Eres Un Ángel

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Especial de San Valentin.

"El amor se mide en acciones, no sólo en palabras."

NARRA ALIX

Abrí los ojos al escuchar sonido de frascos chocando entre sí, no estaba dormida pero se me hizo raro no escuchar a nadie entrar. Miré hacia la mesa donde dejaban de todo; pócimas, frascos vacíos, frascos de agua, flores, ingredientes para pociones, etc.

Cinthya, la bruja del refugio, parecía estar revisando una hoja de papel mientras mezclaba con temor algunas cosas en un caldero pequeño que tenía dentro de la casa. Parecía muy concentrada así que no quise interrumpir.

Creía que mi situación estaba mejorando, podía respirar con un poco más de facilidad, aunque no podía absorber el aire al cien por ciento. Aún ni podía levantarme, mucho menos caminar, pero al menos ya no me dolía tanto la zona de la herida.

Nadie dejaba que me viera la zona herida, pero me daba demasiada curiosidad por saber porque siempre ponían un semblante tan serio al curarme, ¿acaso era un agujero que atravesaba mi cuerpo?, ¿se estaba infectando?, ¿era una herida tan sorprendente como la de la pierna de Skellen?

—¿Te he despertado? Lo siento.

Dijo Cinthya acercándose. Sonreía amable así que le correspondí a la vez que negaba con la cabeza.

—No, no estaba dormida, no tienes que preocuparte. ¿Qué preparas?

Pregunté curiosa.

—Carlos dice que es una pócima que podría ayudarte a sanar la herida, tiene una función de rápida cicatrización. Aunque tengo mis dudas, la herida debe sanar de adentro hacia afuera y no tengo la certeza que así vaya a funcionar.

Explicó, asentí mirando hacia dónde hervía el menjurje desprendiendo un humo rojo y un aroma dulce.

—Creo que no hay nada que perder al intentarlo.

Aseguré con una ligera sonrisa, ella me miró sorprendida.

—¿De qué hablas? Claro, tú vida es muy importante.

Respondió, suspiré sintiendo una punzada de dolor en el costado herido.

—Ninguno de ustedes en el refugio es mi amigo ni nada parecido, la mayoría de las especies me consideran una amenaza. Y los hermanos, bueno, sólo me han mantenido con ellos porque me necesitaban, pero ahora que no quieren hacer daño a nadie dudo que necesiten a alguien como yo. En especial si estoy herida.

Respondí hablando cada vez más entrecortado por la fatiga que me producía el hablar sin poder respirar bien. Aún así ella no parecía tener problemas para entenderme.

—Es difícil de explicar y entender las relaciones dentro del refugio, pero lo que te puedo decir con total seguridad es que los hermanos no te ven como una protección, un arma o algo similar. Te han mantenido con ellos por varios motivos.

Dijo, me quedé callada esperando que dijera los motivos, o algo más, pero no agregó nada. Dio media vuelta y se acercó al caldero de donde tomó un poco del líquido con ayuda de un frasco de cristal.

—No sé si va a doler o...

Comenzó pero en ese momento entraron Nilsa y Gunilda al cuarto. Venían corriendo y riendo, Cinthya las miró con curiosidad.

—Lo sentimos.

Se disculpó Nilsa bajando la mirada al suelo. Gunilda le dio un golpe en la cabeza.

—Te dije que te comportaras.

La regañó. Era raro ver a alguien que no fuera Gerda regañar a los demás, pero casi de inmediato las dos rieron pero más leve.

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