Pancho Es Mi Héroe

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NARRA CINDY 

Desperté por el empalagoso aroma de uno de esos tontos postres que a mi hermana le había dado por preparar últimamente. Además que esas molestas risitas chillonas me ponían los nervios de punta. 

Me levanté con dificultad, pues me había quedado dormida en el sofá de la sala y en mala posición. 

—¿Te hemos despertado? Lo siento. 

Dijo la tonta voz empalagosa de Samara. 

—No tienes que disculparte, ese no es lugar para dormir. 

Dijo Mindy acomodando y guardando las cosas que tenían sobre la mesa. Al parecer lo que desprendía aquel aroma ya estaba en el horno. 

—Puedo dormir donde quiera. 

Dije molesta, ninguna dijo nada. Me acerqué a la mesa mientras bostezaba y me estiraba. 

—¿Qué están haciendo? 

Pregunté, Samara sonrió emocionada. 

—Estamos intentando una nueva receta. ¿Imaginas combinar lo dulce pero ácido de las moras con lo delicioso del chocolate? Seguro que es una experiencia nueva y deliciosa. 

Explicó Samara, hice una mueca de disgusto. 

—Es ridículo, pero, ¿no ya habías hecho pasteles de chocolate con esas frutas arriba? 

Pregunté, ella asintió. 

—Es por eso que nos surgió esta idea. Pero esta vez ambos ingredientes van combinados en la masa. 

Respondió, rodé los ojos. 

—Eso suena vomitivo. 

Me burlé, Mindy me regañó con la mirada. 

—Cindy, deja de estar de grosera. 

Dijo. Crucé los brazos a la vez que le enseñaba la lengua. 

—En realidad podría sorprenderte como dos cosas diferentes y hasta cierto punto opuestas podrían hacer magia juntas. 

Dijo Samara con ilusión. No pude reprimir una risa burlona. 

—¿Estás intentando demostrar con tus asquerosos pasteles que no eres tan incompatible con Skeleton-to? 

Me burlé, me sorprendió que sonriera con tanta tranquilidad mientras negaba con la cabeza. 

—Skeleton es mi mejor amigo, no siento nada diferente por él. 

Respondió, la miré incrédula. 

—¿Te has golpeado la cabeza? 

Pregunté en burla. Ella negó sin perder la calma. 

—Cindy, deja de estar molestando y ves a arreglarte. Eres un desorden en persona. 

Me regañó Mindy acercándose para agarrar mi cabello y demostrar que estaba lleno de nudos. 

—Como sea. Quizá sea lo mejor antes de que se me pegue lo rarito. 

Dije yendo a mi habitación. Me cambié de ropa, alisé mi cabello y me coloqué mis botas. 

Escuché que ellas reían y seguían conversando, no tenía ganas de seguir oyendo sus tonterías así que salí por la ventana. 

Era una noche fresca y tranquila, el cielo estaba despejado. Pensé en ir con Daichi, no lo había visto pero quizá podría convencerlo de ir al bosque y recolectar comida para los conejos. 

Vida En Un Mundo LocoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora