Sin Rumbo

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NARRA ENDER PADRE 

Ender no me había dirigido la palabra desde el traspaso de poder, pero de alguna manera parecía más tranquilo. Aún así no podíamos volver hasta que Estela supiera usar su nuevo poder y llevar las responsabilidades como debía. 

Miré por la ventana por quinta vez en el día, Ender le intentaba enseñar cómo volar sin perder el control, al menos le había enseñado bien. Al verlos conversando y ayudándose me recordó a cuando eran pequeños. 

Desde el momento en que nació Estela ambos fueron comprometidos, pero para intentar evitar disgustos y que llevaran una mala relación hablé con los padres de Estela para que pudieran hacerse amigos desde pequeños. Recuerdo que pasaban todo el día jugando alrededor de la ciudad, corriendo de un lado a otro. Al menos no iban a quedar resentimientos entre ellos ahora que sus caminos van a separarse. 

Me dirigí a mi habitación, no había mucho que hacer aquí encerrado y no quería salir de la casa. Todos sabían que todo este tiempo habíamos vivido bajo una mentira, y podrían llegar a pensar que todo había sido planeado por mí.

En las noches soñaba que rodeaban la casa, que gritaban furiosos y que cuando lograban entrar me torturaban hasta la muerte. Cuando miraba por la ventana veía a todos tan tranquilos, siguiendo sus vidas como siempre, pero eso me asustaba más, ¿qué me aseguraba que no estaban planeando algo? 

Me sentía engañado, como probablemente se sentían todos, pero lo peor es que me sentía culpable, responsable. Un tirano, como suele llamarme Ender. 

Y más responsable y culpable me sentía porque Ender jamás se había rendido en encontrar una solución, él quería vivir y alcanzar la felicidad, pero yo me había rendido al primer momento de verme encerrado. Quizá si hubiera tenido su valor, su decisión y su perseverancia nada mala le hubiera pasado a Creppy, quizá incluso estuviéramos juntos y toda esta mentira hubiera acabado desde antes. 

Me recosté en la cama recordando cuando estaba con Creppy, no tenía preocupaciones, ni estaba enfadado por todo y con todos. Mi personalidad la había creado para evitar preguntas de mi pasado pero sobre todo para ocultar mis verdaderos sentimientos. 

Tenía que disculparme con Ericka, ella es quien más resultó afectada de mi comportamiento. Ella siempre demostró tener un sentimiento hacia mí, si no era amor al menos era apoyo, compañerismo, pero yo jamás se lo agradecí. 

Pasaron un par de horas que estuve hundido en mis pensamientos, sobre todo; sobre las decisiones que tomé, lo que abandoné, todas las mentiras que eran la base de mi día a día. No sé cuánto tiempo pasó en realidad, pero ni siquiera noté cuando Ender llegó a la casa.

—¿Esto es lo que haces todo el día? 

Preguntó de brazos cruzados mirándome recostado sobre mi cama, ni siquiera noté cuando entró a la habitación. 

—¿Esperas que haga algo más? 

Pregunté sin mucho interés.

—Si me ayudaras a enseñar a Estela lo más básico de ser la reina dragón podría regresar antes con Cuppa. Sabes que me necesita, y mis amigos también. 

Dijo, fingí reír. 

—Lo mismo pensaba cuando dejé a mis amigos y a Creppy. 

Respondí, él apretó sus puños furioso. 

—No todo se trata sobre ti. Cuppa no es igual, además, estamos esperando un bebé, ella no me dejará como lo hizo Creppy contigo. 

Respondió, sus palabras me molestaron, pero no dejaría que lo supiera. 

—¿Por qué estás tan seguro? Es su hija, y de su misma especie. Miranos a nosotros, ¿acaso no te han dicho que somos muy parecidos? 

Respondí en burla, él me miró molesto y salió de la habitación cerrando con fuerza la puerta. Poco después escuché como arrebataba todo en la cocina, probablemente iba a prepararse algo de comer. 

Sólo entonces mi estómago gruñó, ¿cuánto tiempo llevaba sin comer? Creo que desde que llegamos. 

Salí de la habitación, no sé qué guisaba pero olía muy bien. No pude pasar desapercibido ya que mi estómago al recibir tan delicioso aroma comenzó a gruñir con mayor intensidad. 

—Parece que no me equivocaba al decir que sólo estabas todo el tiempo encerrado en esa habitación. Ni siquiera te has preocupado por comer algo, ¿o me equivoco? 

Comentó sin mirarme. Caminé hacia la mesa donde había un recipiente que contenía fruta coral. 

—Tú mismo dijiste que no había mucho que hacer en este sitio, ¿cierto? 

Respondí a la vez que tomaba una de esas frutas y le daba una gran mordida. No eran demasiado buenas, pero era lo único que podía conseguirse aquí de manera natural. 

No respondió nada, siguió con lo que sea que estaba cocinando. Terminó, colocó su plato en la mesa y se sentó, pero antes de comenzar me miró.

—No hay demasiadas cosas que hacer aquí más que gobernar o servir, y tú no vas a hacer ninguna. ¿Qué se supone que harás ahora que estés solo? 

Preguntó, terminé la fruta que comía y tomé otra. 

—¿Quién te dijo que voy a quedarme aquí? 

Dije, él me miró levantando una ceja? 

—¿Y a dónde irás? 

Preguntó, sonreí mordiendo la fruta, cuando terminé de masticar le respondí. 

—Estoy ansioso de que demuestres que no serás un padre como lo fui yo. Además, así puedo cuidar de Sooka. 

Respondí con confianza, él me miró serio pero sin saber qué responder. 

—Además, Sooka me ha comentado algunas cosas y podríamos ayudar al hijo de Creppy a recuperar su memoria. ¿No es eso lo que buscan también? 

Él, que ya había comenzado a comer, comenzó a atragantarse.

—Claro, como si quisieras y pudieras ayudarlo. Además, no creo que tengas tanto interés en que los hijos de la chica que alguna vez amaste estén bien. ¿Cómo sé que no regresarás sólo para arruinar las cosas? 

Preguntó, sonreí mientras me encogía de hombros.

—No lo sé, ya lo averiguaremos. Sólo sé que debes darte prisa con Estela si quieres llegar antes de que Cuppa tenga a ese bebé. 

Finalicé para volver a regresar a mi habitación. 

Él jamás lo entendería, y nunca se lo diría, pero aún con todo lo que pasó Creppy sigue viviendo en Cuppa y Cooper, al menos así lo veo. Así que mientras pueda hacerlo cuidaré de ellos como si de Creppy se tratara. 

Vida En Un Mundo LocoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora