Regaño

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NARRA SKELLEN 

Estaba terminando de picar unas frutas para una ensalada mientras Miki terminaba de poner los platos y cubiertos sobre la mesa. Marcus, quien había estado cocinando desastrosamente como siempre, había subido al segundo piso para cambiarse de ropa. 

—¿Por qué los conejitos no quieren comer lo que les doy? 

Se quejó la chica de baja estatura que entraba en la cocina en ese momento. Recargó la espalda en la pared para después dejarse deslizar desanimada hasta sentarse en el suelo, observé una zanahoria medio mordisqueada en su mano. 

—Vas a matarlos si sigues obligándolos a comer. 

Comenté sin mirarla, era una advertencia. 

—Ni siquiera comieron, esto lo mordió Canela. 

Respondió desanimada. Negué con la cabeza, insistía en alimentar a los conejos ella misma e incluso se robaba las frutas y verduras que eran para la comida. 

—No tienen dientes, no pueden comer lo que les das. 

Respondí. Incluso a la coneja más grande Marcus la había acostumbrado a comer en trozos pequeños, pero esta niña insistía en darle todo entero. 

—Oh, entonces, ¿debo masticar la comida por ellos? 

Preguntó observando la zanahoria en su mano, hice una mueca de desagrado. 

—Que asqueroso, sólo vas a enfermarlos. 

Comenté, me miró entre ojos. Creí que iba a discutir pero en lugar de eso suspiró desanimada. 

—¿Cómo es que comen entonces? ¿Cómo es que Cander come? 

Comenzó a cuestionarse, volví a negar con la cabeza. Tenía tanta insistencia en ser vista como una adulta y ni siquiera se molestaba por aprender las cosas básicas. 

Como seguía perdida en sus pensamientos mientras observaba la zanahoria en su mano continué con mi tarea. Marcus había invitado a Mindy y Daichi a venir a comer después de que este último haya estado encerrado y herido. 

De nuevo estaba siendo amable con aquellos a los que el resto del refugio daban la espalda incluso si sólo querían proteger a los que aquí viven, sabía por lo que estaban pasando, ser vistos como una amenaza y ser observados para que el siguiente “error” fuera el decisivo para ser echado. Me gustaría hablar con ellos, pero incluso ahora aún había algunos dentro del refugio que no confiaban en mí, temía que verme cerca de ellos sólo los metería en más problemas. 

No me extrañaría que comenzaran a pensar que todos nos estábamos uniendo para hacer algo en su contra, lo mejor era comportarse con cautela. Aún podía recordar cuando me amenazaban con echarme o incluso cuando deseaban que algo malo me pasara. 

—¿Qué las tiene tan desanimadas? ¿No están emocionadas porque comerémos con nuestros amigos? 

Preguntó Miki entrando a la cocina, llevaba buen humor como era habitual verla. Cindy asintió en silencio sin levantarse del suelo. 

—Estoy tan emocionada, tiene tanto que no veo a Dai. 

Comentó sin poder ocultar su emoción mientras le daba una gran mordida a una manzana, negué con la cabeza. Iba a advertirle que no comiera antes de que llegaran los demás, pero recordé que incluso si come muchas manzanas no perderá su apetito. 

Escuché a Marcus bajando, pero antes de que llegara a la cocina donde estábamos las tres se fue hacia la puerta donde se acababan de escuchar unos golpes. Acababan de llegar. 

—¡Rayos! Mindy no sabe que estoy aquí, ella se enoja que… 

Comentó Cindy levantándose de repente, interrumpió su queja mirándome nerviosa. 

—Sólo dile que estuviste con Marcus todo el tiempo. 

Respondí seria saliendo de la cocina. Ambas salieron detrás de mí para saludar a los invitados. 

Apenas entraron a la casa Miki quiso correr a abrazar a Daichi, pero la tomé del brazo negando con la cabeza. Debía recordar que estaba herido, ella asintió, pero eso no la desanimó. 

Saludó eufórica a Daichi, también Cindy quien comenzó a bromear con él, ambas olvidando el hecho de que Mindy lo acompañaba. Marcus no perdió la oportunidad de molestarla por este hecho provocando que cruzara los brazos molesta, entonces lo noté. 

—¿Cómo puedes tratarlo de esta manera?, ¿crees que es un perro o algo así? Siempre quieres controlar a todos a tu alrededor sin importarte como eso los hará sentir, ¿no es cierto? 

Comencé a reclamarle, Miki y Cindy miraron la cadena que unían a ambos y lo miraron con pena. Marcus se paró frente a mí nervioso. 

—No es así, lo estás malentendiendo, ella sólo quiere mantenerlo a salvo. 

Comenzó a defenderla intentando explicar sus motivos, lo miré molesta para después pasar de él y acercarme a Daichi. 

—¿Acaso le preguntaron qué opinaba él?, ¿o cómo se sentía al respecto? 

Pregunté mirando a Marcus y Mindy con enojo, estaba clara la respuesta porque Daichi sólo miraba al suelo con sus orejas y cola caídas. Tomé su muñeca observando la pulsera metálica, luego miré a Cindy pidiéndole una de sus armas nuevas, no hubo necesidad de palabras, ella me entendió enseguida. 

Con la punta de la navaja logré abrir el seguro, devolví a Cindy su arma y aun con la pulsera en mano me acerqué a Mindy. Me miró nerviosa pero seguro al tener a Marcus de su lado no tenía miedo de que pudiera hacerle algo. 

—Me gustaría tomar esto y encadenarte a un árbol allá afuera, pero hasta yo sé que eso sería incorrecto, nadie debe ser tratado de esa manera. Y si no te disculpas no eres invitada a comer con nosotros. 

Advertí entregándole de mala manera el otro extremo de la cadena, sus ojos llorosos me miraban con asombro pero no pudo responder nada. Ignorando a ambos caminé hacia Daichi y las chicas. 

—Vamos a comer o todo estará frío. 

Mencioné, Miki y Cindy sonrieron a Daichi a la vez que asentían. Ambas se aferraron a Daichi, una en cada brazo, antes de comenzar a seguirme. 

Los cuatro nos sentamos a comer, Cindy calmó el ambiente hablando sobre su coneja, los conejitos y sobre Cander. Cuando se le acabaron las anécdotas Miki le comenzó a platicar a Daichi sobre la chica nueva con la que luchó, le comentó que no debía preocuparse porque probablemente apenas estuviera curada se iría. 

Daichi las escuchaba atento aunque rara vez contestaba algo, de repente me miraba de reojo sin atreverse a decir nada pero su mirada era tan expresiva que podía entender que no estaba molesto, incluso se sentía agradecido por lo que había hecho. 

Mindy y Marcus estuvieron en la sala conversando todo este tiempo, creí que ella sería más valiente o inteligente como para venir a disculparse pero al parecer su orgullo es mayor. No me arrepentía de lo que había hecho, Mindy podía ser la mejor amiga de Marcus, pero también sé que es una de las más desconfiadas y que juzgan a los demás por miedo en lugar de intentar conocerlos y tratar con ellos, debía ser más amable y comprensiva. 

Vida En Un Mundo LocoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora