Vida En Un Mundo Loco

Ella No Está Interesada En Mí

NARRA DAICHI

Apenas estaba logrando quedarme dormido después de haber acompañado a Skeleton y los suyos a cazar. No era el plan inicial, Cindy quería espiarlos para “aprender la técnica del arco”, pero nos descubrieron y terminamos ayudándolos a obtener alimento. 

Regresamos poco antes de que comenzara a amanecer, como me sentía agotado había ido directamente a mi habitación a dormir. Apenas estaba por dormir cuando los gritos de Miki me alertaron.

Salí enseguida de mi habitación pensado que algo malo había pasado, pero me encontré con que estaba emocionada saltando y gritando por toda la sala de estar abrazando un montón de manzanas. 

—Dai, ¿no es genial? Cindy trajo miles de estas como regalo. 

Dijo mirando de reojo a la niña que sonreía inocente desde el comedor. 

—Son tan dulces… y jugosas… Y bonitas… 

Decía dando una mordida a una manzana diferente entre frase y frase. 

—Miki, tu habitación está llena de manzanas que trajimos la otra vez. 

Dije algo molesto por el hecho de que me despertara por nada. Ella asintió.

—Sí, pero estas son un regalo especial de parte de Cindy. 

Dijo emocionada volviendo a mirar hacia la pequeña quien sonrió aún más. 

—¿Qué es lo que tramas?, ¿acaso no vas a dormir después de que estuvimos toda la noche con los arqueros? 

Pregunté, ella se encogió de hombros. 

—No tenía sueño así que recolecté unas manzanas para Miki aprovechando que vendría para acá. 

Respondió, la miré curioso. 

—¿Para qué venías? 

Pregunté, ella sonrió divertida. 

—Para averiguar si ya has hablado con Mindy, porque sino… 

Comenzó, corrí a colocar mi mano sobre sus labios para silenciarla. Miki rió divertida pero no dijo nada. 

—Regresaré más tarde. Recuerda no dejar salir a Dark. 

Pedí, ella asintió mordiendo una nueva manzana. Salí llevándome a la pequeña conmigo, una vez afuera quité mi mano para que pudiera hablar. 

—Wow, tienes garras en las manos. ¡Genial! 

Dijo emocionada moviendo sus manos como si tuviera garras y como si atacara algo. 

—¿Entonces venías para obligarme a hablar con Mindy? 

Pregunté molesto, ella asintió. 

—Si quieres yo le digo. 

Ofreció “inocente” mientras pestañeaba repetidamente. 

—Iré, pero no puedes seguirme. 

Exigí, ella cruzó los brazos. 

—Bien, pero si no le dices ahora lo haré yo sin siquiera venirte a avisar. 

Amenazó, asentí con la cabeza rodando los ojos. 

—Bien. Entonces ves con Miki o algo. 

Dije, ella asintió volviendo a entrar a la casa. Escuché como comenzaban a jugar y bromear entre ellas, no me seguiría así que fui a donde Mindy. 

No fue difícil ubicarla por mis habilidades de olfato. La encontré sentada junto al tronco de un árbol tupido que daba mucha sombra, pero no estaba sola.