Vida En Un Mundo Loco

Tormentos Mentales

NARRA ELIZABETH 

Me encontraba al lado del río acomodando los materiales que Stevens me estaba ayudando a recolectar. Desde hace varios días que hemos estado reuniendo materiales para poder construir mi casa ya que no quería seguir causando molestias a Enderson, Cooper y Stevens interrumpiendo en su casa. 

Tampoco quería causar problemas a los demás, había notado que cada vez que aquel enderman pasaba por aquí nos miraba de una manera molesta, Stevens dijo que él era así, pero creía que podría ser que no se sintiera cómodo con un humano cerca. Para evitar estas molestias había decidido que construiría mi casa al otro lado del río, así podía estar cerca del agua y no molestaría a nadie. 

—Creo que esto sería suficiente por ahora. 

Dije a Stevens cuando este regresó con algo de madera. La acomodó junto a los demás materiales que ya habíamos reunido, luego miró hacia el río. 

—Entonces hay que llevarlas al otro lado, ¿no? 

Preguntó, asentí con la cabeza caminando hacia él mientras estiraba mis brazos. Quería relajar los músculos después de haber pasado toda la mañana acarreando materiales. 

—Creo que podríamos descansar un poco mientras. 

Respondí, él asintió sentándose. Dirigió su mirada a las casas cercanas pero casi enseguida se centró en aquella pequeña pero graciosa casa donde vivía aquel enderman que no parecía a gusto con nosotros. 

—¿Pasa algo? ¿No te sientes bien el día de hoy? 

Pregunté curiosa, él me miró extrañado pero aún con ese semblante desanimado. No parecía tener intención de responder. 

—Parece que hay algo que te tiene estresado o que te hace sentir triste. 

Agregué, él suspiró mientras negaba con la cabeza. 

—Sólo es complicado convivir con tantas especies, eso es todo. Antes siempre había estado solo y ahora debo lidiar con tantos seres tan diferentes entre sí. 

Respondió sin apartar la mirada de aquella casa. 

—No entiendo cómo pueden hacerlo, ellos parecen entenderse mejor aún siendo de diferentes especies, con personalidades casi contrarias. 

Continuó. La respuesta que en un principio parecía hablar sobre todo el refugio ahora sonaba como si estuviera refiriéndose a alguien en específico. 

—¿Cómo fue que llegaste aquí? 

Pregunté curiosa, además de que quizá podía ayudarme a entender por qué actuaba de esa manera. Quería entender porque parecía que le era tan complicado convivir con este lugar y sus habitantes. 

Contó que vivía solo en medio del bosque en una cabaña de madera, una noche conoció a Cuppa, la chica Creeper. Contó que pensó que estaba en peligro y al intentar ayudarla atacó a los amigos de esta, cuando estaba a punto de matar a Skellen, la chica arquera, Cooper lo atacó con su habilidad. 

Dice que recuerda que despertó en su casa, tan adolorido pero por suerte con vida, un día después Cooper y sus amigos fueron a disculparse con él, lo invitaron a comer al refugio para agradecer que cuidara de Cuppa. Pensó que después se olvidarían de él y podría seguir con su vida normal, pero un día unos arqueros atacaron su casa y sólo pensó en ir al refugio a pedir auxilio, no estaba seguro que lo fueran a ayudar pero por suerte lo hicieron, y así fue como terminó viviendo aquí. 

Contó todo como si de un relato se tratara, pero no podía evitar sonreír con ciertos eventos, intenté poner la suficiente atención para intentar descifrar que tenían en común estos. Podían ser más pistas para averiguar qué era lo que le afectaba sentimentalmente.