¿Deseos O Recuerdos?

141 12 84
                                    

NARRA COOPER

Me encontraba sentado sobre el pasto crecido y húmedo con la mirada perdida en el cielo, ¿cómo podía estar tan despejado y cálido después de haber llovido tanto anoche? Vi un par de aves pasar volando, tan libres, me hizo preguntarme qué se sentirá volar, ver todo desde arriba y poder conocer muchos lugares.

—Cooper, te vas a resfriar, te he dicho que no estés jugando en el pasto mojado.

Me regañó una dulce y maternal voz femenina, le sonreí a la amable mujer que cuidaba de mí.

—¿No puedo ir a jugar al río y tampoco jugar en el pasto mojado?

Me quejé fingiendo estar triste, ella sonrió caminando hasta estar a mi lado.

—Recuerda la última vez que enfermaste, tuviste pesadillas, ¿no quieres verlas de nuevo, verdad?

Dijo alborotando mi cabello, sonreí leve negando con la cabeza.

—En mis pesadillas hay una familia... están paseando por una colina y luego...

Comencé, ella comenzó a negar con la cabeza.

—Te he dicho que olvides eso, sólo son pesadillas. Vamos a comer antes de que la comida se enfríe.

Dijo colocando su mano frente a mí para ayudarme a levantarme. La tomé, aún cuando estaba de pie no me soltó, caminamos juntos hacia la pequeña casa escondida entre los árboles.

—Mamá Kama, ¿por qué siempre es la misma pesadilla?

Pregunté observando la colina que se encontraba al lado de la casa, ella sonrió dulce pero a la vez con cierta tristeza.

—Despierta...

Su voz sonó ronca, la miré algo asustado.

—¿Qué? ¿Mamá Kama?

Llamé asustado. Su mirada estaba fija en mí, su rostro sin expresión.

—Despierta. Cooper, despierta.

Abrí los ojos al sentir que alguien me sacudía tomándome por los hombros, lo primero que vi fue un rostro serio con una hermosa mirada magenta.

—¡Ah!¡Un enderman!

Grité asustado cubriendo mi rostro con las cobijas ignorando el dolor que los movimientos le causaban a mi cuerpo.

—¿Otra vez? ¿Siempre vas a gritar lo mismo al despertar? Espero que no tengas fiebre de nuevo.

Habló aquel chico, su voz era seria pero no parecía molesto. Con suavidad bajó las cobijas que cubrían mi rostro para poner el reverso de su mano sobre mi frente.

—Parece que estás un poco mejor, el tratamiento de Cinthya parece estar funcionando.

Mencionó, parecía estar más relajado después de comprobar mi estado.

—Lamento causar tantos problemas.

Me disculpé apenado, él negó con la cabeza. Me sentía culpable, aún cuando lo había hecho sentir mal y metido en problemas en varias ocasiones seguía cuidando de mí.

—Vamos, siéntate, debes tener hambre.

Dijo tomándome por antebrazos para ayudarme a sentarme sobre la cama. Él acomodó las cobijas sobre mis piernas para que pudiera acomodar el plato de comida sobre mis piernas sin derramar nada.

—¿Cuppa vendrá?

Pregunté mientras comía, él se encogió de hombros mientras caminaba alrededor de la habitación ordenando un poco .

Vida En Un Mundo LocoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora