Vida En Un Mundo Loco

El Significado Del Collar

NARRA SKELETON

—Skeleton, despierta. Prometiste ayudarme. 

Estaba profundamente dormido cuando sentí que alguien comenzaba a moverme y a hablarme. Molesto comencé a quejarme esperando que me dejara seguir durmiendo. 

—Skeleton, por favor. Hay muchas cosas que hacer. 

Volvió a repetir sin dejar de moverme. Molesto me quité las sábanas de encima. 

—¿No puedes esperar un poco más? 

Pregunté molesto, ella negó con una dulce sonrisa. 

—No, hay mucho por hacer y el sol está a punto de ocultarse. 

Dijo emocionada levantándose. La miré y miré alrededor. 

—¿Qué hago en el suelo? 

Pregunté, se encogió de hombros. 

—Ya estabas ahí cuando desperté.

Respondió divertida, Nilsa también comenzó a reír. 

—Parece que no te llevas bien con las camas. ¿Por qué tienen tanta urgencia?, ¿qué van a hacer? 

Preguntó, Samara sonrió ilusionada. 

—Skeleton prometió ayudarme para darle una sorpresa a alguien. 

Respondió mientras yo me levantaba y lanzaba la sábana hacia la cama. Nilsa me miró con una gran sonrisa. 

—Siempre eres tan bueno con ella. 

Comentó, crucé los brazos molesto. 

—No empieces con tus inventos de nuevo. 

Pedí, ambas rieron divertidas encogiéndose de hombros. 

—El sol se ha ocultado por completo, vamos. 

Dijo Samara tomándome de la mano para arrastrarme con ella hacia afuera de la construcción. Nilsa se despidió con un movimiento de mano mientras reía divertida. 

Samara me llevó hasta la entrada del refugio donde estaba ese enderman extraño. Ella se detuvo tan de golpe que me hizo tropezar y caer. 

—¡Samara! ¿Planeas matarme? 

Me quejé molesto levantándome y sacudiéndome la tierra de la ropa. Carlos apenas y levantó la mirada de su libro para vernos. 

—Llevan mucha prisa, ¿no?, ¿qué traman? 

Preguntó pasando de página y volviendo a prestar atención a su libro. 

—Queremos salir a recoger unas cosas que necesitamos. Materiales. 

Dijo Samara un tanto nerviosa. 

—¿Materiales?, ustedes no son los que recolectan materiales. 

Dijo aún con la vista clavada en su libro. 

—¿Nos vas a dejar salir o no? 

Pregunté molesto, Samara tomó mi brazo suplicando con la mirada que no lo hiciera enojar. 

—¿Me están pidiendo permiso de salir? ¿Incluso después de que ambos se estuvieran escondiendo de mí? 

Preguntó viéndonos por sobre su libro. El rostro de Samara se volvió de un color que combinaba con su color de cabello. 

—¿Qué es lo que quieres? 

Pregunté molesto, él se encogió de hombros negando con la cabeza.