Sinceridad Y Confianza

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NARRA CINTHYA 

Estaba acomodando las manzanas que Enderson me iba entregando dentro del par de canastas que teníamos con nosotros. Había pedido su ayuda para obtener algunas de estas dulces frutas en los árboles que podíamos encontrar alrededor del refugio. 

—¿Cuántas más necesitas? 

Preguntó entregándome las que acababa de cortar, no le costaba trabajo obtenerlas pero sentía que debía regresar pronto a cuidar de Cooper. Además, tantas cosas en su cabeza no lo dejaban en paz ni por un segundo haciéndolo ver mucho más serio de lo que ya es. 

—Sólo un par más y ya. 

Respondí sonriéndole, él asintió aproximándose hacia el árbol del que recién había cortado. Miré el cielo, hoy era un buen día. 

—Aquí están. 

Dijo entregándomelas, asentí tomándolas para colocar una en casa canasta. Luego me acerqué a un arbusto, tomé un par de flores y con estas decoré ambas canastas.

Él me miró en silencio, cuando terminé levanté ambas canastas y extendí una hacía él, la tomó sin cambiar su expresión. 

—Bien, la llevaré por ti. 

Respondió, sonreí divertida negando con la cabeza. 

—Es tuya, puede llevarla a casa o regalársela a alguien especial. 

Dije sonriendo imaginando la dulce sonrisa de Cooper, a él le encantan pequeños detalles como estos. Enderson me miró extrañado pero no respondió nada, comenzó a caminar hacia el refugio. 

Lo seguí de cerca mirándolo de reojo, se notaba que pasaban demasiadas cosas por su cabeza. Comprendía que era un chico que siempre prefiere mantener lo que siente y piensa para él mismo, pero muchas veces callar no es la mejor opción. 

—¿Por qué no has hablado con él? ¿Por qué no le has dicho la verdad? 

Pregunté intentando motivarlo a resolver sus problemas, me dirigió una mirada seria por unos segundos antes de seguir mirando al frente. 

—¿De qué hablas? ¿La verdad sobre qué? Yo no estoy ocultando nada. 

Respondió, asentí leve, aún cuando él no me miraba. 

—No ocultas nada, pero tampoco lo dices. ¿De qué tienes miedo si ya conoces los sentimientos de ambos? 

Pregunté, ahora la mirada que me dirigió fue molesta. 

—¿Crees que tengo miedo de algo? No es eso, sé que las personas olvidan aquello que les hace daño o afecta, si las cosas sucedieron así quizá es porque es lo mejor. 

Respondió, negué con tristeza. 

—¿Cómo puedes creer que le has hecho daño?, ¿incluso crees que esto es lo mejor cuando te encuentras de esta manera? Quizá él tiene dudas que está esperando que le ayudes a resolver, pero tú no estás dispuesto a hacerlo. 

Comenté, quizá podía pensar que mis palabras no estaban siendo amables, pero muchas veces lo mejor es ser lo más claros posible. Ya habíamos entrado al refugio, su casa estaba cerca de la mía pero yo iba a visitar a Charlotte por lo que teníamos que tomar caminos diferentes. 

—Gracias por las manzanas, le diré a Cooper que las envías para él. Stevens irá más tarde para la reunión. 

Dijo a modo de despedida, sin esperar respuesta alguna siguió su camino. Lo miré alejarse negando con la cabeza, no podía entender porque prefería escapar de sus sentimientos en lugar de enfrentarlos. 

Vida En Un Mundo LocoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora