiada atención. Estaba más concentrado midiendo las tablas. 

—No parece que estuviera hablando de ti en realidad, pareces muy diferente. 

Comentó, intenté mantener la paciencia, en especial porque estaba ahí sentada sin hacer nada. 

—Hey, es la hora del descanso. Mindy ya nos ha mandado a llamar para comer. 

Anunció Enderson asomándose a la casa, asentí con la cabeza y Alix se levantó enseguida. 

—¿Han regresado los arqueros de cazar? 

Preguntó, Enderson negó con la cabeza. 

—No, es extraño. Pero saben que les quedan pocas horas antes de que salga el sol, no deben tardar. 

Respondió, ella asintió un poco desanimada. Terminé de marcar las medidas en la tabla, sacudí mis manos y mi ropa para ir a comer. 

Sooka nos vio a la distancia y se unió a nosotros. 

Caminamos hacia el comedor provisional que habían construido, pero al pasar frente a la construcción de los arqueros ella de detuvo.

—Esperen, adentro hay una chica que no ha salido en días y no ha comido todo ese tiempo. 

Dijo, asentí con la cabeza. 

—Skellen, no es alguien que se deje ayudar, probablemente nos golpee si entramos ahí. 

Dije, ella miró a ambos endermans buscando apoyo.

—Stevens tiene razón, no es alguien que acepte la ayuda de los demás. 

Dijo Enderson, ella miró a Sooka con sus ojos comenzando a ponerse cristalinos. Él nos miró y luego la volvió a mirar a ella. 

—Bueno, podríamos entrar sólo a preguntar si se encuentra bien. 

Respondió encogiéndose de hombros, Alix asintió sonriéndole agradecida. Caminamos hacia la construcción, al entrar vimos las camas vacías y la última pegada a la esquina con alguien durmiendo. 

—Quizá sea mejor no molestarla. 

Dijo Enderson, asentí con la cabeza pero Alix comenzó a caminar hacia ella. 

—Algo no parece normal aquí. 

Comentó Sooka mirando alrededor para después centrar su atención en Alix quien ya estaba junto a la cama de Skellen. Estiró mano para tocarla pero enseguida la volvió a bajar, nos miró preocupada. 

—Creo que no está bien. 

Dijo nerviosa acompañada de una expresión asustada. Sooka fue el primero en acercarse, lo seguimos. 

Skellen estaba acostada de lado mirando hacia la pared tapada por la ligera sábana que les habían dado a los arqueros, sus piernas encogidas como si quisiera hacerse pequeña o conservar mejor el calor. Su piel estaba mucho más blanca de lo habitual, su rostro tenía pequeñas gotitas de sudor pero cuando la toqué para intentar despertarla me di cuenta que estaba tan fría como una piedra. 

La moví pero ella no despertaba, su respiración era apenas existente. 

—Tenemos que conseguir ayuda. Tenemos que llevarla con Cinthya.

Dije, todos estuvieron de acuerdo. Enderson quitó la sábana con la intención de cargarla y llevarla con la bruja, pero apenas la descubrió notamos que había sangre sobre su cama. 

—¿Alguien le hizo esto? 

Preguntó Alix con lágrimas en sus ojos a la vez que se cubría los labios por la sorpresa, Sooka negó con la cabeza y señaló su pierna. 

—Ella estaba herida, ¿cierto? Parece que tienen una infección muy grave por la herida expuesta mal tratada. No creo conveniente que la llevemos hasta el otro lado del refugio para buscar a Cinthya, ella debe venir. 

Dijo mirándonos, Enderson asintió. 

—Iré a buscarla. 

Dijo saliendo de la construcción. Sooka intentaba querer analizar mejor la situación pero no se atrevía a tocarla y Alix no estaba siendo de ayuda, de hecho parecía en shock. 

—Tranquila, ella estará bien. Cinthya es una experta. 

Dije intentando calmarla, ella no quitaba su mirada de encima de Skellen. 

—Si algo le pasa Nilsa se culpará, quizá algunos de sus hermanos también. 

Comentó, asentí con la cabeza aunque ella ni me miraba. 

—Bueno, nada que no sea verdad. Ella y sus hermanos le mandaron esos monstruos para eliminarla, ¿no? 

Respondí, me miró entre sorprendida y ofendida. 

—No, ellos no querían, ellos sólo… ellos lo sienten. 

Fue lo único que pudo decir, no había manera de poder defenderlos. 

—Sí, pues ella también lo siente, ¿no te parece?

Dije algo molesto. Gracias a todos ellos había tantos problemas en el refugio. 

No respondió nada, comenzó a llorar en silencio ocultando su rostro entre sus manos. 

—Stevi, no estoy tan seguro de que podamos ayudarla. 

Dijo Sooka como disculpándose después de estar todo ese rato analizando la pierna de Skellen, antes de que pudiera responderle algo Enderson ingresó a la construcción acompañado de Cinthya. La bruja traía consigo una canasta llena de frascos y cosas de curación. 

Se acercó a Skellen, pidió ayuda para que la acomodaran boca arriba, con unas tijeras cortó los vendajes que parecían demasiado apretados, en seguida comenzó a sangrar sin parar impidiendo ver la herida. 

—Chicos, necesitaré agua limpia para lavar la herida. 

Pidió con urgencia, Alix se limpió las lágrimas, ambos salimos de la construcción para conseguir lo que pedía esperando que fuéramos lo suficientemente rápidos. Cada segundo era vital. 

Vida En Un Mundo LocoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora