Como En Casa

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NARRA CHARLOTTE 

Entré a la misma habitación donde me había quedado después de estar mejor y no necesitar quedarme en la enfermería en mi anterior estadía. Me senté al filo de la cama mirando por la ventana, desde la fortaleza se veía todo igual, pero Magna había mencionado que aquel tramo que habíamos hallado no era el único. 

Suspiré esperando que esto no significaran más problemas, ni mucho menos que amenazara la vida y tranquilidad en el Nether. 

Mi plan inicial era acompañar a los chicos y regresar enseguida, pero no podía dejar las cosas así, me sentía responsable por mantener la seguridad y tranquilidad en el lugar. Con ese pensamiento en mente salí de la habitación esperando encontrar a alguno. 

Sentía que caminaba en círculos por toda la fortaleza y comenzaba a sentirme frustrada de no hallar a ninguno hasta que escuché una risa familiar. Me asomé a la habitación de donde provenía, Bertha parecía estar pasando un grato rato con sus amigos. 

Estaba dudando si hablarle o mejor no molestarla, pero notó mi presencia y se acercó. 

—¿Sucede algo? Pareces preocupada. 

Preguntó, asentí con la cabeza. 

—No me iré hasta averiguar que sucede aquí y qué significa. ¿Podemos ir a hacer alguna exploración o algo así mañana temprano?

Pregunté, ella lo pensó demasiado tiempo, tanto que comenzaba a sentirme ansiosa. 

—No estoy segura si sea correcto que vayas. Puedo organizar una exploración, o varias para abarcar más espacio en menos tiempo, pero si nos estamos enfrentando a algo malo puede ser peligroso llevarte. 

Respondió, negué con la cabeza sintiendo innecesaria esa protección. 

—Ya no estoy herida y soy de los seres más fuertes. Sé defenderme. 

Dije, ella se encogió de hombros. 

—Lo sé, pero no sabemos a qué nos enfrentamos ni sus intenciones. Lo hablaré con los chicos y te avisaré. 

Dijo dando por terminada la conversación. 

Suspiré molesta sintiéndome insatisfecha con la respuesta obtenida por parte de Bertha, así que recorrí a mi segundo plan. 

Magna estaba limpiando frascos de cristal y acomodandolos en una repisa, no había nadie en la enfermería además de ella. Me senté en una de las camas a sus espaldas. 

—He notado que traes un nuevo vestido, es muy lindo. ¿Tú los haces? 

Preguntó, negué con la cabeza. 

—Una amiga los hace para mí. 

Respondí, ella sonrió con tranquilidad. 

—Me alegra que hayas vuelto a encontrar a tus amigos y que las cosas hayan salido bien. 

Comentó, asentí con la cabeza. 

—¿Quién es quién te hace llegar los rumores de lo que sucede allá afuera? 

Pregunté finalmente, ella se encogió de hombros. 

—Los amigos de Bertha, algún viajero que pase por aquí y pida quedarse a descansar o que simplemente va de paso. 

Respondió, la miré con duda sin saber si confiar de aquella respuesta. 

—Sé que te sientes curiosa por saber qué está sucediendo en el Nether, porque se dan estos cambios. Nadie lo sabe aún, pero no parece ser malo. Los chicos ya saben donde encontrarte, estoy segura de que si algo sucediera te lo harían saber enseguida. 

Dijo intentando tranquilizarme, negué con la cabeza. 

—No podría irme sin tener una respuesta antes. ¿Qué pasa si el Nether corre peligro? 

Pregunté asustada, ella negó con la cabeza con tranquilidad. 

—Creo que si el Nether corriera peligro ya hubiéramos recibido una mala señal. Sin embargo todos estamos bien hasta ahora, ¿no? 

Respondió, asentí sin estar del todo convencida. 

—Está bien, quizá deba regresar. 

Dije saliendo de la habitación, ella no respondió nada. Miré a lo largo del pasillo, todos parecían tranquilos y despreocupados, quizá Magna tenía razón y nadie corría peligro. 

Pensé que si nadie corría peligro no pasaba nada si iba a explorar un poco para averiguar más. Esta vez me dirigí hacia el lado contrario del portal por donde había llegado, nadie me vio salir y agradecí que así fuera. 

Volé hasta que comencé a ver en el suelo un cambio, una zona de color azul y con árboles. Curiosa bajé con un poco de miedo, pero al igual que la primer zona que habíamos hallado esta parecía también ser segura. 

Caminé adentrándome en lo que me hacía sentir como si caminara por el bosque, el pasto era cálido pero se sentía casi igual que el de allá afuera, había árboles grandes aunque su verde era un tanto azul, pero que me hacían sentir como en casa. 

No parecía que de ellos creciera algún fruto, además su textura era un tanto distinta pero tampoco parecía que todos estos cambios fueran a afectar el Nether. 

Tal como en la otra dimensión, había una parte en el bosque donde la lava corría por el suelo, casi como si se tratara de un río, me senté sobre el pasto y hundí mis pies dentro del líquido espeso y cálido. Sonreí sintiéndome tranquila y en paz hasta que escuché unas voces, como si alguien discutiera. 

Sobresaltada me levanté y sin tocar el suelo para evitar hacer ruido fui acercándome poco a poco al lugar de donde provenían las voces. Al principio creí que eran seres discutiendo pero conforme avanzaba pude escuchar unas risas leves y lo que parecía ser alguien contando una especie de anécdota. 

—Hey, creí que te habían dicho que no salieras sola de la fortaleza. No sabemos ni siquiera si esto es bueno o malo. 

Dijo Kellet al encontrarme, parecía nervioso e incómodo de encontrarse en medio de uno de los sitios que habían cambiado. 

Coloqué mi dedo índice sobre mis labios pidiendo que guardara silencio, me miró extrañado pero obedeció. Intenté acercarme sigilosa pero más rápida al sitio de donde escuché las voces, pero ya no se escuchaba nada, al parecer se habían ido. 

—Juraría que había alguien aquí. 

Dije, él negó con la cabeza.

–Sí, yo. Llevo un rato dando vueltas por este sitio porque no te encontraba. 

Dijo, negué con la cabeza. 

—No, no eras tú. Había voces, varias voces. 

Respondí, él encogió los hombros sin mucho interés. 

—Viajeros, quizá. Es muy común encontrarse con ellos, no están en un sitio establecido y van por ahí descansando sólo a ratos. 

Comentó mientras comenzaba a caminar de regreso a la fortaleza. 

—Quizá si encontramos a esos viajeros nos puedan dar más información sobre qué está sucediendo. 

Dije, volvió a encogerse de hombros. 

—Normalmente no saben gran cosa, sólo viajan y se preocupan por mantenerse sanos. No es como si les interesara investigar los cambios o conocer el porqué de las cosas. 

Comentó, suspiré desanimada entendiendo que no iba a regresar y ayudarme a buscar a los dueños de aquellas voces. 

Regresamos a la fortaleza y nos sentamos en la entrada a esperar que Blake y Bertha, quienes también habían salido a buscarme, regresaran. Magna salió a hacernos compañía lo que agradecí ya que Kellet es un chico muy serio y callado y me sentía incómoda de sólo estar en silencio. 

El par de chicos no tardó demasiado en llegar, Bertha me regañó un poco diciendo que no me fuera sin avisar. Luego entramos para cenar ya que pronto sería la hora de ir a descansar. 

Vida En Un Mundo LocoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora