Siempre Arruino Todo

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Capítulo dedicado a CreativeWolf13

NARRA SKELLEN 

Desperté por las quejas “en voz baja” de Marcus quien, de nuevo, intentaba hacer un desayuno. Negué con la cabeza mientras salía de la cama. 

Estiré las cobijas de mi mitad de la cama, ya que Marcus siempre que se levantaba dejaba arreglada su mitad. Me cambié de ropa, arreglé mi cabello y bajé para saber que era de lo que tanto se quejaba. 

Ya se las arreglaba para no quemar la comida ni llenar la casa de humo, además, hoy olía bastante bien lo que estaba preparando. Entré a la cocina, parecía estar esperando que estuviera lista la comida mientras presionaba uno de sus dedos con un pedazo de tela. 

—¿Qué hiciste ahora? 

Pregunté cruzando los brazos, él se sorprendió ya que no se había dado cuenta que estaba ahí. Sonrió nervioso escondiendo sus manos a sus espaldas. 

—Nada, bueno, un delicioso estofado de res. Bueno, espero que esté delicioso. 

Dijo nervioso señalando con la mirada a lo que se cocinaba en la lumbre. 

—Sabes de lo que hablo. 

Dije, él rió nervioso. 

—Nada, me descuidé un poco mientras picaba zanahorias y manzanas para Canela, pero no es nada. 

Dijo, crucé los brazos mientras negaba con la cabeza. 

—Esa cosa es un animal, no necesita que le des la comida picada. 

Me quejé, él negó con la cabeza. 

—Va a tener bebés, apenas y puede respirar, podría ahogarse si no le pico la comida. 

Dijo, rodé los ojos. 

—¿Cómo es que siempre quieres estar ayudando a todos? Cindy puede encargarse de su propio conejo, ¿acaso no quiere hacerse más responsable? 

Dije, él sonrió negando con la cabeza. 

—Un conejo que va a tener bebés es mucho para ella en este momento, aún es joven. Está haciendo un trabajo excelente cuidado de los demás en el corral. 

Dijo, negué con la cabeza. 

—Da igual. ¿Por qué piensas que un estofado es algo adecuado para el desayuno? 

Pregunté cambiando el tema, él se encogió de hombros. 

—Ya sé que no es un desayuno, pero necesitas comer bien. 

Respondió, suspiré cansada de explicar siempre lo mismo. 

—Ya te dije que estoy bien, la herida de la pierna ya casi ha cerrado por completo y ya no me duele. Además, ya te he dicho que los de mi clase somos demasiado delgados. 

Dije, él asintió. 

—Lo sé, lo has explicado antes, pero ni Zarah ni Samara son tan delgadas como tú. 

Dijo, suspiré cansada de discutir lo mismo cada vez que íbamos a comer. El guiso estuvo listo, él apagó el fuego. 

—Ves a limpiar y curar tu herida, me encargaré de servir los platos. 

Dije, él sonrió asintiendo con la cabeza. Me dio un beso en la mejilla cuando estuve desprevenida para después salir de la cocina. Negué con la cabeza, ¿cómo podía ser demasiado cariñoso? 

Llevé ambos platos a la mesa, también lleve las bebidas y los cubiertos. Cuando él regresó comimos juntos. 

Comí en silencio mientras él no paraba de platicar sobre la coneja, sobre la nueva familia de Cuppa, sobre que ahora Mindy parecía tan feliz con Daichi. Me parecía casi imposible que pudiera alegrarse tanto por los demás. 

Vida En Un Mundo LocoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora