Tercer parte de; "Una Vida Pixeleada", "Sobreviviendo en un loco mundo" y "Pixeles Sobrevivientes".
Todo vuelve a la calma después de una larga lucha contra monstruos y poderosos enemigos, ahora nuestros amigos se disponen a reconstruir su hogar y r...
Mindy había estado fuera de casa, había ido a ayudar a Cuppa y a Ender a cuidar de Cander. Pensé que podía aprovechar la tranquilidad de la casa para dormir, pero apenas me había recostado en mi cama cuando comencé a sentirme ansiosa.
Por más que lo intentara no pude relajarme, decidí levantarme y buscar alguna actividad que me distrajera. Tomé la navaja que Zarah me había dado, probablemente si practicaba dentro Mindy se enojaría en cuanto lo supiera, pero tendría cuidado de no romper nada.
Intenté imitar algunos movimientos de los que Zarah me había enseñado, pero seguía siendo algo torpe en esto y el cabello seguía cubriendo mi campo visual.
Pensando que esto tampoco era lo mío y sintiéndome algo decepcionada me dejé caer en el suelo, pero algo rozando mi pierna llamó mi atención. Tomé aquel mechón de cabello, pensé que porqué estaba ahí, pero luego toqué mi cabello.
Por accidente, intentando practicar, había terminado cortando un mechón de cabello, probablemente en alguno de los movimientos torpes que hice a causa de que este mismo me estorbara. Con aquel mechón en una mano y la navaja en la otra una idea cruzó por mi cabeza.
Sin pensarlo demasiado pensé que a nadie le importaría, después de todo era mi cabello. Además, Skellen ya lo había arruinado lo suficiente, ¿qué podía ser peor que tenerlo de distinto tamaño en un lado?
Con ayuda de la navaja corté sin cuidado la parte más larga, ahora ambos extremos estaban casi del mismo largo. Ahora, con mayor cuidado, fui midiendo las puntas intentando cortar todo a la misma altura.
La parte de atrás fue más difícil, me llevó un poco más de tiempo, pero cuando terminé y cepillé mi cabello parecía que estaba bien. Recogí los restos de cabello que estaban en el suelo.
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De alguna manera me sentía como si fuera más ligera. Intenté practicar de nuevo, creo que con cada movimiento mi cabello se movía más porque ahora era más ligero, pero ya no estorbaba en mi campo visual.
Practiqué un par de horas más, quizá podía volverme buena en esto. Miré la navaja entre mis manos, supuse que al ser de una amiga Zarah probablemente querría conservarla, además tener una sola no podía ser demasiado útil.
Decidí salir, buscaría a Marcus para saber si podía hacer algunas más como esta. Sabía que recientemente habían vuelto a construir el taller para que él y sus amigos trabajarán ahí, así que fui directamente esperando encontrarlo.
Desde lejos ya se escuchaban las risas y bromas de sus amigos, entré y nadie se percató de mí. No sé de qué hablaban, pero parecían estarse molestando entre todos.
Vi a Marcus entre el montón, me acerqué y llamé su atención tomándolo del brazo. Él sonrió a modo de saludo y caminó hacia afuera donde había menos ruido.
