Manteniendo El Control

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NARRA CINTHYA 

Llegué a la casa donde Alix descansaba. Apenas iba a abrir la puerta cuando me percaté de varias voces dentro, entré intentando no interrumpir. 

—Te digo que es una pésima idea, si sólo desaparecemos no se arreglarían los problemas. 

Decía el chico de nombre Gerd a sus hermanos. Parecían tener una intensa discusión. 

—Pues yo no pienso disculparme, no es nuestra culpa. 

Respondió Ivar a la vez que cruzaba los brazos. 

—Y yo no pienso viajar con Skeleton si va ha estar de mandón.

Se quejó Einar. 

—Chicos, se están precipitando. Ni siquiera podemos viajar aún, Alix necesita reposo. 

Recordó la menor señalando a la mencionada. 

—¡¡¡Ahh!!! Debimos matar a todos mejor. 

Gritó Gunilda perdiendo la calma. 

—Chicos… 

Interrumpió con temor la humana al notar mi presencia, los hermanos se pusieron nerviosos. 

—No hablabamos en serio. 

Dijo Gunilda, asentí con la cabeza. 

—Lo sé, no son una amenaza para el refugio. Sin embargo están confundidos, quisieran poder quedarse y enmendar las cosas pero saben que es imposible, así como también conseguir el aprecio de Skellen. 

Dije dejando lo que llevaba sobre la mesa. Ellos se miraron entre sí en silencio, desconozco si pueden comunicarse de esa manera, pero Nilsa fue la primera en volver a hablar. 

—Cinthya, ¿Sabes qué debemos hacer? 

Preguntó, Ivar suspiró. 

—¿Deberíamos irnos, desaparecer, disculparnos, quedarnos?, ¿qué se supone que podemos hacer para que dejen de odiarnos? 

Preguntó, sonreí cabizbaja, sabía que no podía ayudarlos. 

—Deben hacer lo que sus corazones indiquen. 

Dije, ellos me miraron primero con confusión para después volver su mirada a una molesta. 

—¿Eso es tu gran ayuda? 

Preguntó Einar. 

—No puedo hacer nada más por ustedes, cada quien es responsable de su propia vida así como de sus acciones. 

Respondí, Gunilda dio un par de pasos hacia mí con sus manos apretadas en puño, pero Nilsa la detuvo. 

—No, no hagas una tontería. Si atacamos a otro más no dudaran en matarnos. 

Advirtió, Gunilda suspiró impotente. 

—Es todo su culpa, si no hubieran refugiado a Skellen jamás habrían tenido problemas. 

Gruñó furiosa saliendo de la casa cerrando con fuerza al salir. 

—Cuidaré que no haga una tontería. 

Dijo Gerd antes de salir tras ella, Einar lo acompañó. 

—Lo siento, es sólo que no queremos seguir siendo los malos. 

Se disculpó Nilsa, Ivar asintió. Asentí comprendiendolos. 

—Entonces trabajen en ello. Demuestren que podemos confiar en ustedes y que no son un peligro para nuestra seguridad. 

Vida En Un Mundo LocoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora