Lealtad

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NARRA MIKI

Estaba en la construcción que nos habían hecho a Daichi y a mí. Era una casa de un sólo piso con dos habitaciones para dormir, una sala de estar, un pequeño comedor, una cocina y un cuarto de baño.

Era acogedora y bonita, y habían cubierto el suelo con una alfombra color verde, según para que nos sintiéramos cómodos. No había entendido a qué se referían con eso, pero nos gustaba jugar rodando por el suelo así que estaba bien.

Aunque últimamente no tenía ánimos para jugar con Daichi, ni siquiera había salido de la casa desde que me dijeron que no iba poder hablar con Skellen hasta que fuera menos peligroso. ¿Menos peligroso?, todos estaban equivocados, si algo era peligroso es confiar en sus "hermanos" que sólo buscan sus intereses sin importarles a qué costo.

Una de las razones por las que me mantenía en la casa era que estaba triste y no tenía ganas de salir a jugar, a platicar, a cazar ni a nada, pero la más importante era que no quería ver a ninguno de esos arqueros porque sabía que sino no podría contenerme de rasgarles el cuello y regocijarme de verlos agonizar.

La puerta de la casa se abrió, ni siquiera me moví de donde estaba acostada, por mi buen olfato sabía que se trataba de Daichi y Dark.

—¿Lo invitaste a comer?

Pregunté a modo de broma pero sin ánimos. Dark se echó a mi lado recargando su cabeza en mi estómago mientras que Daichi se sentó a nuestro lado.

—Se quedará con nosotros un tiempo.

Dijo, Dark comenzó a llorar con la garganta.

—¿Qué sucedió? ¿Qué le pasó a Carlos?

Pregunté algo asustada pero Dai me sonrió tranquilizandome.

—Carlos está bien, al menos físicamente. Pero que Dark permanezca con él es un peligro.

Respondió, Dark gruñó indicando que no era cierto.

—¿Peligro para quién?

Pregunté.

—Skeleton.

Respondió. Pensé en que se aproximaba una luna llena, ¿eso podría estar volviendo salvajes a los arqueros?

—¿Qué es lo que hizo?

Pregunté. Debía ser grave como para que Carlos y Dark amenazaran su vida.

—Al parecer hirió sentimentalmente a Samara, y Carlos sólo quiere protegerla. Así que ahora ha declarado una guerra contra el arquero por ser "repugnante", "indeseable", "insensible" y no recuerdo qué más.

Dijo intentando recordar los calificativos. Al no convivir mucho con los demás seres muchas palabras eran nuevas para nosotros, incluso a veces nos costaba entender a qué se referían los demás cuando conversaban.

Dark emitió sonidos con su garganta complementando lo que Daichi explicaba.

—Ah sí, eso también. Así que si Carlos quiere acabar con él no podría hacer nada, pero el pequeñín no tiene que estar involucrado. Tan sólo mira lo que le hacen a Skellen por proteger su vida, no quiero imaginarme a qué castigo lo someterían.

Terminó de explicar mientras acariciaba el cuello y las orejas de nuestro peludo amigo. Este le dio un amistoso lenguetazo en la mejilla para después comenzar a correr animado alrededor de la sala.

—Bien, no tengo problemas con que se quede, siempre y cuando Carlos no vaya a querer venir a buscarlo por las malas.

Respondí, Daichi negó con seguridad.

—Si lo viene a buscar yo hablaré con él.

Respondió. Suspiré negando con la cabeza, no me parecía para nada un buen plan, pero tampoco tenía ánimos para contradecirlo o hacer algo al respecto.

—¿Sabes algo de Skellen?

Pregunté, negó con la cabeza.

—Sigue encerrada y nadie quiere hacer algo al parecer. Intenté hablar con Mindy, pero ella ya de por sí parece odiarla. No sé con quién más hablar, todos parecen tan ocupados en sus asuntos.

Respondió. Gruñí molesta.

Sabía que Skellen no era mala, sólo tenía mucho miedo, todos tenemos miedo alguna vez, pero nadie parecía interesado en hablar con ella y prestarle un poco de apoyo y amistad sincera.

—¿No vas a hacer nada, verdad?

Preguntó, negué con la cabeza.

—Ya que Dark se quedará aquí y tú no quieres salir a nada debo traer más comida, pero, ¿puedo confiar en que no saldrán de aquí para nada?

Preguntó, asentí con la cabeza. Cruzó los brazos.

—Miki. Si hacen algo seré responsable.

Insistió, suspiré molesta levantándome del suelo.

—Lo prometo, confía en mí. Me quedaré aquí, le daré un baño a Dark y lo cepillaré.

Dije caminando hacia el cuarto de baño, Dark corrió emocionado. Seguro que Carlos al ser un enderman jamás le ha dado un baño al pequeño.

—Está bien, regresaré pronto.

Dijo levantándose para dirigirse hacia la salida.

—Si te encuentras con Mindy dudo que regreses pronto.

Molesté, me miró con un ligero sonrojo en sus mejillas pero no dijo nada. Salió de ahí cerrando la puerta a sus espaldas.

Mientras él estaba afuera cumplí con lo prometido; bañé a Dark, lo sequé y cepille y jugamos un rato, cuando iba a comenzar a amanecer nos comenzamos a sentir cansados y nos quedamos dormidos recostados en el suelo de la sala.

Un delicioso aroma me hizo despertar. Daichi y Dark estaban en la cocina, el primero cocinando lo que parecían ser filetes de res y el segundo corriendo de un lado a otro dentro de la cocina intentando obtener un pedazo de comida.

—Al fin llegaste, creí que volverías rápido.

Dije para molestarlo.

—Lo siento, pero hubo un incidente. Al parecer alguien abrió la jaula de los conejos de Cindy y ella comenzó a culpar a Mindy. Nadie podía capturarlos por su rapidez, así que tuve que ayudar antes de que las cosas se pusieran más tensas entre ellas.

Dijo, negué con la cabeza.

—No siempre vas a poder estar solucionandole los problemas a Mindy.

Dije, él asintió.

—Y tú no siempre vas a poder defender a Skellen.

Contraatacó, lo miré para después bajar la mirada desanimada.

—Supongo que es parte de nosotros el elegir a alguien para protegerlo y acompañarlo mientras nos sea posible.

Dije mirando a Dark. Era lo mismo con él y Carlos, sin importar que pensara siempre obedecería al chico y estaría dispuesto a dar su vida por él.

—Somos leales y agradecidos, no es un problema, el problema es que los demás no sean así.

Respondió Dai con toda la confianza mientras nos entregaba a cada uno de nosotros nuestro plato de comida. Sonreí asintiendo, estaba agradecida de poder contar con él para subirme el ánimo y para contenerme de hacer cosas malas por impulso.

Vida En Un Mundo LocoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora