Jamás Será De La Familia

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NARRA STEVENS 

Estaba recostado en el sofá de la sala de la casa de Sooka, Zoorry estaba acostada boca abajo en el suelo leyendo sobre los dragones del End, Tzuqui dormía a su lado. Sooka había salido a buscar comida y el abuelo Ender había salido a visitar “al hijo de Creppy”. 

Cuando recién había llegado mencioné por accidente que Enderson me había comentado que Cuppa y Cander estarían visitando a Cooper, cuando preguntó por qué y le dije que Cooper estaba mal asintió con normalidad. 

—Ah, sí, los Creepers machos suelen presentar malestares cuando crecen. 

Respondió con tranquilidad para después decir que iría a visitarlo. Nos extrañó mucho, pero nadie lo acompañó. 

No me sentía cómodo cerca de Cuppa, por eso había venido hasta acá. Zoorry no quería salir de esta casa y Sooka había salido así que no estaba enterado de nada. 

—No entiendo, he leído más de tres libros y en ningún lado dice porque los enderman tienen que ser tan malhumorados.

Se quejó cerrando el libro que recién había terminado, negué con la cabeza sonriendo sin ánimos. 

—Tampoco lo sé, y probablemente ni ellos lo sepan. Quizá es su naturaleza. 

Respondí, ella me miró pensando en la respuesta obtenida. 

—¿Y cuál es la naturaleza de los humanos? Alguien alguna vez me dijo que era matar y destruir todo a su paso. 

Preguntó nerviosa, con la mirada fija al techo pensé en lo que acababa de mencionar. 

—En realidad no lo sé, no he conocido muchos humanos. Elizabeth y Alix, además de mis padres pero recuerdo muy poco de ellos. 

Dije, ella me miró sin comprender. Olvidé que no conocía a ninguna de las mencionadas. 

—Olvídalo, creo que debes hacer esa pregunta a alguien más. Yo, ni siquiera sé si como soy es la manera correcta en que deba comportarme y sentir. 

Respondí, ella suspiró cabizbaja a la vez que agachaba sus orejas. Parecía que iba a mencionar algo pero fue interrumpida por el sonido de la puerta abriéndose arrebatadamente. 

—¿No te enseñaron a tocar? 

Preguntó Zoorry molesta, Ender la miró pero ya parecía furioso desde antes de llegar. 

—Dudo que le hayan enseñado algo. Los príncipes son mimados. 

Le dije a Zoorry levantándome del sofá, él cruzó los brazos. Ya había inspeccionado el interior de la casa con la vista. 

—¿Dónde está Sooka? 

Preguntó, negué con la cabeza. 

—No lo sé, fue a buscar comida. 

Respondí, me señaló sin dejar de mirarme. 

—Creía haberte dicho algo sobre estar aquí. 

Mencionó como si fuera una amenaza, negué con la cabeza. 

—Creo poder decidir dónde puedo estar y dónde no. Aquí no eres príncipe o rey de nada. 

Respondí, él tomó el cuello de mi camisa a la vez que levantaba su puño en el aire listo para golpearme pero Zoorry corrió hacia nosotros. No sabía que tanta fuerza tenía, pero sin siquiera esforzarse logró arrebatarme de las manos del más alto. 

—¿Podrían no pelear? No entiendo por qué estaría mal que él viniera a estar aquí. 

Comentó, Ender ahora dirigió su mirada furiosa hacia ella, pero él abuelo Ender llegó en ese momento. 

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